Consumidores abandonan pesimismo y confianza sube a mejor nivel en cuatro años




Mejores expectativas económicas para el país y una mayor disposición a la compra de algunos bienes como línea blanca, explicaron la fuerte mejoría que experimentó el Índice de Confianza del Consumidor (ICC) de septiembre, indicador  elaborado por la empresa de estudios de mercado Opina y la Cámara de Comercio de Santiago (CCS).

Al igual que en junio de este año, el ICC de septiembre experimentó un aumento de 6,6 puntos, pasando de 48,8 puntos a 55,4 puntos, superando la barrera de los 50, rango que se considera optimista y marcando uno de los mejores registros de los últimos años, similar al observado a mediados de 2005, cuando la economía registraba expansiones del PIB superiores al 6% real.

Peter Hill, presidente de la Cámara de Comercio de Santiago (CCS) explicó  que los resultados de la encuesta  muestran que la percepción de los consumidores ha dado un giro sustancial en los últimos dos trimestres. El abierto pesimismo que dominó los mercados por la  crisis global, parece haber quedado definitivamente atrás y hoy prima, en contraposición, un clima de confianza y optimismo. No sólo ha mejorado la expectativa futura de los consumidores, sino que -por primera vez- en el último año, éstos perciben que su situación actual ha mejorado en relación a un año atrás.

La visión sobre la situación personal muestra una mejoría durante septiembre. En la pregunta sobre como ve su situación actual versus la pasada, el índice aumenta de 31,9 puntos en junio, a 39,5 en la última medición. Ante la pregunta cómo ve su situación en un año más, los consumidores también son optimistas pasando de 60,2 puntos a 68,9.

Un mayor optimismo muestran los consumidores en relación  a la situación económica del país. De hecho, las expectativas a un año alcanzan los 72,9 puntos y a tres años  los 77,1 puntos, registrando las cifras más altas desde que se realiza la medición de este índice.

Hill señaló que la mayor confianza que han adquirido los consumidores es -por sobre todo- consecuencia de un cambio en la percepción de la situación económica en el corto plazo. En efecto, la medición que tuvo el mayor salto fue aquella que mide las expectativas económicas para los próximos 12 meses, la que avanzó 13 puntos, y que significa duplicar el índice de mediados de 2008. La medición a tres años -de por sí más estable- tuvo un alza apreciablemente menor, de alrededor de 4 puntos.

"El mayor optimismo entre los consumidores ha comenzado a manifestar sus primeros síntomas en los mercados reales. Las ventas del comercio minorista tuvieron una expansión cercana al 3% real en agosto de acuerdo al INE, y los bienes de consumo durable prácticamente detuvieron el desplome observado a lo largo del primer semestre de 2009", afirmó.

Respecto a la percepción de consumo, si bien, los encuestados consideraron un buen momento para comprar línea blanca, con un aumento de 24,8 puntos en junio a 36,2 puntos en septiembre, no sucedió lo mismo con la compra de bienes como automóviles o una vivienda,  que experimentaron un leve descenso respecto a junio. "La cautela en materia laboral se refleja, a su vez, en la moderación exhibida por los consumidores respecto de la compra de automóviles y vivienda, ambos ligados a la adquisición de créditos", indicó el dirigente.

CONTINGENCIA
En relación a la crisis económica, un 66% de los encuestados consideró que Chile está saliendo de la recesión. Sin embargo, el horizonte de término de la crisis se amplió hasta mediados de 2010, ya que en la medición de junio un 40% pensaba que ésta  terminaría este año, cifra que bajo a un 27%, mientras que un 47% se inclina por mediados y fines del próximo año.

En comparación a las mediciones anteriores se mantiene la tendencia a la disminución al temor de perder el empleo, sin embargo, cerca de 71% considera que encontrar trabajo en la actual coyuntura es difícil.

Hill señaló que la mejoría del índice de confianza no ha despejado por completo el panorama futuro que perciben los consumidores. Aún persisten importantes grados de incertidumbre asociados a los ingresos laborales de los hogares. Si bien el temor a perder el trabajo ha perdido intensidad, ha surgido con mayor fuerza la incertidumbre de encontrar un nuevo empleo. Esto es consistente con un desempleo abierto de dos dígitos y una economía que está recién iniciando su fase de recuperación.

Pese a las bajas en las tasas de interés, un 75% de los entrevistados señaló que no considera solicitar nuevos créditos o cambiar su actual situación financiera, es decir, reprogramar alguna deuda antigua, lo cual cuestiona el impacto de las políticas agresivas del Banco Central o el real traspaso de las menores tasas de la banca privada esté motivando a las consumidores.

En este sentido, el presidente de la CCS explicó que el balance financiero de las personas refleja la mayor cautela frente al endeudamiento, tanto de los consumidores como de los proveedores de crédito. De acuerdo a estimaciones de la CCS, por primera vez desde 1993 los hogares reducirán su nivel de endeudamiento en 2009, permitiendo mitigar las presiones sobre el flujo de gastos que mes a mes desembolsan las familias. Recalcó que este resultado muestra la madurez alcanzada por los consumidores, que privilegian la postergación del endeudamiento frente a una incertidumbre laboral que aún persiste en esta fase de reactivación.

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