Opinión

Gennaro’s: Sin nostalgia

La semana pasada iba manejando junto a mi hijo, que estaba de vacaciones, cuando sin darme cuenta estaba justo frente al Gennaro’s, un local al que fácilmente había ido por última vez a mediados de los 90. De noche, claro. Como ya eran pasadas las dos de la tarde, teníamos hambre y había espacio para estacionar, decidimos parar y entrar.

El local estaba vacío, salvo por una mesa donde jugaban unos niños que daba la impresión eran familiares del dueño. En la puerta el único mozo fumaba mientras conversaba con la gente que pasaba caminando. Nosotros nos ubicamos junto a una ventana y rápidamente llegó el mozo con las cartas. Apenas revisamos y simplemente pedimos. Mal que mal, en una fuente de soda uno tiene claro lo que pide. Nuestra orden fue un Chacarero ($9.200), un Barros Luco ($8.900) y dos bebidas ($2.500 cada una).

Los líquidos llegaron de inmediato y mientras esperábamos los sándwichs aproveché de mirar el interior del Gennaro’s que, salvo por la televisión de pantalla plana, lucía igual que en mi última visita 30 años atrás. Mesas de cubierta lavable y encima las servilletas y los envases de mostaza, kétchup y mostaza. A lo lejos una barra con botellas de vino corriente y algunas de destilados clásicos. El wurlitzer y la tele apagados. Pareciera que todo estaba listo para la noche, cuando -me contaron- se repleta este lugar.

Tras la observación llegaron los sándwichs. El Barros Luco venía en una frica clásica bien sabrosa y resistente, ideal para aguantar el viejo truco de las fuentes de soda -para ampliar el margen de ganancia- de poner más queso que carne. Esta última a ratos denotaba cierta tensión. Aún así, el sándwich se dejaba comer. ¿El chacarero? En el mismo buen pan, con la misma carne algo porfiada y con bastante tomate y ají verde. Pero… los porotos verdes, no muchos, eran de esos que venden congelados. Para peor, los habían hervido hasta que perdieron forma y color. Es cierto, descrito así el chacarero no se torna particularmente apetitoso. Sin embargo, el conjunto funcionaba bien. Y mejor aún con una buena dosis de esa exquisita mostaza amarillo flúor que suele haber en este tipo de locales.

Hace unos días escuchaba en un podcast a la psicoanalista Constanza Michelson hablando sobre la nostalgia, que de alguna manera puede llegar a convertirse en un vicio, decía. Y claro. Un vicio que lo hace a uno ver las cosas como pasadas por un tamiz que deja todo perfecto. Bueno, mi visita al Gennaro’s fue sin nostalgia. Aún así, fue un grato momento. Y de paso, recordé cómo realmente eran las fuentes de soda que frecuentaba en los 90. Ni más ni menos, sin idealizaciones.

Por Álvaro Peralta Sáinz (Don Tinto), cronista gastronómico.

CONSUMO TOTAL: $23.100

DIRECCIÓN: Pedro Lautaro Ferrer 3181, teléfono 222043485, Providencia.

HORARIO: Lunes a sábado 13:30 a medianoche.

ESTACIONAMIENTO: Afuera del local (pocos).

PÚBLICO: Apto para todo público.

CALIFICACIÓN: ✮✮✮

Calificaciones: ✮✮✮✮✮ Sobresaliente / ✮✮✮✮ Excelente / ✮✮✮ Satisfactorio / ✮✮ Mucho que mejorar / ✮ Para no volver

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