Mientras el Presidente Gabriel Boric espera con nerviosismo el inminente nacimiento de su primera hija, Violeta Boric Carrasco, el Mandatario no se ha despegado de las primarias de su sector.

Pese a que ha cultivado un bajo perfil en los comicios para elegir al candidato de su alianza de gobierno, el martes, durante el cónclave del oficialismo en Cerro Castillo, el Mandatario envió un escueto mensaje a los partidos que apoyan su administración.

“Tenemos una buena primaria, debemos cuidar el ambiente entre nosotros, pero eso no quita que debatan con libertad y que critiquen aspectos del gobierno”, fue el recado -según recuerdan tres dirigentes de partido ahí presentes- que les hizo el Mandatario sentado al medio de una gran mesa en la cual compartían timoneles, parlamentarios y ministros.

Las palabras de Boric sobre la primaria oficialista vienen a cerrar una etapa que, desde las sombras, lo ha tenido siempre como protagonista.

Para ningún partido de la alianza de gobierno es un misterio que el Presidente, desde finales de 2024 hasta inicios de este año, estuvo preocupado de que su sector lograra inscribir una primaria unitaria. Ese, admiten en Palacio, fue su objetivo: conseguir una sola primaria, lo más amplia posible y que fuera competitiva.

Para lograrlo se lo comentó a sus partidos, pero también lo conversó con sus propios ministros. Tanto así que dio facilidades a sus exministras -Carolina Tohá (PPD) y Jeannette Jara (PC)- para planificar sus salidas del gobierno en el momento en que ellas quisieran. Incluso, para ambas hubo gestos de agradecimiento y apoyo para las elecciones que enfrentarían los próximos meses y que tendrán su medición final el domingo 29 de junio.

También fue él mismo uno de los principales impulsores para que su partido, el Frente Amplio (FA), llegara a la papeleta de primarias con un nombre de sus filas.

En el primer comité central del FA -a inicios de diciembre del año pasado- Boric se los pidió a sus propios militantes. Con una aparición sorpresa, el Mandatario no solo reforzó la relevancia de la “unidad más amplia” entre las fuerzas progresistas, sino que también dio señales de que el FA debía levantar una candidatura propia, algo que finalmente fue una de las conclusiones de ese mismo encuentro.

Los movimientos de Boric para que su partido diera con un nombre competitivo no se agotaron ahí. Él mismo se encargó de hablar con el alcalde de Maipú, Tomás Vodanovic (FA), quien en marzo sonaba como una posible carta frenteamplista. Dados sus constantes rechazos a la idea, Boric compartió con Vodanovic su diagnóstico y le recomendó seguir su instinto y quedarse en la comuna para cumplir sus compromisos con los vecinos.

Con esa carta fuera del tablero, Boric se desplegó para que su amigo, el diputado Gonzalo Winter (FA), cambiara de opinión y tomara la posta del desafío presidencial.

Dada la cercanía de ambos -que viene desde los patios de Pío Nono en la Universidad de Chile-, para nadie en el FA sería una sorpresa que Boric haya conversado con Winter para animarlo.

Sin embargo, el gesto más evidente llegó, según cuentan quienes supieron del episodio, cuando el Mandatario dejó a Winter abajo de la delegación que lo iba a acompañar a la gira que realizó por India a inicios de abril.

El diputado estaba contemplado para acompañar al Mandatario, pero la señal de Boric fue interpretada de inmediato por Winter como un gesto para inclinar la balanza hacia el “sí” definitivo.

De hecho, en reemplazo de Winter subieron a la diputada Gael Yeomans (FA), quien a esa altura se había transformado en la principal promotora del diputado para la primaria, por lo que ella misma decidió no subirse al avión y quedarse con su compañero de bancada en el momento decisivo. Esa cercanía la llevó, semanas después, a transformarse en su principal escudera y jefa de campaña.

La obsesión de Boric

En La Moneda cuentan que el Presidente ha dicho abiertamente que está “contento” con la primaria y ha transmitido a sus equipos que su intención es que durante los meses de campaña prevalezca el fair play.

La razón detrás de su alegría por la primaria radica, según fuentes de gobierno, en que al Mandatario -ya en la recta final de su administración- lo que le importa es la unidad del progresismo y para Boric “la primaria consolida esa realidad”.

El deseo de tener fair play convive bajo el entendido de que, según él mismo ha dicho, “las diferencias que hay dentro de los progresismos son de matices, identidades, pero no de fondo”. Por lo tanto, su aspiración es a que los candidatos no se boicoteen entre ellos. Lo que se quiere evitar es una primaria que sea marcada por la rudeza y la hostilidad, como lo fue la que tuvo Chile Vamos en 2017 entre el expresidente Sebastián Piñera, el exdiputado Felipe Kast y el senador Manuel José Ossandón.

Evitar una competencia crispada y que deje dañadas las relaciones de su alianza de gobierno es una preocupación para el Mandatario. Esto debido a que la mirada del Presidente se ha volcado en algo que, en el oficialismo, cuentan que se ha transformado en “una convicción y obsesión” presidencial: la lista única parlamentaria.

En el mismo cónclave de Cerro Castillo, Boric y el ministro del Interior, Álvaro Elizalde (PS), reforzaron ese objetivo político ante la anuencia de todos los presentes, salvo un par de timoneles minoritarios, como el del Partido Radical, Leonardo Cubillos.

El radical, quien fue de los últimos en hablar, dijo que si todos estaban de acuerdo en la lista única, por qué entonces llevan tanto tiempo discutiendo el asunto y no se cierra cuanto antes el tema. Incluso, emplazó irónicamente a hacerlo ahí mismo en Cerro Castillo.

Las palabras de Cubillos sinceraron algo que todos saben, pero que pocos se atreven a transparentar. Mientras discursivamente las fuerzas oficialistas se pliegan al llamado de Boric por una sola lista, por el lado las conversaciones entre los negociadores de los partidos -cuyas tratativas continuarán el jueves de la próxima semana en la sede del PS- de a poco se van encaminando a terminar en dos listas parlamentarias.

Mientras eso está pendiente, Boric no pierde la esperanza de lograr que todos los partidos vayan en una sola plantilla parlamentaria y por eso no quiere que la primaria se transforme en una guerra civil entre ellos.

En ese ánimo, de a poco ha ido llamando la atención cómo se está elevando el tono entre los cuatro candidatos. Mientras Jara y Winter han sido duros en reprocharle a Tohá que su intento de “restauración concertacionista” solo es “nostalgia del pasado”, Jara ha sido más audaz en criticarla por algunos resultados en materia de seguridad, e incluso calificó de cándidos a Tohá y Winter por el acuerdo entre SQM y Codelco por la estrategia nacional del litio.

Pese a eso, en La Moneda y en el oficialismo miran dichos enfrentamientos con tranquilidad. Más que las tensiones entre los candidatos, en el sector lo que preocupa es que ven que la primaria oficialista “no prende”, por lo que la ambiciosa meta de los dos millones de votos se ve cada vez más lejos. Como una forma de prender el ambiente, los partidos están incentivando que las diferencias entre los candidatos se vayan marcando de forma más intensa a medida que el tiempo se acaba y se acerca el día de la votación.

Ese mismo sentir fue explicitado esta semana por el Presidente en entrevista con CNN Chile. Ahí el Mandatario remarcó que los cuatro candidatos “tienen el deber” de diferenciarse entre ellos y que “está bien que haya debate y que haya asperezas”.

En esa misma entrevista mandó un mensaje a los candidatos: “Les pediría que sean sinceros, abiertos, que debatan, que le pongan pasión, que convoquen a la mayor cantidad de gente posible, que tengamos una primaria que sea con ánimo, con hambre y en eso tienen que marcar diferencias con el gobierno”. Luego agregó que “la primaria no puede ser un acto de defensa del gobierno”, ya que, a su juicio, “la primaria no es la defensa de lo que pasó, es también la propuesta de lo que viene”.

El único ruido que ha generado mayor molestia fue la dura arremetida del economista Óscar Landerretche. El socialista se sumó como colaborador a la campaña de Tohá y desde ahí ha liderado una fuerte arremetida contra el FA. Primero dijo que si no ganaba Tohá, no apoyaría al ganador de la primaria. Pero el viernes elevó el tono.

“Me gustaría saber que si hay un gobierno de derecha traten de no derribarlo y convertir el país en un maldito infierno, quemando iglesias”, dijo haciendo referencia al FA. Su frase generó la indignación de los frenteamplistas. La secretaria general del PC, Bárbara Figueroa, pidió “no caer en descalificaciones de poca monta”, el FA exigió que Tohá se manifieste y se desmarque y Winter aseguró que “la candidatura de Carolina Tohá, en voz de Óscar Landerretche, se imagina al progresismo pequeño, compacto, sin la izquierda. Y, por lo tanto, débil”. En tanto, la jefa de campaña de Tohá, Pía Mundaca, afirmó en X que Landerretche no es vocero del comando y su opinión es a título personal.

Boric, firme con la prescindencia

En La Moneda cuentan que Boric agotó todos sus gestos en los cambios de gabinete con las salidas de Jara y Tohá. Y que no habrá nada más.

En el FA saben que el candidato de Boric es Winter. Pese a que al partido le habría gustado un gesto a favor suyo, comprenden que su rol de Presidente hace imposible cualquier otra señal.

Tanto así que Boric ha manifestado públicamente que no romperá la prescindencia que él mismo le pidió a su gabinete. “Como Presidente de la República sería una falta de respeto, habiéndoles exigido a mis ministros prescindencia de cara a la primaria, plantear yo una posición que evidentemente generaría una posición de cara a la primaria”, dijo esta semana.

Además, quedan solo tres semanas para la elección y la agenda de Boric no tiene muchas actividades agendadas, ya que está a la espera del nacimiento de su hija. Cuando eso ocurra, el Jefe de Estado se tomará los cinco días de posnatal que le corresponden a los padres y, por el momento, está contemplado que viaje a Punta Arenas a votar. Respecto de giras internacionales, lo único que hay en carpeta es su asistencia a la cumbre de los Brics el próximo 6 de julio en Río de Janeiro.

Junto con eso, lo cierto es que los propios comandos de los candidatos también miran con distancia el rol que jugará la figura del Presidente en lo que queda de campaña.

De hecho, desde los comandos del oficialismo transmiten que su imagen no estaría en la franja electoral, que ya está en proceso de producción de cara al lanzamiento este 11 de junio.

Eso no quiere decir que no haya referencias al Ejecutivo, ya que Tohá y Jara buscarán relucir sus experiencias como ministras de Estado, tal como lo han hecho durante la campaña.

Una posición más complicada es la de Winter: desde el comando del frenteamplista ven como una situación imposible desligarse de la figura de Boric, que milita en la misma tienda. Esto ya se vio hace unas semanas, luego de la inscripción de la primaria, cuando el diputado fue el único que se declaró orgulloso del primer gobierno del FA.

En todo caso, hay algunos que sí buscarán acercarse a la figura del Mandatario en momentos específicos, como ocurrió esta semana con Jara. Dentro del PC entienden que siempre después de una cuenta pública el Presidente Boric sube en las encuestas, por lo que plegarse a él durante esta semana podría implicar réditos positivos en las mediciones de los próximos días.

En ese sentido, Jara apostó por sacar a relucir, una vez más, los logros que consiguió como ministra del Trabajo, como la reforma de pensiones, el proyecto de 40 horas y el alza del sueldo mínimo. Todos estos fueron aspectos realzados por el Jefe de Estado el domingo pasado en el Congreso.