Bienvenido Presidente Boric

SEÑOR DIRECTOR
Le deseo al Presidente Boric y a Chile lo mejor para los difíciles años que se avecinan. No soy quién para aconsejarlo, pero tal vez pueda advertirle de dos riesgos políticos que se avecinan como tsunami sobre él y su coalición, que hoy ya no es solo de Apruebo Dignidad, sino también de la centroizquierda, y ojalá de la Democracia Cristiana (o lo que va quedando de ella).
El primer riesgo es que las fuerzas centrífugas desde la izquierda y la derecha traten de desarmar esta promisoria coalición, la única que podría conducir a Chile hacia una socialdemocracia moderna y sustentable. Él y su gabinete político constituyen la principal argamasa que podría mantenerla unida, por mucho que algunos intenten lo contrario.
El segundo riesgo lo hemos constatado en los primeros artículos aprobados en el Pleno de la Convención. Descentralización e indigenismo extremos, posturas en contra de la propiedad y la empresa privada, demolición de la institucionalidad parlamentaria y judicial. Es mucha la tinta que ha corrido en estos reclamos, muchos que ya no son de la derecha “rechacista”, sino de integrantes de esta novedosa coalición.
Subyace en este proyecto constitucional una ideología ajena a una socialdemocracia moderna. Es una suerte de izquierdismo sesentero más una mala copia del Estado boliviano (con 41% de población indígena vs. 5% en Chile rural). Obviamente, él no va a poder intervenir abiertamente en este proceso, pero a la vez una buena parte del país, incluida la centroizquierda de su coalición, le va a pedir que tome cartas en el asunto. Esta será la otra fuerza centrífuga que le ocasionará mucho dolor de cabeza.
Le deseo mucha suerte, sabiduría como la que ha mostrado hasta ahora, y, sobre todo, firmeza para llevar el timón entre estos dos oleajes borrascosos.
Mario Waissbluth
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