Succession

"El ciclo de vida supone un recambio generacional obligado. Los fundadores dejan su estampa e impronta, y son las nuevas generaciones las que deben cultivar y proyectar las ideas y valores del fundador. El proceso de recambio es materia de diseño, ojalá antes que ocurran imprevistos -divorcios, defunciones, conflictos-, para dar estabilidad y coherencia a la empresa, y no afectar su capacidad de crear valor, ni tampoco a la familia".


Logan Roy y su familia protagonizan la serie más exitosa en la historia de los Emmy Awards con 25 nominaciones. Es Succession (tercera temporada), ficción que aborda las vicisitudes de la empresa familiar y sus integrantes. Vale la pena verla y reflexionar, en especial quienes están involucrados en empresas familiares.

Estas empresas suelen ser el punto de partida de muchas compañías. Algunas de las más grandes del mundo tienen un origen “familiar”, ya sea vinculante (familiares directos) o relacional (amigos que se conocen mucho) y que, al cabo de los años, su familia (señora, hijos, nietos, hermanos) ejercen una influencia decisiva en el devenir de la empresa. Las 750 empresas familiares más grandes del mundo explican en torno a 35 millones de empleos (Family Capital, 2020). Una de ellas es Walmart, el retail más grande del mundo, con operaciones en 24 países, 2,3 millones de empleados, 60 años de historia, abierta en bolsa y presencia de hijos y nietos del fundador en la dirección superior de la empresa, donde la familia conserva en torno al 50% de las acciones.

El desafío principal es proyectarse a futuro y preservar los valores de los fundadores, construyendo una empresa más competitiva, y no caer en la irrelevancia o incluso desaparecer. O, también más doloroso, desviar su propósito o perder la propiedad. El ciclo de vida supone un recambio generacional obligado. Los fundadores dejan su estampa e impronta, y son las nuevas generaciones las que deben cultivar y proyectar las ideas y valores del fundador. El proceso de recambio es materia de diseño, ojalá antes que ocurran imprevistos -divorcios, defunciones, conflictos-, para dar estabilidad y coherencia a la empresa, y no afectar su capacidad de crear valor, ni tampoco a la familia.

El proceso de recambio exige primero explicitar y acordar un proyecto empresarial de largo plazo que sea compartido por los fundadores y sus familias. Este proyecto considera aspectos competitivos y de propósito, es decir, cómo proyectar la empresa con rentabilidad y trascendencia; explicitando para qué existe.

Lo segundo es hacer ajustes en el Directorio y en la Administración. Se trata de conformar el mejor Directorio y la mejor Administración para el proyecto estratégico. Y la sucesión es un tema clave, es decir, quién asume el liderazgo empresarial y familiar una vez que los fundadores ya no estén. Se trata de preparar con anticipación a los profesionales que los reemplacen, ya sean ajenos a la familia o parte de ella. La sucesión debe darle continuidad a la empresa y a la familia. Un buen gobierno cuida la decisión del fundador, sin que la empresa quede expuesta a intereses particulares de un dueño circunstancial, por muy familiar que sea.

Lo tercero es construir mecanismos de Gobierno (Directorio) y Administración (Gerencia) que den estabilidad a la empresa. Esto implica involucrar a las siguientes generaciones para que asuman responsabilidades como Director. La sucesión debe ser un aporte en la empresa familiar, más que aprender en ella. Esto requiere mecanismos al interior de la compañía y al interior de cada familia, y cómo cada una se relaciona con la empresa, su Directorio y el equipo ejecutivo: Consejo de Familia, Protocolo de Familia y Pacto de Accionistas, además de construir el liderazgo familiar que guiará el proceso.

Finalmente, la mirada de largo plazo, a la luz del propósito del o los fundadores, es una característica muy propia de las empresas familiares que hay que cuidar. Más allá de resultados trimestrales y anuales, se trata de crear valor en el largo plazo, lo que muchas veces significa sacrificar resultados de corto plazo. Sobra evidencia del daño producido cuando prevalece una mirada corta por sobre una de largo aliento. La mentalidad que dio forma a la empresa debe perdurar, sin duda adaptándose a un contexto económico, social, político y tecnológico inédito. El rol de nuevas generaciones muy preparadas es clave para que ello ocurra, porque lo que se viene es muy exigente.

- El autor es Profesor Adjunto, Ingeniería Industrial, Universidad de Chile Managing Partner, CIS Consultores

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