Histórico

Nazca-Desventuradas ya es el parque marino más grande de América

Ayer se oficializó la creación del área de conservación de más de 300 mil km2.

Desde bosques de algas ondulantes a langostas de más de un metro de tamaño y casi ocho kilos de peso, forman parte del paisaje que rodea las islas San Ambrosio y San Félix, a unos 910 kilómetros de la costa chilena, a la altura de Caldera. El endemismo, o las especies que sólo se encuentran en la zona, llega a 72% en los peces y a más de 40% en especies profundas e invertebrados, constituyendo los índices de endemismo más altos registrados en el mar.

Esas estuvieron entre las razones para crear en ese territorio el parque marino Nazca-Desventuradas, decretado ayer oficialmente, y que comprende 300.035 kilómetros cuadrados, que triplican el área marina protegida de Chile. Con esto, el país suma más de 450 mil km2 bajo protección (12% de su superficie marina), y crea el parque marino más grande del continente.

“Es un tremendo desafío y un reconocimiento al patrimonio natural que tiene Chile, que debe incrementar su conocimiento y resguardarlo para las futuras generaciones”, dijo el ministro de Medio Ambiente, Pablo Badenier, quien señaló que la administración del parque -como el resto del área protegida marina- estará en la Subsecretaría de Pesca, mientras la ley que crea el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas (dependiente del Ministerio de Medio Ambiente) se esté tramitando en el Congreso.

Respecto a si la subsecretaría cuenta con lo necesario para gestionar y fiscalizar los parques, el ministro señaló que todos los servicios quisieran tener más recursos para tener mejores planes de manejo y administración, “no obstante, la insuficiencia de recursos no nos lleva a omitirnos en declarar áreas protegidas. Puede ser muy tarde si nos demoramos en declarar superficies y territorios protegidos si tienen los atributos desde el punto de vista de ecosistemas relevantes de resguardar”, sostuvo.

Primer capítulo

Miriam Fernández, directora del Centro de Conservación Marina de la Universidad Católica, valora la creación de nuevas áreas bajo protección, pero agrega que eso es sólo la primera parte para hacer conservación, atrás de eso debe haber un programa de administración y fiscalización que hasta ahora no existe.

La investigadora señala además, que es necesario cambiar el foco de la conservación, pues aunque es excelente que se creen grandes parques como Desventuradas o Motu Motiro Hiva (Sala y Gómez), la conservación no puede seguir aislada de la gente.

“En Chile han evitado hacer áreas de conservación importantes en zonas donde hay gente, necesidades y conflictos de uso. Entonces, es súper positivo, pero en algún momento tiene que llegar a los lugares donde hay gente, a cubrir todos los ecosistemas relevantes en Chile. Los oceánicos son relevantes, tenemos altísima protección en ellos, pero en el continente tenemos menos del 1%”, dice.

Frágiles ecosistemas 

En Chile central, afectado por la pesca ilegal, y en los fiordos del sur, debería haber parques marinos, indica Fernández, sobre todo en los últimos, considerados entre los ecosistemas más frágiles del país.

“El compromiso de Chile no puede basarse en crear estas megaáreas lo más lejos de los conflictos posible, porque necesitamos acciones de conservación en el continente y necesitamos que la ciudadanía, los pescadores, vean que la conservación no es algo negativo, que pueden tener beneficios directos”, enfatiza la experta del Centro de Conservación Marina de la Universidad Católica.

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