Alto funcionario de la Cepal: zonas de sacrificio y no firma de Escazú serán "difíciles de explicar" durante la COP25

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Joseluis Samaniego, director de la División de Desarrollo Sostenible y Asentamientos Humanos del organismo internacional, confía en la “voluntad” del Presidente Piñera para enfrentar el cambio climático, pero cree que la no ratificación del tratado Latinoamericano sobre medioambiente y los niveles de contaminación de comunidades como la de Quintero y Puchuncaví, son las grandes deudas que debe enfrentar.


Joseluis Samaniego es director de la División de Desarrollo Sostenible y Asentamientos Humanos de la Cepal, uno de los más altos funcionarios para Latinoamérica del organismo internacional. El economista, de nacionalidad mexicana, vive hace más de una década en Santiago.

En este cargo, ha estado involucrado en el apoyo que ha entregado la Cepal al gobierno chileno en el proceso de organización de la COP25, -la cumbre de la ONU para frenar el cambio climático y que se realizará en diciembre en Santiago-, a través de acciones como la canalización de $4 millones de euros para fortalecer la presidencia de la Conferencia y en la elaboración de un informe, encargado por el Ministerio de Medio Ambiente, que calcule el costo que tendría para la economía chilena, la falta de acciones para hacer frente a esta crisis global.

Desde Costa Rica, donde asistió a la Pre COP25, el experto pone bajo la lupa el escenario medioambiental de Chile, a menos de dos meses de que el país sea anfitrión de la cumbre sobre el cambio climático de la ONU más importante a nivel mundial.

Combatir el cambio climático implica equilibrar numerosos intereses y actores en juego. ¿Ve una voluntad política real del presidente Sebastián Piñera por impulsar una agenda medioambiental?

Sí. Uno se tiene que guiar por lo que dice el Presidente y él está hablando sin ambigüedades de comprometer políticas públicas que van en la dirección correcta en Chile. Descarbonizar la matriz eléctrica es correcto, ojalá se pudiera hacer antes con las termoeléctricas, porque los costos hoy de las renovables son mucho mejores para la economía. Apostar por la neutralidad carbónica en Chile es una brújula, una orientación muy clara para cómo articular a toda esa diversidad de sectores en torno a una meta común. La idea de electrificar a todo el transporte público en un horizonte de tiempo es correcta, que los océanos sean parte de la reflexión climática y de acuerdos internacionales es correcta. Además, el Ministro de Hacienda preside un grupo internacional que se alinea con el cambio climático. Hay buenas condiciones para que Chile pueda transitar esa ruta.

Una de las cosas que más se ha criticado al gobierno en este ámbito, es que Chile aún no ha firmado ni ratificado el Acuerdo de Escazú. ¿Cree que esta situación pueda ser poco coherente con las intenciones del Presidente de impulsar una agenda "verde"?

Sí. La política pública no es necesariamente del gobierno a la sociedad. Se produce una interacción entre el gobierno y la sociedad (…) Este acuerdo lo que hace es tratar de tomar las mejores prácticas de la región. Me parece que la oposición a la firma y la ratificación está hecha en una lectura muy estrecha. Chile, que había presidido las negociaciones con Costa Rica, pero cuando llega el momento de la firma y se termina la negociación, esta decisión (no firmar el Acuerdo) está muy influido por la discusión con Bolivia. Y un artículo estándar de las convenciones, como lo tiene la Convención Marco de Cambio Climático, que está firmada por Chile, se refiere a los mecanismos de resolución de controversias y a la atención particular a los estados sin litoral. Ese es un lenguaje acordado en Naciones Unidas, no es un lenguaje novedoso en el Acuerdo de Escazú. Y, además, siempre está sujeto al acuerdo de las partes. Me parece que se leyó como si fuera la primera vez que ese lenguaje apareciera en los textos y tratados de convenciones, donde Chile ya es un firmante y ratificante, y no lo es.

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Joseluis Samaniego, director de la División de Desarrollo Sostenible y Asentamientos Humanos de la Cepal.[/caption]

Durante la COP25, en diciembre, las miradas también se pondrán en Chile como país anfitrión. ¿Cuáles son las deudas en materia medioambiental que tiene hoy el país?

Creo que la situación más difícil de explicar al mundo es la de las zonas de sacrificio. Si un país se está comprometiendo con la estrategia de mejora ambiental, económica y social, no tendrías que tener zonas de sacrifico. Al contrario, tendrías que estar protegiendo a esas poblaciones con formas de producción de electricidad mucho más benignas, no juntar polos de contaminación, tener una reglamentación y una exigencia más estricta sobre las empresas, hacer que se internalicen sus costos ambientales o de salud. Es un problema importante.

¿Puede identificar algún otro punto en el cual el país debe mejorar?

Otro, es la recomendación de la OCDE de tener un sistema de biodiversidad nacional más fuerte, que proteja las especies y los ecosistemas. También una mejora acelerada en los sistemas de transporte público. Chile es un país de desarrollo medio que no puede tener sistemas de transporte público que son imprevisibles, que no pasan, donde vas apretadísimo, donde no tienes la infraestructura completa. Esa es otra deuda ambiental de calidad de vida importante para un país de desarrollo medio.

¿Avanzar hacia la electromovilidad es suficiente?

Es una medida necesaria, pero no suficiente. Junto con la electromovilidad, tienes que tener la infraestructura que opere la electromovilidad de manera eficiente también. Si  expones el transporte público a los tacos pierdes toda la efectividad. Tienes que tener una infraestructura apropiada, tienes que completar el sistema.

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