Consejos para enfrentar las vacaciones cuando los niños tienen padres separados
Lo principal es disfrutar el espacio de vacaciones que le toca a cada padre.

Cuando una pareja se separa, ciertos espacios de convivencia con los hijos que antes se daban por garantizado pueden convertirse en motivo de discordia. Cumpleaños, fiestas de fin de año y vacaciones son algunas de las instancias que pueden causar desacuerdo entre los progenitores, quienes a veces olvidan que lo importante es pasar tiempo de calidad con los hijos.
Precisamente para que esta situación no sea más conflictiva de lo que ya es, Ana María Zlachevsky, Directora de la Escuela de Sicología de la Universidad Mayor, aconseja "centrarse primero en pasarlo bien, en relajar un poco las reglas y las normas del año, pero siempre como parte de un acuerdo entre ambos padres. La idea es que los niños lo pasen bien con ambos, sin sentir que uno es más restrictivo que el otro", enfatiza.
LLEGAR A ACUERDOS
Luego, es vital comprender que –por mucho que se trate también de las vacaciones de los adultos- el padre que sale con los hijos debe informar a su contraparte sobre su destino, las actividades que tienen programadas y consultar si hay algún punto que cautelar (alimentos que los menores no pudieran consumir o alergias, por ejemplo). Se debe facilitar también el contacto telefónico, para que los niños no se sientan divididos y el otro adulto se sienta tranquilo. "Y si están en lugares cercanos, no se debe privar al hijo de ver al otro padre si el niño lo desea. La idea es que estén contentos", indica la experta.
NO A LA COMPETENCIA
También puede suceder que los hijos hagan evidentes ciertas preferencias hacia la madre o el padre: "Mi papá me hace la comida de una forma que me gusta" o "con mi mamá siempre vemos estos dibujos animados" son algunas de las frases que los niños pueden decir. Es vital que los adultos no sientan que están siendo comparados. "Los niños aman a ambos padres, pero es natural que tengan diferencias y preferencias en algunas actividades o áreas de sus vidas. Los adultos tienen que pensar que lo mismo pasa con todas las personas y no tratar de competir con el progenitor ausente", afirma Zlachevsky.
En esos casos, la experta recomienda que el adulto escuche al niño y le muestre que, así como con el otro padre hacen ciertas cosas divertidas, con él o ella hacen otras que también son entretenidas y que se complementan. Suele suceder también que los niños tienen ciertas actividades que realizan sólo con uno de sus padres, como una suerte de rito personal: es indispensable respetar ese espacio de complicidad que cada padre puede generar y no intentar apropiarse de ello.
CUIDADO CON LAS PAREJAS
Si los adultos tienen una nueva pareja, es necesario que el otro padre sepa que los niños pasarán las vacaciones con la persona. Luego, se debe consultar a los niños si no tienen problemas en que pasen algunos días juntos, entendiendo que se trata de un período de ajuste y transición para todos. La sicóloga de la Universidad Mayor destaca que "los adultos nunca deben olvidar que el espacio padre–hijo es muy importante y por ello deben pasar algunos días a solas con los hijos, sin la nueva pareja".
Por sobre todo, lo fundamental para que las vacaciones sean provechosas es que el foco sea pasar tiempo de calidad en familia, con la meta de que –al volver del descanso estival- los niños recuerden lo bien que lo pasaron con ambos padres, concluye Ana María Zlachevsky.
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