Muchas causas y muchas redes sociales: el asalto al poder de las nuevas generaciones políticas

Sin prejuicios ni ambigüedades, con la defensa del medio ambiente y las minorías excluidas en las últimas décadas como prioridad y el estratégico uso de Instagram, Twitter, Facebook, y hasta TikTok, una nueva camada se abre paso en los espacios de poder. Las plantillas parlamentarias, salvo excepciones, muestran mucha renovación, al igual que la convención constituyente, cuyo promedio de edad es 45 años. A ello se suman los contundentes triunfos de Boric y Sichel en primarias y el debut de la ley que establece límites a la reelección


“Ya, hoy terminando la jornada, nos vamos a jugar un Among Us por el Apruebo y Convención Constitucional. Va ir en vivo por Twitch”. Para quienes no conocen el mundo de internet, la convocatoria podía parecer extraña: ahí estaba Giorgio Jackson, horas antes del plebiscito de octubre de 2020, invitando a que la gente lo viera mientras competía en un juego de estrategia online junto a Camila Vallejo, Fabrizio Copano y otros influencers.

Pero el lenguaje denota la emergencia de nuevas redes. Originalmente concebido para jugar en línea, Twitch es una de las plataformas más poderosas de la nueva comunicación, con una de sus figuras, el español Ibai Llanos, consiguiendo entrevistas exclusivas con Lionel Messi.

Y las partidas de Among Us entre políticos habían causado furor en otros países: de hecho, pocos días antes, la que había arrasado con una convocatoria similar era Alexandria Ocasio-Cortez, una de las parlamentarias demócratas más icónicas de la nueva horneada de representantes en Estados Unidos.

La constituyente Barbara Sepúlveda es una de las representantes más mediáticas de una nueva generación que, de la mano de las redes sociales, se abre paso en la convención y en un estructurado Partido Comunista, en el cual milita.

De la mano de las diputadas Camila Vallejo y Karol Cariola, ella escogió la convención, mientras sus “compañeras” en las JJ.CC. Irací Hassler (Santiago) y Javiera Reyes (Lo Espejo) optaron los municipios y Daniela Serrano, entre otras dirigentas, hoy postulan al Congreso.

“El recambio generacional en el comunismo chileno es un hecho. Se puede percibir en la edad de sus militantes electos por la ciudadanía en los municipios o la Convención, o en la nueva composición de los propios órganos directivos del partido tras su congreso del año pasado”, señala Alfredo Riquelme, profesor del Instituto de Historia de la UC.

El académico, quien se ha especializado en la historia del comunismo en Chile, precisa eso sí, “que se trata de una ‘evolución’ más que de una ‘revolución’. No veo el desplazamiento de una generación homogéneamente ‘conservadora’ por otra integralmente ‘renovadora’. Aprecio, más bien, diferencias transgeneracionales frente a los desafíos políticos que hoy enfrenta el PC”.

Aunque las nuevas generaciones del PC son desprejuciadas y un poco díscolas, a diferencia de los viejos cuadros del partido, ideológicamente son iguales o más radicales.

Valentina Miranda (20), la constituyente más joven, quien milita en el PC desde hace algunos años, podría ser un buen ejemplo. “El Estado tiene que intervenir de una manera mucho más activa en la economía. O sea, controlémosla, entendiendo que no podemos permitir que esto siga avanzando y que algunos se sigan enriqueciendo en base a la explotación de otras personas”, señalaba la estudiante de Administración Pública en la U. de Chile hace unos meses en La Tercera.

“Nos llaman la generación de cristal, porque nos enojamos, gritamos y nos oponemos a todos los tipos de violencia que estaban normalizados en nuestra política, como el clasismo, la corrupción, el machismo y la discriminación”, señala Miranda al explicar “la rabia” que se aprecia a ratos en su generación.

Según la académica de la UC y la UDP, Ana María Stuven, hay dos lógicas que están hoy marcando a los jóvenes y, por ende, a sus líderes “y que se reflejan en esa actitud política más radical y un poco más apresurada por los cambios”: la pandemia y la conciencia por el daño del planeta.

“La pandemia ha fragilizado a los jóvenes que siempre creen que tienen una vida eterna y ven muy lejana la muerte. El ver todos los días el informe de las personas fallecidas y contagiadas, y que se les empiecen a morir sus abuelos en forma tan súbita y sin ritual, los pone en una condición de mucha vulnerabilidad. Y cuando las personas estamos vulnerables, muchas veces tendemos a la radicalidad”, explica Stuven.

Sobre la conciencia medioambiental que los mayores no tenían, la historiadora que ha dedicado gran parte de su investigación académica al rol de la mujer, explica que “la conciencia de que este planeta se está destruyendo, que estamos destrozando lo propio, que las aguas están contaminadas, que la sequía nos va a impedir seguir viviendo de la misma manera hace que los jóvenes tengan una sensación de futuro muy frágil”.

Tras dos meses de trabajo y conocimiento entre sus pares, Patricio Fernández, constituyente por el distrito 11, habla las nuevas características de este nuevo órgano de representación: “El 4o% tiene menos de 40 años y la mayoría de la gente joven proviene de causas locales y no de militancias orgánicas. 104 de los 155 integrantes somos independientes. En el colectivo socialista, por ejemplo, no hay nadie que recuerde los rostros tradicionales del PS, y quizás lo más cercano a ella, es César Valenzuela, líder del pingüinazo”.

Consultado por las nuevas lógicas de estas nuevas generaciones, Fernández afirma que existe otra dinámica política: “La inmensa mayoría no ha tenido nunca un trabajo en el ámbito público y estamos inventado una nueva manera de hacer política que, evidentemente, tendrá muchas cosas en común con la anterior -porque el mundo no se inventa de nuevo-, pero está por verse cuáles son las grandes novedades que nos plateamos...”.

La irrupción de Sichel en la centroderecha

Max Colodro, analista político de la UAI, afirma que el “votante joven” jugó un rol clave tanto en el plebiscito de 2020, como en las elecciones primarias legales del 18 de julio: “Lavín y Jadue perdieron porque eran los representantes de dos partidos tradicionales, la UDI y el PC. Desde el movimiento estudiantil (de 2011), el feminismo, los derechos de las minorías sexuales y el animalismo… son expresiones de un fenómeno cultural que tiene en una nueva generación, más globalizada y tecnológica, una importante base de sustentación”.

Efectivamente, contundente triunfo de Sebastián Sichel (44) en las primarias –con un alto apoyo de votantes menores de 50 años- sorprendió a la centroderecha tradicional y, de paso, jubiló a varios dirigentes históricos que habían manejado los hilos del sector en las últimas décadas, por de pronto a Joaquín Lavín.

El exministro no tenía ni de cerca edad para votar en el plebiscito del Sí y el No que, a su juicio, ha marcado la lógica de nuestra política desde los años 90.

“Existe una generación traumada por la dictadura, que se le quedó el disco pegado en el 88 y el 89, y es incapaz de tolerar cualquier evolución política. Yo creo que el fin de la transición justamente empieza cuando existe la posibilidad de que una persona como Javiera Parada o yo tengamos posiciones distintas respecto de nuestro pasado”, planteaba Sichel –el pasado 28 de abril- en La Tercera.

Claudio Alvarado (36), director ejecutivo del Instituto de Estudios de la Sociedad (IES) advierte que las nuevas generaciones de la centroderecha “no están atravesadas por una división estrictamente generacional, sino que por una división más amplia, que tiene que ver con una actitud ante el cambio de ciclo político”.

“Un ejemplo concreto -explica el abogado- es la convención, donde un grupo de convencionales jóvenes de RN, como Ruggero Cozzi (35) y Manuel José Ossandón (33), están jugados, al igual que los representantes de Evopoli, por participar de los dos tercios y conducir los cambios, obviamente desde su identidad política, pero con una actitud más abierta, constructiva y colaborativa. Eso no ocurre con los convencionales de la UDI, donde en general los jóvenes y los mayores no se diferencian, y forman parte de un mismo bloque más bien reactivo y nostálgico de la cultura del veto”.

Sichel también ha entendido bien el desmarque de los partidos y tradicionales e Incluso impusló un cambio de nombre al bloque de partidos que lo respaldan.

El martes, cuando los medios despachaban desde el Servel los líos por la inscripción de candidaturas, el flamante candidato de la centroderecha aparecía en sus redes sociales junto a una emprendedora de coloridas figuras tejidas a mano: “Nos vinimos a Macul a visitar a Eva! Una emprendedora de tomo y lomo. Lo ha pasado duro en las crisis pero sigue sacando adelante su pyme y armando nuevos negocios, pero necesita apoyo, estabilidad y prioridad en la política. En un rato más les cuento detalles de la conversación… abrazos!

Para el historiador Juan Luis Ossa, quien coordina a un grupo que elaboran un relato “reformista” para Sichel lo que está pasando “no es sólo un cambio generacional en la política, sino un cambio cultural y sociológico, que se manifiesta en el lenguaje, en las temáticas que están en disputa y en los diversos actores que entran a disputarse el poder”.

Sergio Onofre Jarpa en una actividad de campaña. Al lado, la campaña de Sebastián Sichel por convertirse en el abanderado del sector.

Boric y la solidaridad etaria

Así como los jóvenes apoyaron a Sichel en las primarias legales, también se levantaron en masa a votar e hicieron largas filas para votar por Gabriel Boric (35). Por ello, una de claves de las próximas presidenciales es si aquellos menores de 40 que se siente más de centro, volverán a respaldarlo u optarán por la candidata de la Unidad Constituyente, Yasna Provoste.

“Si Boric orienta la campaña a los jóvenes y fortalece ese vínculo asociado a la solidaridad etaria, tiene buenas posibilidades para avanzar a la segunda vuelta sin grandes sobresaltos, y sin perjuicio de que Sichel intente una estrategia similar”, señala el profesor de la U. de Talca, Mauricio Morales.

“Los datos del plebiscito indican que los jóvenes de 18 a 29 años incrementaron su participación electoral en más de 20 puntos en comparación con la presidencial de 2017 (crecieron del 36% al 57%). Por otro lado, tenemos que los jóvenes prefieran candidatos jóvenes por sobre el resto. Y sabemos que para el plebiscito entró 1 millón de nuevos votantes, jóvenes por cierto”, agrega Morales.

Pinochet al asumir como senador vitalicio en marzo de 1998. Gabriel Boric en la Cámara, días después de vencer al PC Daniel Jadue en primarias.

Provoste lejos de la sede gris de la DC

“Nos han dado por muertos, por desaparecidos, pero estamos más vivos que nunca, porque nuestras ideas están más vigentes que nunca, y con un entusiasmo enorme”, señaló Carmen Frei, el domingo en radio Cooperativa, tras el triunfo de Yasna Provoste (51).

Pero la presidenta de la DC fue más allá y argumentó: “Hay mucha movilización en el país de nuestro partido y con Yasna vamos a lograr tener la Presidencia de la República… Sabemos que el mundo cambió y nuestro partido está tratando, justamente, de modernizarnos y de estar acorde a los tiempos”.

Al igual que en la mayoría de los partidos, los líderes DC históricos de la transición –Andrés Zaldívar, Gutenberg Martínez, Edmundo Pérez Yoma y Soledad Alvear, entre otros- ya salieron de la política activa.

Aunque en la DC no se aprecia una renovación que esté atrayendo a jóvenes, como lo hizo la otrora fuerte JDC en los inicios de la transición, la mayoría de los candidatos a diputados de la colectividad son desconocidos.

Impulsando desde 2013 un cambio a la Constitución, Elisa Walker aparecía como un rostro fresco en la DC, pero tras no ser electa constituyente, descarto postular al Parlamento: “Valoro mucho el trabajo que se hace en el Congreso y la dedicación con que los parlamentarios hacen su trabajo legislativo y territorial, pero mi interés en ser candidata estaba en colaborar con el proceso constituyente”.

Isabel Torres Dujisin, académica del Departamento de Ciencias Históricas U. de Chile señala que “la falta de nuevos liderazgos jóvenes en la DC creo que se relaciona con una tendencia actual a la polaridad”.

“El espacio del centro queda más debilitado o deshabitado y los jóvenes se definen hoy de izquierda o centroizquierda o de derecha o centroderecha, y esos campos se cubren perfectamente con los partidos y movimientos tanto de la derecha como de la izquierda. Podríamos decir que el reformismo, como opción o elección política, hoy no tiene muchos adeptos y la DC representa en el arco político el reformismo”, agrega la profesora experta en la historia del falangismo.

La DC, la otrora primera fuerza política del país en la década de los 90 en una reunión de su consejo nacional. Gutenberg Martínez y Andrés Zaldívar -en la foto- ya colgaron sus guante. La senadora DC Yasna Provoste busca que la DC vuelva a La Moneda.

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