Sí & No: Sylvia Eyzaguirre




Paula 1243. Sábado 13 de enero de 2018.

Por Paula Coddou / Fotografía: Carolina Vargas

    NO tengo auto. No soporto los tacos, me ponen mal genio, prefiero caminar, usar la bici o el Metro, aunque esté repleto. Hace varios años que no tengo televisión y no la he echado de menos.      me marcó trabajar con Harald Beyer. Su principal virtud es que te saca de tu zona de confort para obligarte a cuestionarlo todo una vez más y en ese proceso surge siempre algo nuevo.     NO ha sido tema en mi carrera el hecho de ser mujer ni mi apellido, siento que he tenido las mismas oportunidades que mis colegas hombres. Eso se debe, en gran parte, a la formación que me entregó mi colegio (The Grange School), donde nunca hubo discriminaciones (teníamos carpintería y costura por igual) y donde el tema del apellido no existía, y a la suerte que he tenido de trabajar en lugares donde lo que importa es tu trabajo y no tu género o condición social.      me ha costado combinar el trabajo con la maternidad. Tengo solo una hija, tiene 2 años y a esta edad son muy demandantes. Por otra parte, mi trabajo me encanta y la capacidad de influir es proporcional a las horas que inviertes.     NO me arrepiento de haber sido mamá a los 40. Físicamente es agotador, pero no tuve que postergar nada, hice todo lo que quise, viví bien a concho estos 40 años.      es complejo estar en pareja con un político (Fulvio Rossi). El ritmo de trabajo de los políticos es de otro planeta, eso sin duda afecta las relaciones, y la exposición pública es una constante amenaza que agota.     NO soy celosa, pero eso no quita que alguna vez haya sentido celos.     SI hay algo que no puedo soportar es la mentira. Por lo general las personas mienten por cobardía o para sacar provecho de una situación a costa de otros, ambas actitudes las encuentro deleznables.    NO tengo afinidad con los discursos dogmáticos. Me sorprende que las generaciones de políticos más jóvenes tengan tantas convicciones, es como si no cupiera espacio para la duda.      creo en los acuerdos, porque es la única manera de que el país avance. Tenemos la costumbre de evaluar las políticas en función de nuestro propio ideal, pero nos olvidamos de preguntarnos si mejoran o no las actuales condiciones.     NO creo en Dios, tampoco en que la vida tenga un sentido. Vivo con la sensación de vértigo que provoca la muerte, pero no sufro de angustia. Encuentro increíble estar viva y solo sé que esta es nuestra única oportunidad.

Señas: Sylvia Eyzaguirre, 42 años, Doctora en Filosofía de la Universidad Albert-Ludwig de Friburgo, Alemania.

Foco actual: investigadora del CEP.

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