Por Fernando FuentesRaúl Peñaranda, analista boliviano: “Creo que el expresidente Arce debería poder defenderse en libertad”
En entrevista con La Tercera, Peñaranda reconoce que tras la detención de Luis Arce, el caso de Evo Morales “es un tema pendiente de la justicia boliviana”.

Este martes, durante el último debate presidencial organizado por Anatel, el destacado periodista y analista político boliviano Raúl Peñaranda se encontraba entre los invitados internacionales en el Estudio 2 de TVN. No imaginaba que al día siguiente, cuando aún se encontraba en Chile, se produjera en Bolivia la sorpresiva detención del expresidente Luis Arce, apenas un mes después de haber dejado el poder.
La razón tras este terremoto político en Bolivia: El Fondo de Desarrollo para los Pueblos Indígenas Originarios y Comunidades Campesinas (Fondioc), creado para financiar proyectos sociales, terminó derivando en un masivo esquema de corrupción que ahora alcanza al expresidente Arce (2020-2025), detenido e investigado por su rol en la administración de esos recursos cuando era ministro de Economía del gobierno de Evo Morales (2006-2019).
En conversación con La Tercera, Peñaranda, director del medio Brújula Digital, se refiere a los alcances de la detención de Arce, así como al posicionamiento internacional del gobierno del nuevo presidente Rodrigo Paz tras 20 años de gobierno del Movimiento al Socialismo (MAS) y al impacto que la segunda vuelta presidencial en Chile podría tener en las relaciones bilaterales.
Si bien el presidente Rodrigo Paz ya había activado al menos 10 comisiones para investigar la gestión del MAS en Bolivia, llamó la detención del expresidente Luis Arce a solo un mes de dejar el poder. A su juicio, ¿hay argumentos que justifiquen esta medida?
Hay argumentos que justifican porque el denominado caso del Fondo Indígena fue un caso muy sonado en su tiempo. Se distribuyeron millones de dólares a cuentas de 4.000 dirigentes sindicales y la norma permitía que lleguen directamente a sus cuentas personales, bancarias, no a las cuentas de las instituciones, de las organizaciones. Luego el periodismo descubrió, más o menos a partir del 2015 y a fines de esa década, que la mayoría de los proyectos que presentaban las organizaciones sociales no se realizaban. Esto fue considerado por un sector del periodismo y también por la oposición como una manera de pagar coimas a organizaciones de sindicatos y otras para que esos dirigentes sean cooptados y respalden al gobierno de Morales. ¿Quién es el ministro que autorizaba todo eso? Era el ministro de Economía. Sin embargo, había un procedimiento, él daba la autorización final como ministro. Ahora lo que hay que esperar y demandar es que se respete el debido proceso. Yo creo que el expresidente debería poder defenderse en libertad.

El caso de Arce ha recordado las detenciones de los opositores Luis Fernando Camacho y Jeanine Áñez en los gobiernos del MAS. ¿Cree que el arresto de Arce responde a una suerte de respuesta a esos hechos? ¿Paz enfrenta presiones políticas para enjuiciar al liderazgo del MAS?
La verdad es que efectivamente la sociedad boliviana es una sociedad polarizada y los que sufrieron persecuciones políticas en los últimos años, ahora están en el poder o están relacionados con el poder. Y esos sectores que fueron víctimas de persecución ahora exigen que haya una suerte de, podríamos decir, reparación, pero que también es cercano a la vendetta. Entonces, la sociedad después de 20 años de un gobierno autoritario, también espera que haya sanciones a los que cometieron abusos. Y eso es correcto, pero siempre defendiendo el debido proceso y que la justicia actúe, ojalá, de manera independiente y no bajo presión.
¿Considera que luego de la detención de Arce el próximo blanco podría ser Evo Morales?
El de Evo Morales, efectivamente, es un tema pendiente de la justicia boliviana. Él tiene una orden de apremio que no ha sido ejecutada hasta ahora por riesgo de que se produzca algún tipo de violencia. Se conoce que Evo Morales tiene una especie de guardia civil también armada, se presume que no con armas de fuego, pero sí con otro tipo de armas para protegerlo. Entonces, ¿qué operativo tendría que realizarse para que no se produzca violencia, no haya muertes en esa detención? Seguramente se puede hacer. Eso queda pendiente. El gobierno saliente no lo hizo, aduciendo ese riesgo de violencia, y también porque preferían mantener a Evo Morales retenido en el Chapare, y no puede salir de esa zona que es la que él domina políticamente. Ahora, también yo creo que ahí hay un cálculo político, que si se lo detiene podría ser una víctima, puede venderse ese tema como una víctima, o también podría haber preocupación internacional de que se están deteniendo a los expresidentes, etc. Yo creo que hay un cálculo político ahí, pero evidentemente es verdad que es una parte de la discusión boliviana, del debate boliviano, el destino que va a tener Evo Morales.

¿Qué respuesta se puede esperar del MAS y las fuerzas sociales detrás del partido ante la detención de Arce y las eventuales medidas en contra de Morales?
Respecto a la detención de Arce, no creo que haya una reacción de ninguna clase de protesta social ni nada, considerando que Arce no tiene base social, no tiene prestigio ni tampoco popularidad. El caso de Morales es distinto, sí tiene una base social, aunque no como la tuvo en el pasado, y sobre todo esa base social está concentrada en el Chapare, el lugar donde es una selva boliviana, y ahí se produce tanto hoja de coca como cocaína. Entonces yo creo que en el caso de la detención de Morales sí se podría esperar alguna reacción. Tengo la impresión de que esta detención de Arce, veremos si se vuelve definitiva y termina en una prisión, más bien no va a tener una reacción popular de respaldo.
En materia internacional, el gobierno de Paz ha destacado por el pronto restablecimiento de relaciones diplomáticas con EE.UU. e Israel. ¿Cómo es visto este reposicionamiento geopolítico en Bolivia?
En Bolivia se esperaba que después de 20 años hubiera un cambio en el posicionamiento internacional del país, pero no se esperaba que hubiera sido tan rápido y con un relacionamiento tan estrecho, tan amigable, y sobre todo de manera tan rápida, con Estados Unidos. No se creía que Paz tuviera esa capacidad de relacionamiento con Estados Unidos y la ha tenido. Y dentro del paquete de la relación con Estados Unidos también está Israel. Un poco una repetición de lo que sucedió en el gobierno transitorio de Añez, de un año, que inmediatamente también restableció relaciones con Israel. Israel tiene una importancia en Bolivia, que es sobre todo por el tema del turismo. Para los israelíes, Bolivia era uno de los centros turísticos importantes en Sudamérica donde llegaban. La relación comercial y política, etc., y de otro tipo, es menor. Siempre fue reducida, excepto el tema del turismo. La industria hotelera y turística boliviana presionó para que se pudiera, en el gobierno de Áñez, quitar el requisito de las visas a los ciudadanos israelíes, precisamente para favorecer su llegada como turistas. Y lo mismo ha ocurrido ahora en el tema de Israel. Pero siempre el tema de Israel, y sobre todo considerando la situación de Medio Oriente ahora, es polémica y en Bolivia también ha generado, aunque en círculos académicos reducidos, ese debate.

De cara a la segunda vuelta presidencial en Chile, ¿hay preocupación en Bolivia por el futuro de la relación bilateral, que en los últimos meses había experimentado una notoria mejoría?
Sí, hay preocupación en el sentido de que resulta que ahora en Chile posiciones más bien de derecha están criticando el tema de los migrantes y hay una colonia, comunidad boliviana en Chile importante y es importante para la economía chilena, pero sobre todo para la economía boliviana, considerando que el tema de las remesas es importante. El lugar donde migramos más los bolivianos ahora, según el censo, es Chile. En años y décadas anteriores era Estados Unidos, después fue España, Brasil, Argentina. Pero en los últimos años el destino de mayor migración de los bolivianos es Chile. Entonces preocupa en Bolivia que haya algún tipo de represalia contra esa comunidad, etc. Sobre todo ahora que en Bolivia, tanto los candidatos Quiroga como Paz, y ahora el presidente Paz, están interesados en recuperar una relación incluso a nivel diplomático en algún momento.

Ahora está eso obviamente en stand-by, pero hay una decisión, interés del gobierno boliviano en avanzar hacia allá. Seguramente no va a ser tan pronto, pero por lo menos descongelar las relaciones, empezar una relación más amistosa, es algo que se desea, y que podría terminar en el mediano plazo en el restablecimiento de las relaciones diplomáticas, un cambio de 50 años de tradición que tiene de no haber relaciones diplomáticas, así que es un cambio grande. Entonces se espera en Bolivia que si hubiera una victoria, por ejemplo, de Kast, no tome una posición dura respecto de la frontera. Incluso, algún otro candidato hablaba de otra vez poner minas en la frontera, todo eso obviamente en Bolivia genera una reacción y una preocupación, pero se esperaría que cualquiera de los dos que gane, tenga una posición más bien favorable, amigable y que sintonice con la nueva posición boliviana. Durante años era Chile el que deseaba un acercamiento y Bolivia más bien no. Ahora parece que se hubieran cambiado los papeles, que Bolivia es el que busca ese acercamiento, pero de Chile se obtienen estas señales que podrían causar también preocupación.
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