El "sí, acepto" en la era de los datos personales

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Casos como el de Cambridge Analytica y la investigación del diario "The New York Times" a finales de 2018 respecto a como Facebook estaría compartiendo información de los usuarios sin su consentimiento, son algunos ejemplos de la importancia que ha tomado el regular este tipo de acciones. De hecho, en Chile el proyecto de ley de protección de datos personales podría ser aprobada en el Senado, lo que representa una gran oportunidad para el resguardo de la privacidad y aumentar la efectividad de nuestros negocios.

Sí, con la llegada de esta normativa en conjunto con el código de autorregulación propuesto por la Asociación de Marketing Directo y Digital en Chile (AMDD), se busca regular y anteponer el consentimiento del usuario para la recolección y tratamiento de sus datos personales en la era digital, lo que no va a matar ni perjudicar la comunicación, sino que generará una limpieza en donde las empresas podrán llegar a las personas que realmente están interesadas en sus productos y/o servicios. Este "sí, acepto", tal como en las parejas, permitirá impulsar y darle un nuevo aire a la relación entre el consumidor y la marca.

Por medio de las nuevas herramientas y tecnologías, podremos tener una mejor segmentación, desarrollar mensajes personalizados y utilizar los comportamientos predictivos para en definitiva aumentar y mejorar nuestra llegada a los consumidores.

Lo que vimos el año pasado en Europa con la aprobación del Reglamento de la Unión Europea (GDPR por sus siglas en inglés), fue, en un principio, tomado con cautela y amenaza por las diferentes industrias, especialmente por lo que conlleva el email marketing. Pero el tiempo demostró lo contrario, dando a conocer resultados positivos para las empresas y aumentando la confianza del consumidor, quien ve con mejores ojos la información que hoy recibe y que es de real utilidad para sus intereses. Debemos adelantarnos al futuro de la industria donde la protección a la privacidad del ciudadano no significa ir en contra de su derecho por informarse y mucho menos que las compañías se vean restringidas en comunicar sus productos y servicios.

Los códigos regulatorios que esperamos que las empresas comienzen a incorporar en sus procesos y desarrollo diario, buscan mejorar los estándares de la industria, mostrando su seriedad y compromiso con el cliente, con una ley y autorregulación que se conoce y se aplica. Pero esto, será efectivo en la medida en que como industria digital la brújula apunte a mejorar a largo plazo los estandares del marketing directo y digital de nuestro país y comenzemos desde ya a aplicar y cambiar la manera de hacer las cosas, siempre en pos de mantener una relación sana con el consumidor.

Este es el momento para que la economía digital se anticipe a los estándares que regirán en el futuro, resguarden de mejor forma los derechos de sus usuarios y den lugar al principio de transparencia que reflejará la seriedad y el compromiso de una industria que es cada vez más protagonista.

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