El flanco abierto que deja en Clínica Las Condes la salida de su último gerente general

Jerónimo García, ex gerente general de Clínica Las Condes (CLC).

Se trata del cuarto gerente general en poco más de dos años y, según conocedores del caso, detrás de su partida se encuentra la molestia del controlador luego de que Pulso PM hiciera públicos los detalles de la polémica junta de accionistas de CLC. Un grupo de médicos acusa a la clínica por un monto importante de pagos atrasados.


Entre los médicos de Clínica Las Condes (CLC) califican como preocupante la situación por la que atraviesa la compañía presidida por Alejandro Gil, pareja de Cecilia Karlezi -controladora de la institución de salud-, una de las principales accionistas de Falabella. Esto, luego que el pasado lunes al mediodía el recinto médico privado comunicara la salida del gerente general, Jerónimo García.

En el comunicado enviado a la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), se detalló que el directorio acordó solicitar la renuncia del ejecutivo a fin de “iniciar una nueva etapa coherente con los nuevos desafíos que impuso la pandemia”. Detrás de su alejamiento surge un conflicto que cada vez cobra mayor protagonismo al interior de la clínica ubicada en calle Estoril 150, Las Condes.

Se trata del cuarto gerente general en poco más de dos años y, según los conocedores del caso, detrás de su partida se encuentra la molestia del controlador, luego que Pulso PM hiciera públicos los detalles de la polémica junta de accionistas de CLC.

En el encuentro, el presidente de la compañía encaró “a viva voz y con groserías” al abogado Cristián González, quien acudió a la junta en representación de 17 médicos accionistas. Según el relato de este último, el directivo negó que CLC adeudaba al cuerpo médico $37.000 millones, asegurando que eran los facultativos los que debían a la empresa $16.000 millones.

En su informe, el abogado explicó al doctor Carlos Regonesi -facultativo que organizó la ofensiva en contra de Alejandro Gil en la junta- que “pudimos evidenciar la existencia de la deuda con médicos; los ingresos están debidamente devengados; hay un juicio con resultado incierto para el cobro del punto”. Así, “Inversiones Castilla (10%) y nosotros (total 0,6%) dejamos constancia de oposiciones a todos los puntos de la junta”, explicó el emisario.

El caso es que el 15 de marzo, Rodrigo Díaz, otro de los médicos reclamantes, envió una carta en la que exigía mayor transparencia al recinto hospitalario o, de lo contrario, presentará una medida prejudicial en la que se vea obligada CLC en tribunales a la exhibición de una serie de documentos que avalen la modalidad del pago de honorarios. En paralelo, una serie de médicos ha contactado abogados para evaluar una estrategia similar.

“En atención al contrato marco que nos une, es que vengo a solicitar se rinda cuenta de la gestión que se ha realizado respecto al cobro de las prestaciones médicas que se han otorgado a mis pacientes en las dependencias de la Clínica Las Condes. Según el número 3 del apartado 4 del Contrato marco, es CLC o una de sus filiales la encargada de realizar las gestiones destinada al cobro de los honorarios por servicios profesionales, además de desarrollar los sistemas, tecnologías y recursos humanos para llevarlos a cabo correctamente”, sostuvo Díaz.

En esa línea, el médico anestesista en la misiva enviada a la gerencia legal de CLC exigió que en un plazo de 15 días corridos Clínica Las Condes S.A. rinda cuenta sobre el proceso de cobranza de los servicios médicos prestados.

Modalidad de pago y problemas

El personal médico en Clínica Las Condes cuentan con dos formas para recibir sus remuneraciones, diferenciándose los contratados con los que emiten boletas. Una de las vías es a través de las consultas ambulatorias, donde quincenalmente los médicos reciben dichos montos, porque se trata de dineros que recepciona directamente la clínica. CLC obtiene un porcentaje de la consulta y cobra un royalty a los médicos.

La segunda modalidad es a través de los Honorarios Médicos Quirurgicos -HMQ-, que provienen de pacientes hospitalizados para cirugías, quimioterapias e interconsultas. Esta cuenta primero pasa por revisión de CLC, luego la deriva a la isapre correspondiente y ésta efectúa el pago a la clínica, dependiendo de las coberturas del paciente.

El año pasado, la administración que lideraba Jerónimo García -estrecho colaborador de Alejandro Gil- tomó la decisión de eliminar ciertos privilegios que tenían los médicos de CLC, como que recibieran un pago por adelantado de sus honorarios. Por lo mismo, la clínica comenzó a pagar a los médicos sólo una vez que los pacientes HMQ efectuaran el pago. En efecto, mensualmente CLC informa a cada uno de sus médicos el número de pacientes hospitalizados , y pide la boleta por cada atención.

El problema es que -según los médicos- durante los últimos meses el desfase se ha ido acentuando. Es decir, ha habido una disminución de pagos de HMQ de CLC a sus médicos y lo que se ha informado en distintas instancias es que habría problemas por cambios de plataformas de pago.

“En reuniones privadas el propio director médico, Rodrigo Mardones, ha afirmado que durante junio se pagarán las cuentas que se arrastran desde 2001. Al grupo de sociedades de anestesistas que existe en CLC, se le adeuda más de $4.000 millones. A Carlos Regonesi le adeudan más de $500 millones. Hay colegas a los que les deben $40 millones o 50 millones. Hay también un colega urólogo al que le deben $115 millones”, detalló un médico que trabajó en CLC.

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