
Científicos creadores de molécula que recolecta agua del desierto ganaron el Premio Nobel de Química
El Premio Nobel de Química 2025 fue otorgado a Susumu Kitagawa, Richard Robson y Omar Yaghi, por el desarrollo de estructuras metal-orgánicas que revolucionaron este campo de la ciencia.

“Crecí en un hogar muy humilde y estábamos en una pequeña habitación, compartiéndola con el ganado que solíamos criar”. Así el ahora laureado científico, Omar Yaghi, recuerda el paso de su vida hasta hoy, que fue premiado con el Nobel. Nació en Jordania, en una familia de refugiados, y para él todo este ha sido “un viaje, y la ciencia te permite hacerlo. La ciencia es la mayor fuerza igualadora del mundo”.
Los científicos Susumu Kitagawa, Richard Robson y Omar Yaghi recibieron el Premio Nobel de Química 2025 por desarrollar una nueva forma de arquitectura molecular. Los científicos crearon construcciones moleculares con grandes espacios a través de los cuales pueden fluir gases y otros productos químicos. Estas estructuras metal-orgánicas (MOF por sus siglas en inglés) se pueden utilizar para recolectar agua del aire y del desierto, capturar dióxido de carbono, almacenar gases tóxicos o catalizar reacciones químicas.
Carlos Peña, doctor en Química e investigador del Instituto de Ciencias Aplicadas de la Universidad Autónoma, detalla que estos MOF son como esponjas microscópicas que atrapan moléculas específicas, permitiendo aplicaciones como la producción de agua potable en zonas áridas y la captura de CO₂ en industrias.
“También se desarrollan para liberar medicamentos de forma dirigida y mejorar diagnósticos médicos. Chile, gracias a sus recursos minerales, puede aprovechar estas tecnologías para solucionar problemas como la contaminación, la escasez hídrica y la reducción de emisiones”, comenta el investigador.

Todo comenzó en 1989, cuando Richard Robson probó la utilización de las propiedades inherentes de los átomos de una manera nueva. Combinó iones de cobre cargados positivamente con una molécula de cuatro brazos, y descubrió que había un grupo químico que era atraído por los iones de cobre al final de cada extremo. Cuando se combinaron, se unieron para formar un cristal espacioso y bien ordenado.
Robson reconoció de inmediato el potencial de su construcción molecular, pero era inestable y colapsaba fácilmente. Sin embargo, Susumu Kitagawa y Omar Yaghi proporcionaron a este método de construcción una base firme. Entre 1992 y 2003 Kitagawa demostró que los gases pueden entrar y salir de las construcciones y predijo que los MOF podrían hacerse flexibles. Yaghi, por su lado, creó un MOF muy estable y demostró que se puede modificar y darles propiedades nuevas y deseables.
El profesor Yaghi fue contactado por el equipo del Premio Nobel para felicitarlo por haber recibido el máximo galardón científico. Allí, el académico expresó su sorpresa y felicidad por el reconocimiento. “En realidad, al principio estaba muy interesado en la belleza de las moléculas. De hecho, cuando tenía 10 años, fui a la biblioteca y abrí un libro, y no sabía que eran moléculas, pero de alguna manera me atrajeron de inmediato”, confesó el científico.

Tras los descubrimientos innovadores de los galardonados, los químicos han construido decenas de miles de MOF diferentes. Algunos de estos pueden contribuir a resolver algunos de los mayores desafíos de la humanidad, con aplicaciones que incluyen separar agentes químicos del agua, descomponer rastros de productos farmacéuticos en el medio ambiente, capturar dióxido de carbono o recolectar agua del aire del desierto.
Hasta ahora, en la mayoría de los casos, los materiales solo se han utilizado a pequeña escala. Algunos han tenido éxito, como para contener algunos de los gases tóxicos necesarios para producir semiconductores. Numerosas empresas también están probando materiales que pueden capturar dióxido de carbono de fábricas y centrales eléctricas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Yoan Hidalgo, académico del Centro de Nanotecnología Aplicada de la Universidad Mayor, agregó que es tan grande el desarrollo que han tomado estas estructuras metal-orgánicas, que la Unión Internacional de Química Pura y Aplicada (IUPAC), en 2005 creó una comisión para tratar de organizar y clasificar estos nuevos materiales. “Había un aumento muy significativo del número de estos sistemas que se habían ya publicado en revistas científicas, producto del aporte de estos tres investigadores”, explica Hidalgo.
Los tres investigadores que este miércoles recibieron el Nobel fueron los pioneros en este desarrollo. Según confiesa Hidalgo, “cualquier publicación relacionada con estructuras metal-orgánicas que se busque en revistas científicas tiene referencia de los trabajos de estos científicos, porque en realidad fueron los que revolucionaron el diseño de estos nuevos materiales”.
Los ganadores para esta categoría recibirán un premio de 11 millones de coronas suecas (1,1 millones de dólares), divididos en partes iguales. En la edición anterior, el Premio Nobel de Química fue para David Baker, por el diseño computacional de proteínas, y también para Demis Hassabis y John M. Jumper, por la predicción de la estructura de proteínas.
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