
Guía del cónclave: cómo se vota al nuevo Papa y a qué hora es la fumata
Un total de 133 cardenales son los encargados de definir quién será el sucesor del Papa Francisco, quien falleció el pasado 21 de abril. Para conseguir el puesto, se requiere de una mayoría de dos tercios. Estos son los detalles del proceso.

Este miércoles 7 de mayo es el inicio del cónclave, proceso que permitirá a los cardenales elegir a un nuevo líder de la Iglesia Católica.
El sucesor del Papa Francisco —quien falleció el pasado 21 de abril— se convertiría en el pontífice número 267 y será anunciado después de que la chimenea de la Capilla Sixtina presente la fumata blanca.
Cuando llegue ese momento, significará que los cardenales ya eligieron a un nuevo Papa.
Sin embargo, antes hay una serie de protocolos oficiales que se deben seguir.
En este cónclave participará un total de 133 cardenales. Para que uno de ellos sea elegido como nuevo pontífice, requerirá de dos tercios de los votos.
Si se llegara a presentar un resultado con decimales, este se aproximará hacia arriba.
Por lo tanto, un nuevo líder religioso ya podría ser elegido con un total de 89 votos.

Cómo se vota para elegir a un nuevo Papa y a qué hora es la fumata
El día del inicio del cónclave, los cardenales entran en la Capilla Sixtina a las 16:30 (hora local), lo que se traduce en las 10:30 (hora de Chile).
Ahí hacen una primera votación para evaluar el escenario y obtener primeras impresiones sobre quiénes son los candidatos favoritos para asumir el liderazgo de la Iglesia Católica.
Ese escrutinio inicial facilita que los votos empiecen a agruparse en torno a los candidatos con más apoyo.
Cómo es difícil que uno pueda obtener 89 votos o más en una primera votación, se espera que la primera fumata sea negra.
Se tiene previsto que ocurra alrededor de las 19:00 (hora local), es decir, cerca de las 13:00 o 13:30 (hora de Chile).
Desde el segundo día de cónclave se hacen cuatro votaciones por jornada: dos por la mañana y dos por la tarde, hasta que un candidato obtenga los votos requeridos.
Si después de tres días de escrutinio todavía no hay un elegido, se hace una pausa de un día, la cual tiene el objetivo de que los cardenales puedan reflexionar y conversar entre ellos.
Los tres días de votaciones necesarios para que aquello ocurra se cuentan sin considerar el primer día de cónclave.
Así que, si llegara a suceder en esta oportunidad, pasaría el domingo 11 de mayo.
De la misma manera, en el caso de que se presente ese escenario, el cónclave seguirá con ciclos de siete escrutinios, con una pausa de un día entre estos.
Si el proceso se alarga y llega a 34 votaciones sin tener un desenlace, se elegirá entre los dos candidatos con más apoyo.
La elección siempre se define por quién obtiene la mayoría de dos tercios.
Si en la primera votación de la mañana nadie consigue el apoyo necesario, no se hace la fumata y se procede con el segundo escrutinio.
Más tarde, a eso de las 12:00 (hora local) o 6:00 (Chile), se hace la fumata.
Ahí, las papeletas son quemadas junto con un aditivo que genera un color.
Si por la chimenea de la Capilla Sixtina sale humo negro, significa que todavía no hay un elegido.
El humo blanco significa que ya hay un nuevo líder.
Lo mismo ocurre con las votaciones de la tarde: si la primera no presenta un resultado positivo, se pasa a la segunda y después de esta última se hace la fumata.
La segunda fumata del día se espera para alrededor de las 19:00 (hora local) o 13:00 (Chile).

En caso de que el nuevo líder religioso sea elegido en la primera votación de la mañana o de la tarde, la fumata blanca podría verse antes de lo previsto.
En esas eventuales situaciones, el humo blanco podría verse a eso de las 10:30 (4:30 de Chile) o de las 17:30 (11:30 de Chile).
La Capilla Sixtina es el lugar en el que votan los cardenales. Sin embargo, las conversaciones relacionadas con la elección de un nuevo Papa ocurren fuera de este recinto, en las instancias de convivencia que tienen entre ellos durante el proceso.
Después de que un candidato obtenga la mayoría de dos tercios de los votos, este debe decidir si acepta el cargo y elegir su nombre como pontífice.
Tras recibir las felicitaciones de los cardenales, se retira a una habitación para reflexionar sobre la responsabilidad que estará ad portas de asumir.
Más tarde, desde el balcón de la basílica de San Pedro, el protodiácono —el cardenal francés Dominique Mamberti— anunciará en latín quién es el nuevo papa y el nombre que eligió.
En ese momento, aparecerá el nuevo líder de la Iglesia Católica y se dirigirá por primera vez a los fieles.
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