El nuevo desafío de Súper Mario

Mario Lepe

Mario Lepe, ídolo histórico de la UC, el tipo que venció tantas lesiones, afronta un nuevo desafío en su viaje hacia Supermán. Participará en la exigente y tradicional prueba de triatlón.




Por un momento, se le ve incómodo a Mario Lepe en San Carlos de Apoquindo. Algo insólito para el ex volante de contención, figura legendaria de Universidad Católica que vistió únicamente esa camiseta en su carrera, tiene su nombre en una tribuna del estadio cruzado y al club como el patio de su casa. Pero se explica por el ajustado traje de neopreno que viste mientras nada en la piscina, ya que el Gran Capitán entrena para un nuevo desafío, que a la vez será una forma de celebrar las ocho décadas de la institución en 2017.

A sus 51 años, Súper Mario participará em la carrera promocional del Ironman 70.3 de Pucón del próximo año. Le tocará nadar 375 metros en el lago Villarrica, pedalear 10 kilómetros y correr 2,5k. "Me llamaron a mí, a Lukas Tudor y otros ex jugadores. Creo que soy el único que participará. Estaba pesando 95 kilos y justo quería bajar de peso; entonces me propusieron hacerlo y dije que sí", explica el recordista de encuentros oficiales por la UC, con 639 partidos de 1983 a 2000. "Eso me motiva a hacer ejercicio, bajar de peso. Quiero llegar a 80, y si la paso bien puedo seguir. Pero sólo por Católica", dice.

"La pasé mal durante el primer mes. Hacía diez brazadas y quedaba raja. Ahora puedo tocar batería, de tanta coordinación que tengo", dice el Gran Capitán, que ya bajó alrededor de ocho o nueve kilogramos desde que comenzó a entrenar. Al apenas entrar al área de pedestrismo de Triatlón UC, un hombre le dice "¡Crack!". "Cuando vengo a San Carlos, el ego me sube hasta las nubes", sostiene, y bromea: "Ahora me miro al espejo y me encuentro un poquito más bonito".

Mario Lepe ya ha pasado más de 30 años de su vida yendo al club de Las Condes y ahora le agrega entre dos o tres horas más, de lunes a viernes, para sesiones de natación y trote o ciclismo y preparación física. Incluso el fútbol fue sacrificado para ese entrenamiento: "Tenemos un equipo, Vecinos FC, donde juega Luis Mena, Murci Rojas, Manuel Neira, Julio Gutiérrez, Juan González... Jugamos para hacer publicidad. Pero ahora sólo estoy jugando en los fines de semana, con amigos en una liga amateur. Es más tranquilo".

Y tras tantas temporadas de brillo en el balompié nacional, el trote ha sido lo más difícil. "Las articulaciones no tienen memoria, están malas y te duelen más. A lo mejor no tienes la fuerza para levantar. Me costó mucho más que la natación. De aire no tengo problema, no me canso, sino que es el hecho del dolor muscular. Y sin duda pesa el tema de las lesiones que tuve. Al principio me dolía todo, ahora ya no", cuenta. "Pero he tenido más facilidad con la bicicleta. Me gusta, siempre anduve", agrega.

Una de sus mayores fortalezas para el triatlón, y para muchas otras cosas en su vida, está en la mente. Y esa fuerza fue potenciada por el fútbol y las cinco fracturas que sufrió en su carrera. Todas superadas y vencidas: "Tengo un video que exhibí en unas charlas donde salen todas mis lesiones. Y, en una parte, sale un niño jugando a la pelota en una cancha de tierra. Era yo. Un niño es feliz jugando, y mientras lo hace bloquea sus problemas. No piensa en plata sino en jugar no más, ser feliz. ¿Crees que pensé que tendría una tribuna con mi nombre en un estadio? Eso se dio porque vi esto como un juego".

Por su garra y su visión, no sorprende entonces su especial postura respecto a su ex pupilo Gary Medel: "Le aguanté muchas cosas. No tiene maldad en el corazón, pero es desafiante. Él era un desafío todos los días, y siento que tengo una conexión con él".

Y, para Lepe, la pasión cruzada es aún más agradable en los días de hoy. Esta vez como captador, función que ejerce hasta hoy, vivió una alegría especial con la conquista del Clausura 2015-16. "Es un orgullo que el título se obtuviera con tantos chicos de acá. Fue uno de los campeonatos más felices para mí, más que muchos que gané. Sé cómo se siente, porque en 87 la mayoría del equipo eran canteranos. Qué felicidad fue ganar ese trofeo con gente con la cual crecí", expresa. Y el momento también le da otra alegría. "Ganándoles a la U somos felices. Estamos pagados al ser sus papás", afirma sonriente.

Para el Ironman 70.3 de Pucón, será el mayor rostro histórico del club en el primer episodio conmemorativo de los 80 años de su casa deportiva: "Uno no dimensiona lo que la gente cree o siente de uno. Me ve hincha y como que se pone loco. Pero no me creo el súper ídolo. No siento que soy así". ¿Y para el centenario? "Estaré de burrito... No sé, no me imagino eso. La primera felicidad sería llegar", cierra sonriente.

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