Responde brevemente y con una frase que cala los huesos: "Quiero que despiertes".

La chilena Cecilia Amenábar, ex esposa de Gustavo Cerati y madre de sus dos hijos (Benito y Lisa), se refiere de este modo a la difícil condición que vive el ex Soda Stereo, quien permanece en coma e internado en una clínica bonaerense tras sufrir un infarto cerebral en Caracas, Venezuela, el 15 de mayo.

La también actriz y modelo, y que estuvo casada entre 1992 y 2002 con el músico transandino, responde a La Tercera a través del correo electrónico, revelando de ese modo el drama familiar que vive a partir de la grave condición de Cerati.

Una situación que ya venía siendo difícil, pero que empeoró -públicamente al menos-, a partir del reporte médico emitido el martes pasado, un día después de que fuera trasladado desde la capital venezolana, donde permaneció 23 días y donde, además, fue intervenido en dos oportuinidades (una cranectomía descompresiva y una traqueotomía).

En ese comunicado se habló de un "extenso daño cerebral" y de un infarto que afectó el tronco cerebral, lo que, a juicio de los especialistas, tanto en Argentina como en Chile, hace prever no sólo secuelas menores, sino hasta un eventual estado vegetativo de mínima conciencia.

Esa es la tesis que manejan algunos medios transandinos, que estiman que la familia del músico (su hermana Laura y su madre Lilian Clark) siempre supo de la gravedad de la situación, pero que prefirió no hacerlo público. Más aún, algunos insisten en que el traslado a Buenos Aires responde al deseo familiar de que, en caso de que el músico fallezca, lo haga en su ciudad natal.

Mientras, la atención se centra en las afueras del Instituto Fleni, donde está el músico, y que ha sido asediada por medios de prensa y fanáticos que esperan una milagrosa recuperación.