Hay 8.500 personas y el ruido no es muy distinto al de una misa. Unos cuantos murmullos es lo único que se escucha en el Movistar Arena en los instantes previos al show. Son las 21.20 horas y el recinto queda a oscuras. Los murmullos desaparecen y los músicos de acomodan con un silencio sepulcral de un público adulto que parece hechizado con la inminente aparición del ídolo. Del tipo que los hizo cantar y bailar tantas veces durante su juventud.
 
Una dudosa introducción con Hello en versión eurodance es la antesala para la aparición al escenario de un sonriente Lionel Richie (61) que rompe el hielo con un "come on Santiago" y el comienzo -con un breve desperfecto técnico- de un repertorio sostenido en éxitos de todas sus etapas.

"No puedo creer que me demoré tanto en venir, estoy muy feliz de ver a esta gente maravillosa y a estas mujeres tan lindas. Y como es la primera vez, hoy haremos todo", dice antes de sentarse en el piano y arrancar con Easy. Un hombre de canas se toma la cabeza a dos manos, las mujeres chillan y un tipo apunta al escenario con su celular para compartir el primer momento alto de un show de sencilla puesta en escena.

Un sobrio juego de luces más dos pantallas lateraly una ubicada al centro son el complemento de la presentación en que Lionel Richie revivió desde sus días en The Commodores hasta sus canciones recientes. Batería, bajo, guitarra, teclados y un saxo protagonista en fue el acompañamiento de un tipo en forma que prometió volver pronto a encontrarse con sus seguidores locales.

"Podríamos estar all night long", dijo en medio del show que tuvo al empresario Leonardo Farkas bailando como si imitara la parodia que le hace Stefan Kramer. Un segmento íntimo tuvo cantando sin más acompañamiento que su piano de cola sacando aplausos dentro de un set que sumó intimidad con Hello y Say you say me. El equilibrio llegó con encendidas versiones de Dancing on the ceiling y All night long, que apareció al final de la hora y media de un show donde miles de adultos salieron con la sonrisa tan ancha como la del protagonista.