Jorge "Coco" Pacheco, chef: "Yo inventé el pollito al velador"

COCO PACHECO

Conocía a los dueños del Hotel Valdivia y un día me dicen: 'Coco, hay que inventar algo rápido, la gente está muerta de hambre'. El pollo lo vendían en todos lados. Entonces el que iba a la pieza a dejar el pollo decía: "¿Se lo dejo en el velador?".


Fui testigo del atentado al Papa. Era 1981 y había ido con un grupo de amigos a Europa. Fuimos a la Plaza San Pedro para ver a Juan Pablo II. A las 5.03 de la tarde salió el Papamóvil. La bala pasó a unos 30 centímetros de mi oreja. Otro balazo. Vi al Papa lleno de sangre. Lo mataron, pensé. Vi a Alí Agca disparando y me fui contra él. Le doblé el brazo, cayó la pistola y ahí me agarró un policía vestido de cura. Me pusieron una ametralladora en la cabeza, me subieron a un furgón, me empezaron a interrogar. "¿De dónde venís?", ¡Yo venía de Turquía! ¡Y el que le había disparado al Papa era turco!

Ricky Martin, Julio Iglesias, Luis Miguel y Miguel Bosé son mis clientes. Vienen muchas veces y se sienten como en su casa. Este año vino Bosé y hasta la Martita Larraechea le pidió foto. Hay artistas que me sorprenden. Como cuando vino Rod Stewart con toda su banda y me dice: "Primero sírvale a mi gente, después soy yo".

Hay restoranes donde no comís nada y te pegan el medio palo. Uno va y encuentra platos llenos de florcitas, de pétalos. Yo me cago de la risa, hago un chiste. Qué bueno que estos cabros son creativos, pero que lo que te sirvan vaya en relación al precio. Te sentís un poco pasado por el aro, por no decir estafado.

Yo inventé el "pollito al velador". Conocía a los dueños del Hotel Valdivia y un día me dicen: 'Coco, hay que inventar algo rápido, la gente está muerta de hambre'. El pollo lo vendían en todos lados. Entonces el que iba a la pieza a dejar el pollo decía: "¿Se lo dejo en el velador?".

Me encantan todo tipo de conchas. Soy el más conchudo de Chile. Tengo 2.000 conchas. En 2008, cuando se incendió mi restorán me regalaron unas cajas con conchas para usarlas en la decoración. Ahí se me ocurrió la idea del museo, porque quiero dejar un legado. Y ese es un palafito en Quemchi, en Chiloé. Un museo de conchas. Se llama "Las conchas de sus mares".

El Coco Loco nació como un palo blanco. Me decían que estaba loco por querer poner un restorán. Estábamos en el 73 y yo utilicé el Coco Loco para el mercado negro. Puse cuatro mesas, ocho sillas y listo. Llegaba la clienta del barrio alto, abría la maleta y yo le pasaba una lista en vez del menú. Ahí decía lo que había: arroz, aceite, confort. La señora marcaba lo que quería y yo le daba un pisco sour. Después yo llegaba con la cuenta y estaba todo cargado en el auto. Ganaba más plata que la mierda.

Pinochet salvó a este país con el pronunciamiento. Hoy hay que ser bien cojonudo para defenderlo, porque lo más probable es que te rebote. Yo lo acompañé cuando estaba preso en Londres. Lo encontré un viejo zorro, súper hábil, bonachón, gozador de la cocina. Lo que más pena le daba a él es que los mismos de derecha le habían dado vuelta la espalda, decía "ni siquiera me mandan una carta pa' saludar". Pinochet nos salvó hasta de una guerra con Argentina. Todo eso se olvida, nadie quiere reconocer nada. Porque él es el malo de la película.

Los de izquierda huelen que soy facho. De cuando fui a cocinarle a Pinochet que nunca más vi a alguno de la Concertación en mi restaurante. Ni líderes o presidentes de partidos de izquierda vienen. Menos los del Partido comunista. Así que se respira bastante bien, jajaja.

El chileno es muy esnob. Yo me siento orgulloso de mi restorán, porque es chileno, es imagen país. Pero el chileno es siútico. Le habría gustado algo con telas francesas, bien dorado.

Fui monaguillo. Yo era una estrella, echaba el incienso, cargaba la hostia. Es como preparar la misa unplugged. Con mis amigos nos robábamos las hostias. Les echábamos manjar y las comíamos. Nos tomábamos hasta el vino.

Fui el primer chef en televisión. Marqué historia. Ayudé a que la carrera de chef hoy sea bien vista, que la consideren en la sociedad y que esté de moda. El éxito está en ser constante. Pero me van a reconocer cuando me muera. El pago de Chile es tremendo.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.