Por Bastián DíazPor qué Trump ha indultado a importantes narcotraficantes pese a su retórica antidrogas
El presidente estadounidense ha concedido clemencia a unas 100 personas acusadas de delitos relacionados con las drogas durante sus dos administraciones, según un análisis del diario The Washington Post. El último caso que ha causado polémica fue su indulto al exmandatario hondureño Juan Orlando Hernández.

Bombas para las supuestas narcolanchas en el Caribe.y Pacífico, indultos para los capos: por algún motivo, el presidente estadounidense Donald Trump parece estar golpeando fuerte contra los eslabones más prescindibles del narcotráfico, mientras da beneficios legales e incluso perdón judicial a los mandamases del crimen organizado.
En general, Trump -quien hizo campaña contra el agravamiento de la crisis de drogas en Estados Unidos y prometió tomar medidas enérgicas contra el flujo ilegal de drogas letales que cruza la frontera- ha indultado o concedido clemencia a al menos 10 personas por delitos relacionados con las drogas desde el inicio de su segundo mandato, según un análisis del diario The Washington Post. También otorgó indultos o conmutaciones de penas a casi 90 personas más por delitos relacionados con las drogas durante los cuatro años de su primer mandato, según el estudio.
Es decir, el presidente estadounidense ha concedido clemencia a unas 100 personas acusadas de delitos relacionados con las drogas durante sus dos administraciones, destaca el Post.
El caso del expresidente hondureño Juan Orlando Hernández (2014-2022), que fue indultado la semana pasada aun cuando pesaba contra él el cargo de traficar toneladas de cocaína, es solo la punta del iceberg de la misericordia de Trump, que parece llegar solo hasta los poderosos.

Otras decisiones polémicas tomadas recientemente por Trump incluyen los indultos a Ross Ulbricht, creador de Silk Road, quien fue condenado por crear el mayor mercado negro en línea de drogas ilegales y otros bienes ilícitos de su época. También está el perdón Larry Hoover, líder pandillero de Chicago, y a Garnett Gilbert Smith, capo de Baltimore. Algunos de los indultados han jurado lealtad política a Trump o han donado a su campaña.
Tomó docenas de agentes especiales, durante casi una década entera, el arrestar al expresidente hondureño Juan Orlando Hernández, al que se le acusa de liderar una estructura que llevaba toneladas de cocaína a Estados Unidos. Y, sin embargo, en solo un post en Truth Social, Donald Trump cambió todo y dejó libre a un político que era considerado un narco “más grande que el Chapo”.
“Hay gente que arriesgó su vida por esta investigación”, declaró al Financial Times un exagente de la DEA, que estuvo involucrados en el rastreo de Hernández, y que expresó su frustración al medio: “¿Por qué estamos adoptando una postura firme contra Nicolás Maduro y dejando que este tipo se vaya?“.
El indulto a Hernández es uno de los muchos otorgados por Trump durante el último año a una serie de estafadores, narcotraficantes, evasores fiscales y agentes extranjeros no registrados convictos, que han trastocado el sistema judicial estadounidense y han enfurecido a muchos dentro de su propia coalición.

El exjefe de operaciones de la DEA, Mike Vigil, declaró en un programa en YouTube sobre el indulto a Hernández: “Trump ahora liberó a uno de los más grandes narcotraficantes: es más grande que ‘El Chapo’ Guzmán, es más grande que Pablo Escobar, ¿Por qué? Porque Chapo y Pablo no fueron presidentes, ni tuvieron el poder de la presidencia”.
“Le da el indulto a Juan Orlando Hernández que fue presidente por ocho años en Honduras, que convirtió a Honduras en un narco-Estado, lo acusaron de importar 400 toneladas de coca a Estados Unidos. Su hermano Tony Hernández fue condenado en Estados Unidos por narcotráfico a cadena perpetua. Esto pone en ridículo a la justicia de Estados Unidos delante de la comunidad internacional, desprecia a la DEA y a los fiscales federales que llevaron a cabo la investigación y el juicio”, señaló Virgil.
Jeffrey Singer, experto en políticas de drogas del Cato Institute, afirmó que Trump ha tenido una amplia gama de opiniones sobre este tema, señalando que el mes pasado firmó una ley que endureció las restricciones al cáñamo, una variedad de la planta de cannabis, tras haber declarado que apoyó la medida electoral de Florida para legalizar la marihuana recreativa cuando era candidato.
“No hay coherencia”, dijo Singer al Post. “Indulta a un narcotraficante, pero ordena fusilar in situ a narcotraficantes que no están en este país. De hecho, con esa lógica, uno se pregunta: ¿por qué perdemos el tiempo arrestando a personas en este país por tráfico de drogas? ¿Por qué no los fusilamos?”.
“El presidente Trump afirma estar tomando medidas para detener el flujo de narcóticos a Estados Unidos”, declaró el senador Tim Kaine (demócrata por Virginia) en el pleno del Senado el martes, al describir los crímenes de Ulbricht y Hernández. “¿Cómo protege esto a los estadounidenses del flujo de narcóticos que ingresa a nuestro país?”, se preguntó.
El indulto a “JOH”, como conocían los fiscales a Hernández, también indignó a gente en las filas de Trump. “¿Por qué indultaríamos a este tipo y luego perseguimos a Maduro por traficar con drogas en Estados Unidos?”, preguntó el senador republicano Bill Cassidy en X el domingo.
El senador republicano Thom Tillis declaró a la prensa el martes que le parecía “un mensaje horrible” el indulto a Hernández. “Es confuso decir, por un lado, que deberíamos siquiera considerar invadir Venezuela por un narcotraficante, y por otro, dejar ir a alguien”, dijo Tillis.

De hecho, el fiscal general de Honduras, Johel Zelaya, solicitó este lunes a la Agencia Técnica de Investigación Criminal (ATIC) y a organismos internacionales, incluida Interpol, ejecutar una orden de captura internacional contra el expresidente Juan Orlando Hernández. La medida, según Zelaya, se produce en el marco del denominado “caso Pandora II”, en el que el exmandatario está acusado de lavado de activos y fraude.
El anuncio llega días después de que Trump le concediera un indulto total e incondicional, lo que lo liberó de una condena de 45 años de prisión por narcotráfico en Nueva York. Trump anunció la medida justo antes de las elecciones presidenciales hondureñas y argumentó que la condena “fue un montaje del gobierno de (Joe) Biden”. Hernández, por su parte, ha rechazado las acusaciones en su contra y sostiene que “un sistema politizado se negó a reconocer la verdad”, consigna CNN en Español.
Los medios norteamericanos aseguran que otros perdones otorgados por Trump parecen tener poco en común con el presidente, más allá de la afirmación compartida de que los tribunales están amañados y que las fuerzas del orden se han convertido en armas contra los inocentes.
“No hay nada convencional en los indultos de Trump”, dijo Margaret Love, exfiscal federal especializada en indultos. “Muchas de estas concesiones son impactantes y desconcertantes. No se sabe si tiene un interés personal en el caso, si se debe a la naturaleza del delito; le preocupan las condenas por soborno y delitos financieros”.
La expresidenta del Partido Libertario, Angela McArdle, abogó por el indulto de Ulbricht y busca indultos para otras personas condenadas por delitos relacionados con las criptomonedas. McArdle afirmó que creía que Trump concedió la liberación de Ulbricht porque era una rama de olivo al partido que había hecho campaña para votar por él y una “gran muestra de desdén hacia quienes querían que Ross fuera encarcelado”.
“Creo que comprendió que Ross Ulbricht era un preso político”, afirmó. “Fue el mismo Distrito Sur de Nueva York que encarceló a Ross el que persiguió al presidente Trump”, recordó.
Asimismo, un análisis de The Washington Post asegura que hay toda una “industria de lobby” alrededor de los indultos presidenciales, con más de 2,1 millones de dólares gastados en grupos de presión, y casos donde se ha pagado hasta un millón de dólares para acercar una petición al presidente. En cierto sentido, un “indulto on demand”.
Christopher Sabatini, investigador del Chatham House, cree que para Trump esto “no se trata en realidad de una guerra contra las drogas”. “Si así fuera, estaría dirigiendo sus fuerzas a otra parte y, obviamente, no estaría indultando a un expresidente condenado por facilitar la entrega de hasta 400 toneladas de cocaína a Estados Unidos”. Para Sabatini, “se trata de partidismo. Se trata de aliados. Y lo que es más importante”, agrega, “se trata de forzar a otros gobiernos de la región para que le apoyen”.
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