
Controlador del Club de la Unión: cuentas por cobrar, una propiedad diluida y un remate suspendido de más de $500 millones
Unión Inmobiliaria no tiene un controlador, y entre sus mayores accionistas está José Manuel Casanueva, controlador de GTD. El remate incluía esculturas de $50 millones y pinturas de $20 millones.

Aún sin fecha continúa la subasta de muebles y obras de arte del Club de la Unión que se realizaría este sábado, luego de que el lunes la Sociedad Unión Inmobiliaria, dueña del inmueble y bienes muebles en el que opera el club, comunicará que “la autoridad competente del proceso de reorganización” les había señalado que el remate no se podía llevar a cabo.
El Club de la Unión enfrenta un complejo proceso de reorganización, luego de que el 28° Juzgado Civil de Santiago decretara su liquidación para responder a sus deudas laborales. La subasta tenía por fin conseguir recursos para hacer frente a la situación. No obstante, fuentes al tanto señalan que aún no se descarta totalmente concretar la venta.
Unión Inmobiliaria es una sociedad que reporta trimestralmente sus resultados a la Comisión para el Mercado Financiero (CMF). Para el primer trimestre de este año, informó de activos por $338 millones, dividido en $213 millones de activos no corrientes y $125 millones en activos corrientes, de los cuales $122 millones correspondían a cuentas por cobrar a entidades relacionadas, y $3,2 millones a caja.
Al cierre del 2024, sus cuentas por cobrar a relacionados (es decir la Corporación Club de la Unión) llegó a $122 millones, por sobre los del cierre de 2023, cuando llegó a $73,6 millones.

Al primer trimestre, su patrimonio llegaba a $224 millones, pero incluía $535,5 millones en pérdidas acumuladas. Sus pasivos corrientes sumaban $114,7 millones.
Con este telón de fondo, a marzo, reportó pérdidas por $4,9 millones, por debajo de los $6 millones del mismo periodo de 2024.
En sus EEFF, la Sociedad valoriza sus bienes de propiedades, planta y equipos al costo de adquisición, a los que se les descuenta la depreciación a lo largo de las vidas útiles estimadas. Bajo dichas normas, los terrenos se valorizan en $140,67 millones, edificios $554,25 millones, y obras de arte $1 millón. Descontando la depreciación acumulada, el activo fijo neto alcanza un valor de $194,94 millones.
A marzo de este año, el mayor accionista de la sociedad es Deltek Marchant, ligada a Miguel Zegers, con 6,49%, seguido por Inmobiliaria el Coigüe con 3,24%, ligada a José Manuel Casanueva, controlador de GTD.
Banchile corredor de bolsa por cuenta de terceros tiene un 2,36%, Inmobiliaria Unicla 2,28%. José Luis Sobral posee un 1,39%, BTG Pactual por cuenta de terceros 1,08%, Juana Fuentes 1,01%, Óscar Andrade un 0,68%, Moises Valdebenito 0,53%, Inversiones artigas 0,42%, Jorge del Rio 0,26%, y Aaron Trajtmann un 0,22%.
Los valores de la subasta
En torno a $550 millones. Esa era la cifra que como mínimo podría haber recaudado Unión Inmobiliaria en base a los precios mínimos establecidos en el catálogo que el lunes alcanzó a publicar Monge y Cía, casa de subastas mandatada para concretar la venta.
El catálogo contiene unos 300 objetos - desde muebles, esculturas, pinturas y tapicería-, e incluía jarrones chinos de loza de la dinastía Qing (siglo XIX), cuyo precio base era de $2 millones; así como como un garniture de chimenea (objetos decorativos) franceses del siglo XIX, cuyo precio base era de $5 millones.

Entre los mayores precios base de las obras de arte, destacaba una escultura de Auguste Moreau, titulada “Niña sentada con flores”, con un precio base de $3 millones; un par de esculturas de vestales con antorcha, elaboradas por Falguiere y Dubois y fundido por Barbedienne, de la época Napoleón III, por $20 millones.
Junto con ellos, se encontraban dos tapicería flamencas del siglo XVII, una titulada “El regreso de Eneas”, y otra titulada ”Minerva y Ovidio”, cada una con un valor mínimo de $27,5 millones.
También destacaba una escultura del artista ruso del siglo XIX Mark Matveevich, por $25,5 millones; par de esculturas que representan un malabarista y un encantador de serpientes, un conjunto del siglo XIX cuyo precio base llegaba a $29 millones; y un par esculturas en mármol inspiradas en la mitología clásica, de E. Gazzeri, por $50 millones.
Entre los artistas chilenos, se contaba una pintura al óleo de Ramón Subercaseaux titulada “Laguna del parque”, de 1932, con un precio base de $8 millones; y una tela de Marcial Plaza Ferrand llamada “Mujer con libro y lazo negro”, por $6 millones.

A la vez, se encontraba una obra de Alberto Valenzuela Llanos cuyo título es “Paisaje europeo”, con un mínimo de $7 millones, mismo precio que se pedía como mínimo para una una tela de Alfredo Valenzuela Puelma, llamada “Figura con rosa”.
Un “paisaje, de Onofre Jarpa, tenía como base un valor de $16 millones; mientras que la ”Adoración a la Virgen María, de Arturo Gordon, llegaba a $19 millones. Ese mismo precio base alcanzaba la tela de Orrego Luco titulada “Venecia”.
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