Al menos siete grandes obras incluye el plan de mejoramiento vial de la zona oriente de Santiago. Desde el postergado mejoramiento de la conexión entre las autopistas Central y Costanera Norte (quizá uno de los puntos más débiles e incomprensibles del proceso que terminó con la construcción de estas autopistas urbanas) hasta el rediseño de la rotonda Pérez Zujovic. Todas estas obras suponen un período de construcción y, luego, una puesta en marcha que no siempre coincide con el conocimiento y los tiempos de los usuarios. Por lo mismo, expertos en la materia han llamado a las autoridades a elaborar un plan de contingencia que abarque, especialmente, las mitigaciones necesarias para la etapa de construcción. El mejoramiento vial de la zona oriente es necesario y no debe ser visto como un beneficio sólo para los sectores más acomodados. Por el contrario, se trata de un área de gran cobertura, que incluye diversas comunas y uno de los sectores más importantes en términos de actividad comercial y productiva de la capital. Pero tan importante como este plan de obras son, también, las necesidades de mitigación. Otro elemento clave a considerar es que ninguna obra vial será capaz de cubrir por su cuenta el incremento en la cantidad de vehículos, por lo que debe acompañarse de mejor transporte público.