Histórico

Diseño de la rotonda

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Señor director:

Frente a la "inminente muerte" de las rotondas anunciada hace algunos días por expertos en transporte, quisiera defender este tipo de solución vial, entendiendo que el problema no está en  el concepto de rotonda, sino en su diseño.  Según estudios realizados en ciudades del Reino Unido, un adecuado modelo -que incluye diámetros menores a 40 m, radios de entrada y salida mayores a 20 m, y pistas filtrantes-  puede lograr un aumento de hasta 35% en su capacidad, llegando a 6.900 vehículos por hora, sin la necesidad de utilizar semáforos o pasos a desnivel.

  Las rotondas Pérez Zujovic o Quilín, entre otras, claramente no han seguido este concepto, ya que fueron diseñadas cuando la regla de funcionamiento exigía que el vehículo entrante tuviese prioridad, mientras que el vehículo circulante debía esperar dentro de la rotonda, lo cual obligaba a tener diámetros gigantescos. En la actualidad, esta regla de funcionamiento se emplea totalmente al revés, pero los diseños siguen siendo los mismos. Esto ha llevado a intervenirlas erróneamente, agregando semáforos o pasos a desnivel que han transformado a la rotonda en un elemento obsoleto y poco efectivo, porque sin un diseño correcto pueden absorber entre 1.500 y 2.000 vehículos por hora, esto es, un 70% menos que las rotondas del Reino Unido.

  En conclusión, la supervivencia y efectividad de las futuras rotondas en Santiago dependerán de que sean concebidas con un adecuado diseño y operación, que les permitan absorber -en promedio- flujos de 15 mil veh/día en la vía prioritaria y siete mil veh/día en la vía secundaria, transformándose en nodos dentro de la ciudad y favoreciendo, además, el paisajismo y las áreas verdes.

Sebastián Seriani Awad

Facultad de Ingeniería y Ciencias Aplicadas

Universidad de los Andes

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