Queen lanza “You are the champions” en apoyo a los trabajadores de la salud

Junto al cantante Adam Lambert, Roger Taylor y Brian May grabaron una nueva versión de “We are the champions”, el clásico de Queen y tal vez el momento más épico del ya mítico Live Aid de 1985, para ir en ayuda de la primera línea de combate contra el coronavirus.


Todo es urgente en días de pandemia: a la reprogramación de la gira europea de Queen + Adam Lambert para 2021, Roger Taylor, Brian May y el cantante estadounidense se unieron virtualmente entre Reino Unido y Los Ángeles y lo que hicieron fue una nueva versión del clásico “We are the champions”, donde la voz que encontraron en American Idol dice esta vez: “You are the champions”.

A través de un anuncio global, Queen + Adam Lambert destinarán las regalías de esta nueva versión al Fondo de Respuesta Solidaria COVID-19 de la Organización Mundial de la Salud (OMS), para apoyar a la primera línea en el combate contra el COVID-19.

-Como padre de una hija en primera línea, soy muy consciente del trabajo vital que realizan diariamente para salvarnos —dice el baterista Roger Taylor a través de un comunicado—. Su valentía y sacrificio no deben verse perjudicados por nada, son preciosos para todos nosotros y realmente son nuestros campeones.

Brian May

-Deberíamos dedicar esto a todos los soldados de primera línea que luchan por la humanidad contra el coronavirus —agrega el guitarrista Brian May—. Al igual como lo hicieron nuestros padres, abuelos y bisabuelos en dos guerra mundiales, ellos: médicos, enfermeras, personal de aseo, porteros, conductores, etc Son nuestros nuevos campeones.

-Estamos asombrados por su valentía y fortaleza —complementa Adam Lambert.

-”We are the champions” siempre ha sido un grito de guerra —puntualiza Elizabeth Cousens, presidenta y directora ejecutiva de la Fundación de la ONU—, su contribución a esta lucha levantará el ánimo y recaudará dinero para el Fondo de Respuesta Solidaria COVID-19 de la OMS.

Indispensable

1977, el año que Freddie Mercury escribió “We are the champions”, había comenzado con cambios para el músico y los suyos. Según cuenta su biógrafa Lesley-Ann Jones en Freddie Mercury (Alianza, 2012), la navidad anterior el cantante se había hecho un regalo insólito:

-Por fin hizo acopio de valor para ser sincero consigo mismo como con Mary Austin, el amor de su vida, y puso fin a su prolongada relación romántica —anota la periodista inglesa especializada en música popular.

-Teníamos más intimidad que nadie, pero dejamos de vivir juntos al cabo de aproximadamente siete años —admitía Freddie Mercury por entonces—. Nuestra relación amorosa acabó en lágrimas, pero de ella surgieron lazos profundos, y eso es algo que nadie puede arrebatarnos. Es indestructible.

Mary Austin y Freddie Mercury en 1985

-Debió resultarle difícil —conjetura Jones—. Aunque Freddie había acabado prefiriendo los encuentros sexuales sin ningún tipo de implicación emocional, también le gustaba el confort y la seguridad que trae consigo una relación estable. Los malabarismos con sus necesidades antagónicas se habían cobrado su precio. Tras abandonar el acogedor nido que había compartido con Mary, Freddie se mudó a un departamento en el número 12 de Stafford Terrace, en el barrio londinenses de Kensington, y le compró a Mary una casa para ella sola. Ella seguiría siendo su abnegada ayudante y “coordinadora”, y estuvo a su lado casi a diario hasta su muerte, quince años después.

En las giras que antecedieron a la grabación de News of the World (1977), el disco donde viene “We are the champions”, la biógrafa describe un halo de tensión que se había instalado sobre la banda de Mercury, May, Taylor y el bajista John Deacon.

-Siempre había mucha tensión sana, mucha competitividad y ganas de quedar por delante en el estudio —anota Lesley-Ann Jones—. Las actuaciones parecían salirles mejor cuando acababan de tener alguna bronca.

-Aunque Freddie necesitaba cierta estabilidad emocional para grabar, daba la impresión de que necesitaba los conflictos y la confrontación como un catalizador crucial para interpretar —dice Peter Freestone, futuro ayudante personal de Mercury, en el citado libro.

El motor del músico era su perfeccionismo.

Freddie Mercury

-Freddie sabía en su fuero interno exactamente lo que quería, y estaba dispuesto a agarrarse una pataleta para asegurarse de que todo se hacía como él quería -refuerza Freestone—. Freddie conocía el valor de sus pataletas. Para que tuvieran el máximo efecto, tenía que agarrárselas con los miembros de la banda o con sus socios en el negocio. Sabía que las demás personas involucradas sabían que él sabía que él era indispensable.

El cantante y tecladista Leee John, de los ingleses Imagination, alguna vez puso en contexto el talento de Mercury:

-Tal y como ha ido progresando la tecnología, la gente se ha vuelto muy perezosa. Lo que hace falta es sangre, sudor y valentía. En la música de Queen había una fuerza y una energía que eran sobrecogedoras. Todo dependía de que Freddie interpretara aquellas canciones con cada fibra y cada célula de su cuerpo. Hoy en día se ve a un artista con dieciocho bailarinas detrás, y no sabes si es una grabación o si es playback, o qué demonios te están dando. Freddie te lo daba todo, y era real.

Ballet para las masas

Antes de anotarse una de las actuaciones más notables de su carrera, cuando Freddie Mercury despachó las más épica versión de “We are the champions” en el concierto Live Aid de Wembley en 1985, News of the World era registrado en medio de retos inesperados para la banda por la aparición del punk rock.

-Los punks estaban en contra de los grupos que consideraban decadentes como Queen, que simbolizaba todo lo que los Sex Pistols y otros grupos habían decidido que estaba podrido en el panorama musical —explica Lesley-Ann Jones en su libro.

Entre julio y septiembre de 1977, como se puede ver en un video de Bob Harris, Queen grabó su nuevo disco en los estudios Basing Street de Notting Hill y el Wessex de Highbury New Park, donde Johnny Rotten alguna vez vomitó dentro del piano.

Queen grabando "We are the champions"

Allí, mientras Mercury y los suyos afinaban arreglos y tomaban decisiones musicales, los Sex Pistols grababan Never Mind the Bollocks en la sala del lado.

La biógrafa de Freddie Mercury cuenta que en medio de una sesión de Queen, Sid Vicious se asomó por la puerta y se enfrentó al cantante insultándolo por su “misión de acercar el ballet a las masas”, en referencia a una entrevista que había concedido a Tony Stewart, de NME, que llevaba por título “¿Este hombre es idiota?”.

Mercury le respondió:

-¡Ah, Mr. Feroz! Bueno, hacemos lo que podemos, querido.

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