El retorno de Village

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Antes de la masiva llegada de productos made in China, en los 2000, la industria del regalo creada por los hermanos Daniel y Marcos Gleiser tuvo tres décadas de oro. A 12 años de la paulatina desaparición de sus tiendas, el pasado 24 de noviembre se inauguró su primer módulo, que conserva algunos de sus clásicos: tarjetas de celebración, peluches, esquelas y calcomanías.




Paula.cl

"La vuelta de Village ha generado muchas emociones positivas en la gente. Durante el montaje de los módulos escuchábamos: 'Mira, Village está de vuelta'", cuenta Carla García, subgerente de marketing de Village, ahora propiedad de la marca de materiales y cuadernos Rhein. "Incluso pusimos a disposición un libro, donde la gente nos ha llenado de comentarios agradeciendo y compartiendo sus recuerdos y experiencias con la marca", agrega.

Peluches, tarjetas, esquelas (entre ellas las clásicas de Sarah Kay) y tazones con mensajes, y la incorporación de nuevas tendencias en papelería y decoración, como agendas y planners, y paquetes de productos DIY (Do it yourself o hacer uno mismo) es el concepto detrás del retorno de esta tienda de regalos fundada en 1972, que en los años 90 se instalaba en los lugares más concurridos de Santiago, como la calle Huérfanos y el paseo Ahumada, y centros comerciales como Parque Arauco, Alto Las Condes y Apumanque, además de franquicias internacionales en Argentina, Bolivia, Ecuador y Uruguay.

"Village logró un capital único en conexión y transmisión de emociones, que marcó a generaciones completas. La marca se transformó en un cómplice a la hora de regalar y decir lo que sientes", sostiene Carla, quien junto a un equipo de 10 personas, entre ingenieros comerciales y diseñadores, acaba de inaugurar, el 24 y 29 de noviembre, los primeros dos módulos (en Mall Plaza Egaña y Mall Plaza Vespucio) y por estos días abrirán un tercero, tipo pop up store, en Mall Plaza Los Domínicos, que marcan el retorno del negocio familiar que comenzó vendiendo pergaminos y posters en la calle, y se atribuyó la conmemoración de celebraciones especiales como el Día de la Madre, el Día del Niño o el Día de los Enamorados, con cientos de alternativas de tarjetas.

"El desafío más grande es lograr sintonizar con las nuevas generaciones, menores de 20 años, entendiendo que la marca aterriza en contextos y estilos de vida muy distintos que en los años 70", dice Carla, quien también adelanta que para 2018 están pensando en ampliarse a la venta on-line.

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