Película 1976: un año en la historia contado por mujeres

1976 es la ópera prima de Manuela Martelli. Un drama sobre la dictadura militar en Chile, pero –a diferencia de muchas películas sobre esa época– no se centra en ese hecho histórico. Es una mirada sobre uno de los años más oscuros del país, pero desde el interior de una casa y desde el punto de vista de una mujer. Un punto de vista que no suele verse en el cine y que –según las realizadoras– representa de manera más fidedigna la memoria viva que no está en los libros de historia. Y en la que revista Paula, también tuvo un rol.




¿Por qué es necesario que existan más películas escritas o dirigidas por mujeres?, fue la primera pregunta que surgió en esta mesa. Estábamos allí sentadas para conversar sobre 1976, la primera película escrita y dirigida por Manuela Martelli. También estaban la directora de arte, Francisca Correa, y la vestuarista, Pilar Calderón.

“La primera intención de la película es contar un momento histórico desde el punto de vista de una mujer. Es una deuda gigante que tenemos en nuestra historia. Cuando comencé a hacer esta película, me di cuenta de que toda la lectura de educación escolar está en un 95% escrita por hombres. Nuestra historia es aprendida solo desde el punto de vista de ellos. Y también muy enfocada en una política masculina: la del poder, de las batallas, de las tomas de territorio, de las conquistas, de la firma de tratados, donde siempre fueron protagonistas los hombres”, comenta Manuela. “Una mirada ajena a nosotras, porque no nos sentimos representadas en ese otro mundo. No hemos estado mucho ahí, en el espacio público, de poder”, complementa Francisca.

Manuela Martelli, Directora y guionista de 1976.

Y esa representación es importante. Tiene que ver con cómo se construyen los relatos que definen nuestros imaginarios. Nosotros tenemos un imaginario respecto de lo que significa ser una “buena mujer” o un “hombre ejemplar”; tenemos un relato sobre la idea de una familia feliz, sobre un buen trabajo. La pregunta es quién cuenta estos relatos con los que construimos nuestros imaginarios. Y hasta ahora, han sido principalmente hombres.

Por eso Manuela y este equipo quisieron contar la historia desde una mujer: Carmen, representada por Aline Küppenheim, una mujer que se encuentra atrapada en los cánones conservadores durante los primeros años de la dictadura de Augusto Pinochet. “Una cosa que caracteriza el cine de mujeres es que está constantemente preocupado por los procesos personales. Las mujeres –sin generalizar, por supuesto– son capaces de encontrar la gran historia desde los personajes anónimos”, dijo hace un tiempo en una entrevista en Paula, Antonella Estévez, periodista experta en cine femenino.

Y es justamente lo que buscaron Manuela y su equipo (en gran parte conformado por mujeres). La película no quiere contar la historia de la dictadura; ni de la violaciones a los derechos humanos ni de la resistencia, aunque ocurre en ese contexto. Es la historia de una mujer que –como todas– es víctima de una sociedad patriarcal; una mujer relegada a lo doméstico, un espacio que se considera poco importante, que le asigna a la mujer un rol secundario dentro de la sociedad. Es esa postergación la que abre un espacio para que Carmen acceda a la petición del sacerdote del pueblo para que cuide a un joven herido a bala, que está alojando en secreto. Ella encuentra allí la importancia que en su casa no se le ha dado.

Carmen (Aline Küppenheim), protagonista de 1976, la película.

“Cuando pensé en la película, comencé preguntándome acerca de mi abuela materna, que no alcancé a conocer”, confiesa Manuela. “Me di cuenta que sabía muy poco sobre ella y me puse a conversar con mi familia. Descubrí que después de haber sido madre y dueña de casa, había decidido entrar a la Escuela de Artes Aplicadas, que tenía miles de intereses y que era una mujer muy adelantada para su época, pero que también sentía que a sus cuarenta y tantos años la vida ya se le había pasado. Mi abuela murió en 1976, un año muy crudo de nuestra historia, sin haber cumplido 50 años. Eso me hizo querer darle vida a un personaje, preguntándome cómo se vivía ese año al interior de una casa; desde el punto de vista de una mujer con más intereses de los que su contexto le permitía desarrollar”.

“Hay una metáfora en la película en relación a lo que ella está haciendo en la casa: ella está haciendo una remodelación. Cuando comienza la historia hay un desastre en su casa, y de a poco uno va entendiendo lo que está haciendo: remodelando a su gusto, buscando el color específico que quiere para la pared. Y es bien triste, porque ésta es, en el fondo, su pequeña libertad, es lo único que se le permite: elegir el color del muro. Lo único que puede decidir en su vida”, dice Francisca. Recuerda también otra escena en la que los hombres están tomando whisky y están conversando sobre lo que ella tiene que hacer. “Ella escucha esto, pero ellos no la escuchan, y siguen hablando sobre ella. Para todas nosotras resultan muy cercanas esas presiones sociales, ese ‘deber ser’, que te va cohibiendo. En la película y por la distancia de la época, es mucho más fácil verlo, pero a todas en algún punto nos refleja, el no poder hacer lo que de verdad queremos hacer. Eso nunca ha sido tan fácil para una mujer”.

Francisca Correa, Directora de arte en 1976, la película.

Revista Paula, la inspiración

En la mesa donde conversamos están varias revistas Paula de la época. Y es que –según cuentan las realizadoras– esta revista fue parte importante en el proceso de investigación, de creación de los personajes. “La revista Paula es un referente importante porque en Chile es muy difícil encontrar fotos. Es la única revista que teníamos de acceso a la época. Encontramos, además de la moda, imágenes de reportajes para ver un poco de la vida cotidiana que es muy difícil de encontrar”, cuenta Francisca.

“Cuando pensamos en la hija de Carmen, dijimos seguro que ella habría visto la revista Paula para vestirse. Pensamos en cuáles serían sus referentes y ahí surgió la revista”, agrega Pilar, la vestuarista. “Es como un círculo creativo porque una vez que la imaginamos con la ropa que se mostraba en Paula, inmediatamente empezamos a crear una biografía a partir de esa ropa: pensamos en una mujer que trabaja, que ya se compra su propia ropa”. “Es que uno va contando también una historia a través del arte y el vestuario”, complementa Manuela. De hecho, Pilar cuenta que para las escenas en la playa buscaron para Carmen sweaters de tonos sutiles, naturales, pues ella sentía mayor libertad en ese espacio. Luego para las escenas donde cumplía un rol de mujer casada de clase alta, la ropa era más estructurada; trajes de dos piezas, colores más fuertes. “La idea fue marcar esas dos facetas, porque en ese rol social ella se sentía más incómoda”.

“Yo creo que la revista Paula tuvo un rol bien particular en la historia. Porque antes de eso las revistas eran Rosita, Eva…. revistas que perpetuaron ese modelo de la mujer madre, abnegada, dueña de casa. Paula comienza a meter temas tabú: el aborto, la presencia de la mujer en el espacio laboral, la independencia de la mujer, la infidelidad. Eran temas que hasta ese momento no existían, no se mencionaban en los medios. Y por tanto era una revista que comenzaba a vislumbrar otra moda”, dice Manuela.

Ese ejercicio de revisar la historia de las mujeres a través de la revista o de la película y sus personajes –coinciden todas–, permite también entender el presente de las mujeres, cuánto hemos avanzado, o no. “La película hace ese ejercicio de poner un espejo en el pasado. Al final lo que está reflejando es el presente. Para mí el valor de una película histórica es eso, no es simplemente una cuestión anecdótica con el pasado, y de qué somos herederas también”. Y contarlo desde la voz de una mujer, permite visibilizar y valorizar la experiencia del cotidiano, especialmente de las mujeres que son quienes no han tenido voz. “Queríamos que la película se sintiera cercana, que estuviera esa memoria viva que no está en los libros de historia. El espacio doméstico que no suele estar en las películas, y lo cierto es que para mí, esa es la verdadera historia”, concluye Manuela.

Pilar Calderón, vestuarista.

INFORMACIÓN DE CARTELERA

Estreno en cines: jueves 20 de octubre

Salas: Santiago y regiones

Distribuye: Market Chile1976.

Dirigida por Manuela Martelli

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.