
AFP Cuprum: “La licitación de stock se debería aplazar para no afectar la implementación de los fondos generacionales”
El gerente general de la AFP, Martín Mujica, cree que en el cambio de los actuales multifondos a los fondos generacionales que se crearán producto de la nueva ley de pensiones, "nos jugamos gran parte del éxito de esta reforma y de la sostenibilidad del sistema".
Han sido cinco años intensos para las AFP, sobre todo para sus áreas de operaciones y sistemas. Tres retiros del 10% de los fondos previsionales. La creación de la Pensión Garantizada Universal (PGU). Y ahora la reforma de pensiones más grande que se ha hecho desde que se creó el sistema de capitalización individual.
“Esta reforma es muy compleja, muy grande, muy transversal. Afecta más de mil procesos de la AFP. Hemos tenido que reforzar equipos, cambiar prioridades, poner foco especial en la manera en que estamos abordando e implementando esta reforma”, sostiene el gerente general de AFP Cuprum, Martín Mujica.
Afirma que hasta ahora todo ha salido bien en la implementación y espera que se mantenga así en adelante. Cree que uno de los cambios más complejos será el paso de los actuales multifondos a los fondos generacionales, donde la Superintendencia de Pensiones tiene un rol relevante que jugar.
¿Van bien la implementación y las normativas que ha dictado la Superintendencia de Pensiones?
-Hay cambios muy grandes. El primero es toda la componente de aumentar el ahorro, que era algo en lo que como país estábamos atrasados. Es un gran avance y parte de eso ya partió: septiembre fue el primer mes de las nuevas cotizaciones del empleador. Detrás de eso hay un tremendo trabajo, muy complejo, y que va a seguir evolucionando, porque la transición completa dura 30 años.
Después está la componente de los beneficios, que también es muy importante, porque se hace cargo de cerrar brechas entre hombres y mujeres, y trata de favorecer a las personas que cotizaron más. Le mejora los beneficios sobre todo a los sectores más vulnerables y es un gran avance, algo que también teníamos pendiente hace muchos años.
Si bien recién hubo cambios en la PGU, esos cambios operativamente no eran tan complejos. El primer cambio operativamente bien complejo será en enero. Así que estamos trabajando para que los beneficios lleguen de la manera adecuada a todos los afiliados.
La tercera componente es respecto a la administración de los fondos, que es muy relevante, sobre todo desde el punto de vista de la sostenibilidad. Hoy el retorno de los fondos explica tres cuartas partes de los ahorros de las personas. Eso tiene que ver con el cambio de multifondos a fondos generacionales. Estamos en pleno inicio del diseño regulatorio, y tenemos todavía muchas cosas pendientes. Recién en septiembre de 2026 vamos a tener más información, y después vamos a tener un corto plazo para implementar los cambios.
Ahí hay muchas cosas que revisar y discutir. Estamos participando y tratando de aportar para que esa normativa y esa regulación potencien al máximo el diseño de los fondos generacionales, para lograr los mejores retornos que se transformen en la mejor pensión para los afiliados. Pero al final, la decisión es del regulador, pues es él quien va a definir cómo esos benchmarks (índices de referencia) van a quedar diseñados. Es un tremendo desafío que tenemos como país.
Entonces, ¿el primer desafío operativo más complejo de esta reforma viene en enero?
-Los beneficios por año cotizado y los beneficios para compensar a las mujeres por la mayor expectativa de vida, son nuevos, hay que crearlos desde cero. Eso significa que tienen registros nuevos, cálculos nuevos, en que hay que incluir toda la historia previsional de cada uno de los afiliados para poder determinar cuál es el monto de los beneficios.
Eso es complejo y además requiere la interacción entre las AFP, el Instituto de Previsión Social (IPS) y el Fondo Autónomo de Protección Previsional (FAPP). Y toda la manera en que la información, los beneficios, los dineros para financiar y para pagar esas pensiones van a ir fluyendo entre todos estos participantes, es una complejidad grande y que tiene que funcionar perfecto.
Estamos trabajando para que salga impecable y los afiliados puedan recibir esos nuevos beneficios, en conjunto con su pensión, a partir de enero de 2026.
¿Cree que el cambio a fondos generacionales es el que tiene más dificultades a la hora de implementarse, en esta reforma?
-El sistema de pensiones tiene el tema de recaudación, los pagos de beneficios, pero efectivamente diría que el corazón y probablemente lo más relevante es la administración de los activos, porque es lo que transforma esos ahorros en pensión. Si eso se hace bien (o no), ese multiplicador de los ahorros puede ser mayor o menor. Por lo tanto, aquí nos jugamos gran parte del éxito de esta reforma y de la sostenibilidad del sistema.
El trabajo operativo (de este cambio) es enorme, pero es fundamental el trabajo que está haciendo el regulador para definir los benchmarks, los glide path (cartera de referencia), las bandas de premios y castigos, y otras cosas como el tope a las comisiones de administración.
Nosotros hemos propuesto los fondos generacionales hace más de diez años como una muy buena solución para el manejo de activos de largo plazo. Pero el diseño de esos fondos, de tal manera de poder sacar el máximo potencial, de poder realmente construir carteras óptimas en el largo plazo, como debiera ser en todos los sistemas de pensión, va a depender de cómo quede la regulación.
¿Qué cuidados hay que tener para que en este proceso no se afecten los precios de los activos locales?
-Hay que tener una buena comprensión de la importancia que tienen los inversionistas institucionales, y en particular las AFP, en el mercado local. Desde el punto de vista técnico, la discusión va a pasar por cómo se definen los benchmarks. Los fondos de pensiones son grandes para el tamaño del mercado chileno, por lo tanto, efectivamente hay que tener cuidado con el impacto que pueda tener en el mercado de capitales.
Pero diría que mucho más cuidado hay que tener todavía, en que el diseño de los fondos sea el óptimo y que permita a la administradora tener libertad para poder definir técnicamente las mejores soluciones pensando en el largo plazo, que es el rol fundamental que tiene el sistema de pensiones. Hay algunas otras cosas en las que también hay que tener cuidado, por ejemplo, la licitación del stock de afiliados.
¿Por qué influye en este tema?
-Hemos dicho que la licitación de stock es una dificultad que se pone a la buena implementación de los fondos generacionales, sobre todo si se hace al mismo tiempo que estos se están creando.
En ese sentido, pensamos que la licitación de stock se debería aplazar para no afectar la implementación, la puesta en marcha, los primeros años de funcionamiento de los fondos generacionales, para que podamos tener siempre una buena revisión, un buen diagnóstico, si es que quedaron bien diseñados, si es que están funcionando bien o no.
Y en ese periodo, pensar qué es lo que se busca con la licitación de stock, a quién queremos mover o no de acuerdo a los objetivos que busca la licitación de stock, que es bajar las comisiones. También evaluar cosas como, por ejemplo, la importancia de la comisión, o la relevancia numérica de la comisión, que bajó sensiblemente.
¿En qué sentido?
-Porque los ahorros aumentan en un 60% (con la reforma previsional). Mientras que la comisión que cobran las AFP se sigue cobrando sobre el sueldo, no va a aumentar producto de los cambios en la reforma de pensiones. Eso diluye la relevancia de las comisiones, por lo tanto, eso hay que evaluarlo, hay que pensarlo. Hay grupos grandes de afiliados que no cotizan, lo que significa que no pagan comisión. ¿Cuál es el impacto para ellos de la licitación de stock?
Entonces, tomemos un tiempo, no afectemos la implementación de los fondos generacionales, y diseñemos bien qué es lo que se quiere lograr con cosas como la licitación de stock, para que encontremos una manera en que se pueda implementar sin afectar los retornos de los fondos. Porque así como está hoy, esto va a afectar el retorno, lo que a largo plazo significa menores pensiones.
Esto implica que parte del beneficio de este mayor ahorro de diseñar fondos generacionales, que deberían optimizarse en el largo plazo, se podría ver perjudicado por temas como la licitación de stock.
Pero extender el plazo implicaría un cambio legal.
-Efectivamente, los plazos están bastante definidos, pero también hay etapas de transición y hay cosas que se podrían evaluar. Lo que nosotros decimos es: la implementación de una licitación de stock, los plazos, la manera en que se va a hacer, es algo que, así como estaba pensado inicialmente, puede tener un impacto en los afiliados, por lo tanto, hay que evaluarlo, hay que revisarlo, hay que repensarlo.
Cuando hacen estos cuestionamientos sobre la licitación de stock, ¿en realidad están hablando por el interés de los afiliados, o de sus propios intereses para “mantener sus márgenes”, como los criticó recientemente el superintendente de Pensiones en el Chile Day?
-Nuestro rol, mandatado por ley, es maximizar los ahorros previsionales de nuestros afiliados. Eso significa buscar las mejores rentabilidades, pero también levantar la voz cuando una política pública puede afectar sus pensiones futuras.
En el tema de la licitación de stock han aparecido algunas propuestas que incluso pueden ser buenas para nosotros como administradora, pero si no son buenas para nuestros afiliados, no las apoyaremos. Nuestro compromiso siempre ha sido primero y, antes que nada, con los afiliados.
¿Cuál es la complejidad de implementar el cambio de multifondos a fondos generacionales en conjunto con la licitación de stock?
-La dificultad particular es que los fondos generacionales, y en realidad cualquier fondo de pensiones, está pensado para el largo plazo. Para ello, tienes que poder armar tus portafolios pensando en el largo plazo, diseñas una trayectoria de ese fondo por muchos años, estamos hablando de 40 o 50 años.

La licitación de stock tiene el problema que dificulta tomar esas decisiones, porque cada dos años desarman tu portafolio, y es una dificultad para la administradora que tiene que ceder esos activos, así como para la que los recibe.
Es un enorme desafío, porque vas a tener un portafolio que es totalmente inorgánico, y es muy difícil, costoso y requiere mucho tiempo armar portafolios que estén bien estructurados, bien diversificados y que saquen un óptimo en riesgo-retorno pensando en el largo plazo. Es algo que demora mucho tiempo en construir. Poner esta interferencia en ese desarrollo, es algo que puede tener un impacto relevante en el retorno de los fondos.
Hay estudios que hablan de que un 1% menos de retornos puede influir hasta en un 25% de menor pensión. Estamos hablando de cosas muy relevantes, por lo tanto, hay que hacerlas con mucho cuidado.
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