El amor de pareja está sobrevalorado




“Reflexionar sobre el amor de pareja siempre me ha resultado un poco extraño e incómodo. Si bien he tenido relaciones románticas -más parejas fugaces que serias- siempre me he cuestionado la viabilidad de estas. Esto desde una perspectiva personal. Yo entiendo muy bien que en nuestra sociedad hay muchas parejas que funcionan perfectamente bien, ya sea por algún tiempo, años, o la vida entera. Pero a mí nunca me ha hecho mucho sentido, a pesar de que lo he buscado por la mitad de mi vida, quizás por presión social. No voy a decir que no fantaseo a veces con la idea de una pareja, y tampoco voy a negar que me he imaginado en ciertos momentos de soledad en que me gustaría compartir una conexión que escape un poco de la superficialidad. Pero la verdad es que con la edad he llegado al punto de considerar que el amor de pareja es algo que está muy sobrevalorado. Creo que la sociedad nos ha impuesto un modelo romántico que no debiese ser, necesariamente, el camino para todas las personas. Hay una presión social importante, que constantemente empuja a la idea de que la vida no puede llegar a ser plena si uno no la vive en pareja. De chicos nos dicen, incluso a los que somos más reacios a la idea, que uno debe tener pareja en algún momento de nuestro paso por esta tierra. Yo creo que no es así.

Creo que en la soledad de la soltería se puede estar perfectamente bien. Creo que uno se puede dar los permisos de conectar con gente, vivir momentos especiales, pero eso no tiene por qué llevar a, o convertirse en, un compromiso de relación. Y esto lo digo completamente aparte de las ideas que hoy están tan de moda de poliamor, relaciones abiertas y similares. No voy a entrar en eso, porque esta reflexión se trata un poco más sobre aceptar que hay distintos tipos de amor en nuestros vínculos personales y que estos pueden ser suficientes para un pleno desarrollo personal y afectivo con nuestros pares.

Estoy convencido de que uno puede encontrar este equilibrio afectivo en la gente de quien uno se rodea, amigos y familia particularmente. Yo en lo personal me entrego mucho a los vínculos con mis amigos, son el pilar principal en mi vida, en quienes más confío, a quienes busco por compañía, consejo y sostén emocional. Me entrego a los momentos de alegría plena que estás relaciones me entregan. Dedico gran parte de mi tiempo libre a ellos, y el resto de ese tiempo queda para mí. Me pasa también que me cuesta mucho equilibrar estos tiempos cuando entra una pareja a esta ecuación. Y honestamente me descuadra un poco, a veces incluso me postergo, porque el tiempo con mis amigos no lo tranzo. Y al hacerme falta, sacrifico de mi propio espacio para este tercero y eso nunca en la vida me ha hecho mucho sentido, a pesar de saber que muchas veces son sacrificios que uno escoge realizar. Todo esto sin mencionar aún el amor (generalmente) incondicional de la familia. Que también demanda otros tiempos, sacrificios, espacios, alegrías, discusiones.

Pero al fin y al cabo, este amor de amigos y familia para mí se ha hecho suficiente. No siento la necesidad de estar con alguien, ¿tengo ganas de vez en cuando? Sí, por supuesto que las tengo, creo que eso es natural. Pero no por eso me lo impongo, lo busco o me lo propongo como una meta en la vida. Porque mi felicidad y plenitud no dependen de ello.

No quiero con esto quedar de amargado o despechado, en absoluto. Pero creo estar en pareja me supone una carga emocional grande, una dependencia para bien o para mal, responsabilidades que se suman al montón de exigencias que uno ya tiene en el día a dia. Y todo esto sin entrar a lo complejo que pueden ser las relaciones sexoafectivas y a lo delicado que es la facilidad con que estas se pueden volver tóxicas, contaminando inevitablemente muchos otros espacios (si no todos) de la estabilidad mental y emocional de los involucrados.

No digo que la gente no debiese tener pareja, solo planteo que la gente que cree necesitarla deseperadamente debiese plantearse si es eso lo que quiere realmente en su vida o no. Yo llevo mucho tiempo haciéndolo, y con toda tranquilidad he llegado a encontrarme con la posibilidad de que no sea algo que yo quiera para mí y creo que es muy importante que empecemos a conversar abiertamente de que esto es una posibilidad, y por sobre todo, que está bien. Yo lo veo como una manera de simplificarme la vida, creo que uno ya tiene suficiente con sus propios dramas y laberintos sentimentales, es innecesario sumarle más carga emocional al corazón solo por el deseo de intimidad o por la presión del resto.

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