Crónica Estéreo: Otra vez La Polar


El llamado “caso La Polar” reventó hace más de una década, pero es difícil que cualquier persona mayor de edad no lo recuerde. Para los libros pasó a la historia como el mayor escándalo financiero y como el inicio de una sucesión de casos que terminaría por colmar la paciencia de la ciudadanía. No sólo se trató de un fraude portentoso, con un 40% de la cartera de clientes disfrazada de activos y las millonarias consecuencias que la admisión de las malas prácticas tuvo para sus accionistas. Fue también una indignante historia  de abuso contra cientos de miles de clientes cuyas deudas fueron repactadas unilateralmente para cobrar más y más intereses.

Con nuevos dueños y con la decisión de persistir con un nombre manchado por la polémica, la empresa inició una nueva etapa.

Pero ahora -aunque en una magnitud evidentemente menor- vuelve a la polémica.

Las denuncias por vender ropa falsificada que se conocieron en noviembre del año pasado pusieron a la empresa a la defensiva, desconociendo cualquier falta e incluso contraatacando con demandas a sus denunciantes.  Pero hace unos días, a fines de la semana antepasada, La Polar comunicó oficialmente que sí había estado vendiendo ropa falsificada, aunque argumentó que había sido engañada por dos empresas proveedoras. Con su credibilidad en el suelo y sin el respaldo de su propio gremio, la compañía tiene pocas cartas que jugar. Hoy, María José Tapia, periodista de Pulso de La Tercera, nos cuenta de qué se trata este nuevo Caso La Polar.

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