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La nueva Gran Sala Sinfónica afina sus piezas para renovar el centro de Santiago

Después de más de una década de planificación y construcción, la Universidad de Chile inaugura la primera sala del país diseñada exclusivamente para música sinfónica. Un hito arquitectónico y cultural que le da hogar definitivo a la Orquesta Sinfónica Nacional y transforma la experiencia musical en pleno centro de la capital.

19/06/2025 - DOMINIQUE THOMANN, DIRECTORA DEL CEAC UNIVERSIDAD DE CHILE - Foto - Mario Tellez / La Tercera MARIO TELLEZ

Al doblar por Ramón Carnicer y llegar a la esquina de Arturo Burhle aún se escucha el sonido de taladros, golpes secos de martillos y los pasos quedan marcados sobre el polvo. Desde la calle, el edificio de Vicuña Mackenna 20 todavía luce como una obra en marcha. Pero al adentrarse en sus pasillos amplios, entre trabajadores que instalan luces, limpian pisos o ajustan puertas, se revela el corazón del proyecto: la nueva Gran Sala Sinfónica Nacional de la Universidad de Chile.

A pocos días de su inauguración -prevista para el 10 de julio- la sala ya tiene forma definitiva y está prácticamente lista. En su interior brillan las butacas rojas recién instaladas, se alinean los atriles para los músicos y se eleva al centro el podio desde donde el director de orquesta marcará cada compás. Es el nuevo hogar de la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile, levantado tras años de espera y planificación. Y afinación.

Concebida como una auténtico concert hall y no como un teatro tradicional, este espacio representa un hito arquitectónico y cultural sin precedentes en Chile “capaz de transformar no solo la manera en que se escucha música, sino también la forma en que nos vinculamos con ella”, dice Dominique Thomann, directora del Centro de Extensión Artística y Cultural (CEAC).

Mario Tellez / La Tercera MARIO TELLEZ

La Gran Sala forma parte del complejo VM20, llamado así por su dirección en Vicuña Mackenna 20. El edificio, que albergará a diversas unidades académicas de la Universidad de Chile -como la Facultad de Gobierno, el Instituto de Estudios Internacionales y el Departamento de Postgrado-, fue concebido también como un nuevo centro para las artes. Su corazón lo ocupa el CEAC, organismo que reúne a la Orquesta Sinfónica, el Coro Sinfónico, el Ballet Nacional Chileno (BANCH) y la Camerata Vocal. Para estos elencos, el VM20 representa no solo un espacio de trabajo y creación, sino el cumplimiento de un anhelo de larga data: tener una sede propia, diseñada desde el origen para responder a sus necesidades artísticas.

Dominique Thomann lo resume con claridad: “Este es un proyecto que lleva más de diez años en desarrollo, pero es un sueño que se remonta mucho más atrás. La Orquesta Sinfónica fue creada hace 84 años y desde entonces ha deambulado por distintos espacios. Hoy, por primera vez, tendrá un hogar propio. Un lugar hecho para ella”.

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La Gran Sala Sinfónica Nacional se consagra como un espacio acústicamente diseñado para música orquestal, con una arquitectura que rompe con los esquemas tradicionales de los teatros en Chile. “No tiene un fondo como el teatro clásico. Es una estructura inédita. Está construida pensando en la acústica, no en la escenografía”, agrega Thomann.

La cuenta con capacidad para 1.076 personas, diseñada con reflectores móviles para ajustar parámetros como reverberación, balance tonal y proyección sonora.

Desde sus primeros planos hasta los últimos detalles de afinación acústica, cada etapa ha sido pensada para que la música sea protagonista. Y esa afinación, precisamente, ha sido uno de los momentos más simbólicos y llamativos del proceso. En las primeras jornadas abiertas al público, que tuvieron lugar el pasado 11 y 13 de junio se realizó la medición de la respuesta acústica del espacio utilizando globos. Al reventarlos en puntos clave de la sala, se estudió cómo evoluciona la frecuencia del sonido en distintas ubicaciones del recinto.

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Nueva casa

Esta etapa marca el inicio de una nueva era para la Orquesta Sinfónica Nacional. Tras 38 años ocupando el Teatro Universidad de Chile, en Plaza Italia, el elenco se traslada ahora a un espacio propio.

Como señala Thomann, “este espacio cambia la forma de entender la música sinfónica en Chile. No solo transforma la manera en que el público escucha, también cambia cómo interpretan los artistas. Dignifica su trabajo”.

Interior del edificio VM20 que alberga a la Sala Sinfónica Nacional. MARIO TELLEZ

La inauguración oficial está prevista para el 10 de julio a las 19:30 con un primer concierto protocolar abierto al público. Este se ofrecerá también el viernes 11 y sábado 12 de julio en el mismo horario.

Tenemos un público muy diverso. Familias con niños pequeños, jóvenes interesados en nuevas experiencias, adultos mayores que han acompañado a la orquesta durante décadas. Queremos que todos se sientan parte de este espacio”, comenta Thomann.

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Parte fundamental de ese trabajo está en la mediación cultural: actividades gratuitas, programas radiales y clases abiertas con artistas nacionales e internacionales, que buscan romper la distancia entre los públicos y el arte, especialmente entre quienes creen que “esto no es para ellos”.

Pero más allá de la programación, lo que se inaugura con la Gran Sala Sinfónica es una nueva manera de vivir la música y la cultura. “Esta sala no solo tiene una tremenda acústica, también permite una conexión que muchas veces nos cuesta encontrar en la vida cotidiana. Es una invitación a vivir algo juntos”, concluye Thomann.

La Universidad de Chile ha financiado este proyecto en su totalidad. El CEAC, por su parte, asume el desafío de mantener este espacio vivo, diverso y accesible, con una programación que busca no solo formar públicos, sino también generar comunidad.

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