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Miguel Kast Rist: a 30 años de su partida

Se han cumplido 30 años de la partida de un gran chileno. Economista, ministro de Estado, servidor público. De padres alemanes que acogieron Chile con amor y abnegación, dejando la Europa de la postguerra. El libro escrito hace poco acerca de la vida de su madre, Olga, da cuenta de cómo estos inmigrantes hicieron patria fuera de la suya, superando la adversidad con trabajo y mucha fe.

Tuve el privilegio de conocer a Miguel Kast cuando yo tenía ocho años y él 21 años. Un día llegó a nuestro campo de Linares, para hacer unos trabajos agrícolas con unas máquinas trilladoras con las  que tempranamente emprendió. Recuerdo su cara medio colorada, ojos intensos y cara de bueno. Su relación con los operadores de las máquinas era muy de igual a igual.

El tiempo me dio la oportunidad de verlo nuevamente y de conocerlo más, asumiendo ya Miguel responsabilidades relevantes desde muy joven. Siendo yo estudiante de Ingeniería Comercial en la Universidad de Chile, donde Miguel era profesor, colaboré con él en la organización de unos almuerzos periódicos en Odeplan, instancia en la cual reclutaba servidores públicos.

Era un tipo de gran carisma, de mucha capacidad de trabajo y un agradecido de la vida y de las oportunidades que Dios le había dado. Su compromiso con la superación de la pobreza fue su objetivo diario. A través de Odeplan, organismo que Miguel dirigiera brillantemente, muchos profesionales se comprometieron con servir a Chile en provincias. Muchos de ellos son hoy empresarios o destacados dirigentes.

Los aportes de Miguel Kast en la legislación laboral, en los gobiernos regionales y en diversas materias públicas de relevancia, son indiscutibles. Tan importante como lo anterior, fue el haber formado una gran familia, cuyos hijos hoy sirven a la patria y a la Iglesia. Dos de sus más cercanos compañeros de tantas batallas, tanto como estudiantes en la Universidad de Chicago como sirviendo a Chile, Ernesto Silva B. y Juan Carlos Méndez G., ya no están con nosotros, pero sí con Miguel Kast.

Probablemente estén  conversando sobre cómo construir un Chile mejor y cómo lograr mayor unidad en la centroderecha. Ojalá entre nuestros jóvenes, tan preocupados de sí mismos y no tanto del país, surjan nuevos Miguel Kast, para disfrutar de un Chile menos dividido, más comprometido con valores permanentes y más cerca de lo que siempre soñó Miguel Kast.

Vaya el recuerdo emocionado, de este ciudadano, hacia la figura de este patriota, quien ciertamente merecería estatuas y calles con su nombre. La historia de Chile se está escribiendo mal, pues hay muchos chilenos como Miguel que no buscaron honores, sino vivir y dormir tranquilos con su conciencia.

Hay otros que aunque sembraron odio y violencia, hoy se los homenajea como grandes estadistas. Miguel Kast: a 30 años de tu partida, muchos chilenos honorables te recuerdan y agradecen tu aporte a Chile.

Nos esforzaremos pues, para que tu ejemplo y aportes a nuestra sociedad, se conozcan más y sirvan para que las nuevas generaciones tengan una visión más real del Chile de los últimos 50 años.

(*) El autor es ingeniero comercial de la Universidad de Chile (amjpulso@gmail.com).

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