Temporada de calefactores: las mejores soluciones para tu hogar

Como nunca antes, elegir bien el método de calefacción durante este invierno parece fundamental. No sólo por el gasto sino también porque podemos estar favoreciendo la aparición de enfermedades como la influenza y, sí, el covid-19. Dos expertos nos guían por este frío camino.




Publicado originalmente el 28 de mayo y actualizado el 5 de julio de 2021.

Un tibio y reconfortante sol de otoño ha acompañado los últimos días en la capital. Su presencia disimula, por ahora, el frío que reina durante las mañanas y noches y que, poco a poco, se va apoderando también de la tarde. No falta mucho para que el invierno nos haga ver como Jack Nicholson en el final de El Resplandor: congelados hasta la punta del pelo.

Jack Nicholson en El Resplandor.

A medida que se acerca el invierno, el hervidor o la tetera van agarrando más protagonismo, así como la presencia de los tazones con agüitas calientes, café, té y mate en el kit de supervivencia diaria. El grosor de los calcetines va aumentando y, en algunos casos más extremos, la presencia del gorro de lana, la bufanda y el chaquetón, aunque sea para estar dentro de la casa. Más abrigado que hijo único, reza el dicho popular.

Con el frío, además, se abre la temporada de calefacción en los hogares y, desde el año pasado, dado el contexto sanitario, el tema tiene ciertas particularidades que hoy son esenciales de atender. si antes la elección del equipo y el combustible para calefaccionar pasaba principalmente por el gasto energético, a eso ahora se suma el factor “riesgo para la salud”.

“Hoy no nos podemos dar el lujo de decir no importa”, advierte María Luisa del Campo, académica y directora del Centro Tecnológico Kipus, de la Universidad de Talca, especializado en eficiencia energética. “Ahora no es sólo la influenza, estamos peor con el covid 19”.

Junto a la investigadora y al director de carrera de Ingeniería en Construcción de Duoc UC, Jorge Escalona, revisaremos a continuación lo que ofrecen en estas materias los principales sistemas de calefaccionamiento, de manera que puedas elegir —y utilizar— el tuyo con propiedad este invierno.

Primeras consideraciones

Los expertos parten diciendo que no existe una respuesta categórica a la interrogante de cuál es el mejor sistema de calefacción disponible en el mercado. “Todos tienen sus pro y contras”, dice María Luisa del Campo. “Depende de muchos factores”, apunta Jorge Escalona.

El tamaño y materialidad de la vivienda es, por ejemplo, un primer factor a considerar. No es lo mismo calefaccionar una casa de un piso que una de dos, así como no es igual una de madera a una de concreto. Asimismo, se debe tener claridad respecto al “uso que vayamos a hacer de la vivienda: si necesitas calefaccionar todas las habitaciones o sólo una parte de la casa, si estamos todo el día solos o acompañados”, afirma el director de Ingeniería de Construcción del Duoc.

El número de integrantes de la familia y, cómo no, el presupuesto que se tiene, son también elementos a considerar a la hora de elegir el sistema de calefacción para el hogar.

“Según utilicemos electricidad, gas natural, parafina, leña u otros combustibles, debemos fijarnos en su precio y rendimiento por metro cuadrado, además de tener en cuenta la dificultad de su instalación, o si necesita mucho o poco mantenimiento”, plantea Escalona.

A pesar de esas variables, los chilenos tenemos marcadas preferencias. Un estudio del Ministerio de Energía, en 2019, asegura que la leña es el combustible para calefacción doméstica de mayor uso en el país, con un 39,6%. La sigue el gas (licuado y natural), con un 31,4% y luego la electricidad, que llega al 25,7%. El uso de parafina, en tanto, va quedando atrás, marcando un 2,6% de consumo.

Último recurso

Empieza el frío y en algunos hogares, casi como acto reflejo, reaparece la estufa. Lo hace como un pariente lejano, un tío con el extraño gusto de caer en la casa en la temporada invernal, pero con los brazos abiertos, sabiendo que llega en el momento preciso, como un salvador. Sino fuera porque uno se puede quemar, se le abrazaría y besaría más que al perro.

María Luisa del Campo dice que recurrir a los calefactores artificiales debiera ser el último recurso, “para que así no se generen efectos negativos”, como el aumento en el gasto energético y la contaminación del ambiente externo y, en algunos casos, intradomiciliario.

Antes de venderle el alma al diablo, lo mejor es intentar calefaccionar de manera natural, a través de la radiación solar. Acá puedes encontrar varios consejos sobre cómo aprovechar esto que se conoce como energía pasiva para que, de esa manera, no tengas que comenzar a apretarte el cinturón tan anticipadamente.

Lo importante, dicen los expertos, es asegurarse de que no haya filtraciones de aire en el hogar, a través de las cuales se pueda producir una pérdida térmica que nos puede llegar a doler hasta los huesos.

“Poniendo las manos en los bordes de ventanas y puertas nos vamos a dar cuenta dónde están los puntos flacos de evacuación de aire y pérdidas térmicas”, aconseja del Campo, que sugiere también —en la medida de lo posible—, cambiar las ventanas por unas termopanel y colocar más aislación en el techo. Esto último, asegura, es un gasto menor. “Si uno le tira un rollo de un aislante más blando al entretecho, como lana mineral, lana de vidrio o poliestireno, que son fáciles de colocar, se disminuye muchísimo las pérdidas de temperatura y sirven mucho también para el verano, porque no entra el calor de la radiación solar y no se sobrecalienta la casa”.

Eso, además, será de ayuda en el uso de un sistema de calefacción, aumentando su eficiencia y reteniendo durante mayor tiempo la sensación térmica cálida que se busca. “Un buen aislamiento de la vivienda se traducirá en un mejor ahorro energético”, agrega Jorge Escalona.

Cualquiera sea la opción que elijas para calefaccionar tu hogar, no olvides que es primordial la ventilación, tanto para eliminar la contaminación intradomiciliaria que potencialmente se puede generar, como también para desinfectar el ambiente. “Se trata de barrer el aire, de renovarlo, pero no de perder temperatura”, afirma Del Campo.

“Para ventilar puedes ir abriendo las ventanas estancia por estancia, o bien abrir de par en par todas ellas para que exista una ventilación cruzada que circule por toda la casa. Con este último método, notarás más frío, pero también es verdad que resulta mucho más rápido, por lo que podrás ventilar en pocos minutos”, explica Escalona.

Calefacción a gas y parafina

Tras la leña, la calefacción a gas es la más popular en el país. Si bien pueden ser eficientes en la generación de una sensación térmica agradable, las estufas transportables presentan un importante riesgo a la salud, al liberar material particulado y gases contaminantes al interior del domicilio en su proceso de combustión.

Por ello, Escalona es categórico al decir que “no se deben ocupar en dormitorios”. Por el contrario, la recomendación es hacerlo en espacios con buena ventilación.

Según la Guía de Calefacción Sustentable para la Región Metropolitana, publicada por el Ministerio del Medio Ambiente (MMA) en 2019, el consumo estimado para ocho horas de uso diario, durante un mes, en una vivienda de 57 metros cuadrados, llega a los $32.445 promedio en el caso del gas natural, y a los $42.194 promedi, en el gas licuado.

Esta estufa a gas con ventilador Albin Trotter, con capacidad para un cilindro de 15 kg, cuenta con un sistema de seguridad que corta automáticamente el gas en caso de apagarse la llama piloto, además de un analizador de atmósfera, que “corta el suministro de gas si los niveles de anhídrido carbónico llegan a niveles peligrosos para la salud”.

Estufa a gas con ventilador Albin Trotter ATDM 4200


Los problemas de contaminación intradomiciliaria están también en los sistemas que funcionan en base a parafina. “Calefacciona por radiación a través de su quemador y la pantalla reflectora que lo rodea, pero produce mayor contaminación al interior del domicilio, por lo que se debe usar en ambientes bien ventilados”, describe Escalona.

Según el experto en construcción, los sistemas de calefacción por parafina son uno de los más económicos. De acuerdo al MMA, el consumo estimado para ocho horas de uso diario, durante un mes en un hogar de 57 m2, es de $30.166.

La Toyotomi OMNI 230 es uno de los modelos más populares de la prestigiosa marca japonesa, pues es más económico que los otros y está pensada para calefaccionar grandes espacios por convección natural, además de ser fácil de portar. Cuenta con un apagado de emergencia y un sensor de volcamiento, entre sus características de seguridad.

Toyotomi OMNI 230


María Luisa del Campo explica que tanto los sistemas de calefacción a gas como los de parafina entran en el grupo de los equipos de “llama abierta”, es decir, “tenemos la posibilidad de ver la llama y, eventualmente, quemarnos con ella”.

“Estos equipos, que fundamentalmente ocupan como combustible la parafina, el gas natural o licuado, y que no tienen la evacuación de los gases hacia el exterior, pueden generar efectos negativos y mayor riesgo frente a las enfermedades respiratorias”, dice la académica de la Universidad de Talca.

Por otro lado, Escalona recomienda que, si hay niñas y/o niños en el hogar, se opte por un calefactor que “no funcione con llama abierta, que tenga pocas posibilidades de volcarse y que cuente con protecciones”.

Calefactores eléctricos

A diferencia de los calefactores de llama abierta, los eléctricos no emiten material particulado ni gases contaminantes. “Solamente calienta el aire de la habitación y lo devuelve”, dice del Campo. Punto a favor, sin duda. Sin embargo, esto tiene un “pero”: este proceso no renueva el aire, “no mete oxígeno al recinto”, y por eso es probable, luego de un rato de uso, que las personas se sientan sofocadas.

Es necesario, entonces, ventilar adecuadamente, de manera de renovar el aire y permitir el ingreso de oxígeno.

Del Campo llama “los ineficientes” a los equipos eléctricos que se pueden trasladar de habitación en habitación. Básicamente, porque “meten bastante ruido, demoran mucho en generar una sensación térmica, lo que los hace poco eficientes en la entrega de calor”.

Escalona sostiene que los calefactores eléctricos individuales no se recomiendan para su uso en espacios muy grandes, sobre todo porque “requieren de un consumo elevado de energía eléctrica para su funcionamiento”. De utilizarse, se recomiendan para espacios pequeños, como baños y dormitorios.

El modelo QNQ-101F de Würden tiene una alta valoración entre quienes la compraron a través de Falabella.

Estufa eléctrica Würden QNQ-101F


Estufa a pellet

Poco a poco se han ido insertando en el mercado, ofreciendo un sistema de calefacción “muy eficiente” en la entrega de calor, a criterio de los expertos.

“Tienen un rendimiento de eficiencia —que es como uno compara a estos equipos— del 95%. O sea, es óptimamente eficiente, porque ningún equipo llega al 100%. Con la estufa a pellet, casi toda la energía que uno le entrega es capaz de transformarla en calor”, resume del Campo.

Este combustible de biomasa —es decir, que utiliza una fuente orgánica como materia energética— consiste en pequeños trozos de madera prensada. Destaca, entre otras cosas, por no generar contaminación intradomiciliaria y, si bien emite contaminantes hacia el exterior, estos son mucho menores a los que produce, por ejemplo, la leña.

“La forma en que entrega el calor, además, es muy agradable”, dice del Campo. La investigadora lo compara a esa idea romántica y de cobijo al sentarse frente al fuego, algo que los pellets “incorporan muy bien”.

Esta estufa Ferlux, de acero, tiene una capacidad de calefacción de 132 m2, con una potencia de 8.600 kW.

Estufa a pellet Ferlux autoregulable


Encontrar bolsas de pellet de madera es bastante simple en la actualidad. Sin embargo, Del Campo advierte que no todas las marcas son de buena calidad. “Si el pellet no es de buena calidad, la estufa no va a poder entregar eficientemente el calor, se va a ensuciar más y va a contaminar más”.

Bolsa pellet de madera Ecomas


Punto en contra de este sistema es su alto precio. Además de que requiere instalación, con una salida directa hacia el exterior, para eliminar los gases contaminantes que produce la combustión del pellet. “Pero de todas formas son altamente recomendables, sobre todo para la gente fuera de Santiago”, apunta la directora de Kipu.

Aire acondicionado split inverter

Si la billetera aguanta para una inversión inteligente, esta opción es súper recomendada por los expertos.

“Tienen una tecnología que los hace ser mucho más eficientes, minimizando los efectos negativos, incluso en cuanto al consumo eléctrico. Hacen una gran diferencia”, describe María Luisa del Campo.

Según la investigadora, estos equipos permiten alcanzar un ahorro en el consumo energético de cerca del 30%. Otra ventaja: no producen contaminación intradomiciliaria ni tampoco hacia el exterior. Además, tienen la característica de ser reversibles, lo que significa que funciona para calefaccionar en invierno y enfriar en verano.

Pero además de su alto costo, el split inverter requiere de una instalación especial. Y, si bien se recomiendan para el uso en espacios amplios, al no ser portátiles pueden tener dificultades para llegar a los lugares más alejados de su origen.

Equipo Split muro Anwo inverter


Calderas de condensación

Parecen un calefont, pero no lo son. Las calderas de condensación son “lo más eficiente que hay en el mercado hoy”, según María Luisa del Campo.

“En caso de que alguien tenga una caldera a gas antigua, esta es una muy buena alternativa para reemplazarla. Hacen que se logre un ahorro de cerca de un 30% de energía en promedio”, dice la investigadora. La caldera de condensación, además, reduce hasta un 70% de los gases contaminantes que se emiten hacia el exterior.

En el Centro Tecnológico Kipu han evaluado el rendimiento de este sistema de calefacción y han llegado a la conclusión de que la alta inversión que se debe realizar para obtener uno de estos equipos se puede recuperar en cerca de seis años, similar a lo que ocurre al invertir por un aire acondicionado split inverter.

“No hay que tenerle miedo a la mayor inversión inicial que hay que hacer. Está demostrado que estos equipos van a generar un ahorro grande todos los meses, y que después de los seis años empiezan a ser ganancia. Valen la pena, mucho más en una casa”, asegura Del Campo.

Caldera de condensación Anwo Baxi Luna Duo-Tec


Eso sí, estas calderas necesitan contar con un sistema de propagación del calor, como radiadores o loza radiante. Por eso, la apuesta de Del Campo es recomendarla a quienes ya cuentan con estos sistemas, pero que desean cambiar su vieja caldera tradicional.

No son muchos quienes cuentan con estas. Un informe de caracterización sobre el uso de las energías en los hogares de Chile, publicado por el Ministerio de Energía en 2018, señala que solo el 2,4% de las viviendas a nivel nacional cuentan con calefacción central. El resto, en cambio —un 97%— se calienta con un calefactor o estufa individual.

Entonces, ¿qué conviene más?

Depende harto de la casa o departamento, de su estructura y de los espacios, dicen los expertos.

“Debemos tener en cuenta”, dice Jorge Escalona, “que no siempre el sistema más usado es el más eficiente. Muchas veces, por no querer gastar en instalación, se escoge un método más cómodo, cuando en realidad, a la larga, saldría más a cuenta otro método de calefacción. Por lo tanto, no debemos fijarnos tanto en la inversión inicial como en el ahorro energético que obtendremos a largo plazo”.

Similar opina María Luisa del Campo. Para ella, lo ideal es pensar en solucionar a largo plazo y no estar cada invierno parchando los problemas que pueda traer el clima invernal.

“Recomendaría que, si todavía están comprando o diseñando una casa, o de verdad quieren solucionar a largo plazo el tema de la calefacción, partan por considerar un sistema de calefacción centralizado. Es decir, que uno deje de estar solucionando cada invierno el tema, yendo a la ferretería a comprar una estufa porque se está muriendo de frío”, plantea la investigadora.

En esa línea, la caldera de condensación gana por sobre el pellet, en el gusto de Del Campo, porque la primera permite olvidarse de ella durante su uso y no así la segunda, que de tiempo en tiempo requiere de cargarla de combustible y limpiarla de los restos de la anterior carga.

¿Y si no se tienen tantas lucas?

En caso de que no se esté en posición de realizar una gran inversión —o porque se es arrendatario y la relación con el o la dueña de esta no da para tanto—, los expertos llaman a priorizar la menor contaminación intradomiciliaria por sobre el menor gasto energético.

“Optaría por un equipo eléctrico inverter —uno o sino varios— o bien los equipos de gas o parafina, pero que sean de tiro forzado. Es decir, que vayan instalados en un muro con ventilación hacia el exterior”, opina Del Campo.

De todas maneras, quizás te convenga chequear la campaña del Gobierno “Recambia tu calor”, con la que promueve el uso de calefacción eléctrica por sobre las otras opciones, y ofrece beneficios para 79 comunas del país, como rebajas en la tarifa de energía.


*Los precios de los productos en este artículo están actualizados al 28 de mayo de 2021. Los valores y disponibilidad pueden cambiar.

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