El presidente Donald Trump subió el martes hasta el techo de la sala de reuniones de la Casa Blanca, para una visita no anunciada para poder inspeccionar el sitio de la enorme ampliación y renovación del salón de baile del Ala Este, valorada en 200 millones de dólares, que anunció la semana pasada.

“Estoy dando un paseo”, gritó Trump a los periodistas cuando le preguntaron qué hacía allí. Luego mencionó los planes que, según dijo, financiará él mismo y con donaciones privadas.

Trump estuvo acompañado por funcionarios de la Casa Blanca y James McCrery, el arquitecto contratado para la ampliación del salón de baile. El mandatario no dijo nada cuando se le preguntó si estaba considerando renovaciones adicionales.

“Todo lo que hago lo financio yo, así que no tienen de qué preocuparse. Es una contribución, igual que mi salario. Pero nadie lo menciona nunca”, dijo Trump.

Cuando un periodista le preguntó al presidente qué planeaba construir a continuación, Trump respondió en tono de broma: “Misiles nucleares”.

Además del salón de baile, Trump ha impulsado varios otros cambios cosméticos en la Casa Blanca hasta ahora durante su segundo mandato, incluida una renovación recientemente completada del Jardín de Rosas, convirtiéndolo en un patio de piedra; nuevos bordados dorados en toda la Oficina Oval; y dos altos mástiles de bandera en los jardines norte y sur.

“Es solo otra forma de gastar mi dinero en este país”, dijo Trump. “Todo lo que hago lo financio yo”.

Está previsto que los equipos inicien las obras del proyecto en septiembre. Según la Casa Blanca, la nueva ampliación tendría capacidad para 650 personas, aproximadamente tres veces el espacio disponible en el East Room, que actualmente es la sala más grande disponible en el complejo de 7 hectáreas.

Según el diario The Independent, esto ha significado que eventos más grandes, como cenas de estado, se han celebrado en carpas construidas en el jardín sur en los últimos años. El nuevo centro de eventos se construirá en el sitio del Ala Este de la Casa Blanca, que actualmente se encuentra entre la Residencia Ejecutiva y la sede del Departamento del Tesoro.

Construido inicialmente en 1902 y ampliado con una segunda planta cuatro décadas después, alberga las oficinas de la primera dama Melania Trump y su equipo, la Oficina Militar de la Casa Blanca, la Oficina de Visitantes de la Casa Blanca y otras funciones de apoyo de la Casa Blanca. Leavitt indicó que estas oficinas se reubicarían temporalmente durante la construcción.

Según la secretaria de prensa, Karoline Leavitt, el Ala Este será “profundamente modificada y reconstruida” una vez que se complete el nuevo salón de baile.

Una representación interior del salón de baile proporcionada por la Casa Blanca revela un enorme salón con techos ornamentados y candelabros, repleto de pan de oro por todos lados.

La imagen recuerda al salón de baile que Trump mandó construir en los terrenos de Mar-a-Lago , la histórica mansión de Palm Beach de la década de 1920 que es al mismo tiempo un club privado administrado por la empresa hotelera y inmobiliaria homónima de su familia y su residencia principal.

Desde que regresó a la Casa Blanca para su segundo mandato en enero, Trump ha buscado actualizar la apariencia de la histórica instalación para que sea más de su agrado.