Cómics sin ropa
Los cómics subidos de tono están de moda. Además de las ilustraciones, tratan temas sexuales, con historias con trama que los lectores pueden seguir.

Esto lo viví así: cuando estaba en la universidad, muchas veces, en vez de estudiar, leía cómics subiditos de tono. La fórmula era la siguiente: una historieta + un pololo + una cama donde echarse a leer de guata estas historias de mujeres voluptuosas y héroes superdotados. La suma era igual al cielo.
En pijama, o medio piluchos, mi amante y yo empezábamos a leer un cómic por iniciativa mía, cada uno interpretando un personaje: él, generalmente superhéroe o cavernícola, y yo, una amazonas o una tremenda mina dibujada por el italiano Milo Manara, un clásico de los dibujos para adultos. No alcanzábamos a terminar de leer porque, en el clímax del argumento, ya estábamos interpretando nosotros la escena final. Para revivir viejos tiempos, salí a mirar como está el mercado de los dibujos animados que tiran. Encontré una tiendita, La Comiquería (Portal Lyon, loc 63, Providencia 2198, fono 784 2213), donde abundan. En las librerías tradicionales escasean.
Yura y Makoto recién casados
Me hubiese encantado tener esta serie de historietas de amor japonesas en formato de manual de sexo hace mucho tiempo. Yura y Makoto son una pareja, con preguntas y ansiedades de recién casados. Por ejemplo, el marido, Makoto, en un capítulo de la serie escrita por Katsu Aki, se entusiasma con la guapa vecina que acaba de instalarse. Mientras la historia avanza, entre los cuadros de la historieta aparecen comentarios escritos por una afamada sexóloga española, Olga Gutiérrez, del tipo: "Es normal que se fantasee con otras personas" o "Cada matrimonio tiene distintos problemas sexuales que se solucionan, en un 65% de los casos, hablando".
Con cada capítulo se abren más los ojos, porque el parcito se pone más y más osado. Al final, se aprenden nuevas posturas como shigure chausu –o postura de llovizna, que consiste en la mujer encima del hombre moviéndose en todas direcciones–, para leer, fantasear y probar en pareja cuando cae la tarde. Hay varios tomos en La Comiquería y cuestan $ 8.800.
Chicas perdidas
The lost girls es una tira cómica de tres tomos de gran tamaño, poblada de personajes de ficción como Wendy (la niña de Peter Pan), Alicia (la del país de las maravillas) y Dorothy (la del mago de Oz) quienes, ya adultas, se juntan –como amiguis– a intercambiar sus historias sexuales, viviendo en la reprimida y conservadora sociedad inglesa decimonónica. Este invento del británico Alan Moore, autor de X Men y V de Vendetta, fue muy criticado por lo extremadamente osado pero, por curiosidad, vale la pena echarle una miradita. En La Comiquería cuesta $ 25.300 cada tomo.
American virgin
El veinteañero Adam Chamberlein, un líder religioso de un movimiento pro virginidad, intenta no tener sexo hasta el matrimonio. El joven se propone cumplir este mandamiento pero, antes, su novia Cassie muere en una misión de paz, y esta tragedia destruye todas sus convicciones. Esta serie norteamericana, éxito de ventas en gringolandia, fue publicada por Vértigo Cómic, y tres tomos valen US$ 36 en Amazon. La historia se puede seguir sin saber inglés.
Love junkies
De editorial Norma, este cómic erótico de Kyo Hatsuki cuenta las andanzas de Eitaro, un joven japonés que lleva una agitada vida sexual. En una historieta se mete con su jefa, una mujer sexy, exitosa, madura y decidida, que lo usa para enmendar la pérdida de su ex. En otra, se encama con una guapa vendedora de hamburguesas y, en una tercera, se deja querer por Emu, una chica que decide ser su novia sólo por el día de su cumpleaños y le prepara una cena donde ella es el postre. Se lee de atrás para adelante como casi todas las mangas creadas en Japón e impresas en islas aledañas, por prohibiciones legales. ($ 8.800 en La Comiquería).
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