La hora de Phoebe Waller-Bridge

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Sabe hacer reír y sabe hacer llorar, en la última ceremonia de los Emmy fue la gran ganadora y cuando todo había terminado, una foto de ella, en toda su espontaneidad, se hizo viral. Phoebe Waller-Bridge se subió a la ola y podría seguir ahí por un rato. Firma contratos millonarios, revisa los guiones de películas clásicas, brilla en el lugar que sea que se pare y todos quieren estar con ella.


Una vez al mes, Phoebe Waller-Bridge y sus amigas se juntan a comer macarrones con queso. Se conocieron trabajando en proyectos de cine y televisión y ahora, cada vez que se reúnen, casi como si fuera parte de un ritual, visten una polera que dice "Mac and Cheese". "Tenemos conversaciones agresivas hasta las 4 de la mañana, pero a las 11 de la noche, tenemos que dejar de tomar alcohol y empezar a tomar té porque son conversaciones que necesitamos recordar", le contó a la revista Vogue.

Hace poco participó en Saturday Night Live, el programa ícono de la televisión estadounidense en que los famosos participan de sketches de comedia y presentan las noticias de la semana en un tono satírico. Ella y Taylor Swift eran las estrellas invitadas de la noche, pero fue Phoebe la que se llevó toda la atención.

Los Emmys fueron su gran noche, la premiación que selló una carrera que hace tiempo chisporroteaba triunfos pero que necesitaba tener a los grandes nombres de la industria televisiva reunidos en un teatro para explotar.

Sus descripciones perspicaces sobre asuntos femeninos capaces de hacer reír y llorar, la han convertido en una especie de "Midas", en que parece que todo lo que toca es oro. Todos quieren verla y escucharla, todos quieren tener una amiga como ella.

Su personalidad impacta porque –además de ser graciosa– lo que ella hace, es lo que pocas han hecho bien o relativamente bien. Estaba en su tercer año en la Academia Real de Artes Dramáticas cuando le dijo a su director que estaba cansada de interpretar "roles de princesa pasiva". "Pensaba '¿Por qué no puedo hacer un papel en que ella sea el agente de su propio destino violento?' '¿Dónde están esos personajes?'", contó en entrevista con Vogue.

Años después y poco tiempo después de renunciar a uno de sus primeros trabajos en teatro en un acto de solidaridad con una mujer que apenas conocía, empezó a escribir su propia obra, en el sentido literal y figurado de la palabra. Vicky Jones –la mujer que apenas conocía– se convirtió en su mejor amiga y algo así como su musa. Fue conversando con ella que tuvo la idea de escribir lo que ahora es Fleabag.

Muy lejos de los papeles de "Princesa pasiva", Phoebe escribió Fleabag y Killing Eve. Una es una comedia con momentos dramáticos y la otra es un drama con toques cómicos. Detrás de ambas, está el humor negro que caracteriza a Phoebe Waller-Bridge que atraviesa la pantalla, se sube a los escenarios a recibir premios y se para delante de la audiencia como si estuviera en un show de stand up.

El tono de Waller-Bridge recuerda un poco a lo que hacía Nora Ephron en Cuando Harry Conoció a Sally (1989), Helen Fieldings en los libros de Bridget Jones y Lena Dunham en Girls, la serie de HBO (2012-2017): escribir sobre mujeres y para mujeres. Desafiaron lo que se esperaba de ellas en esos días y por eso es que se les recuerda, pero cada una lo hizo en los límites de su tiempo.

Aunque entre el final de Girls y el éxito de Fleabag hay poco tiempo de diferencia, los contextos son radicalmente distintos. La primera temporada se estrenó antes de que los abusos de Harvey Weinstein se hicieran públicos y la emoción no alcanzó para salir del Reino Unido, pero cuando Killing Eve y la segunda temporada de Fleabag vieron la luz, los movimientos #Metoo y Time's up ya eran un fenómeno mundial, y las audiencias estaban ansiosas de ver a más mujeres fuertes en la pantalla. Era cosa de tiempo que internet hiciera lo suyo.

"Ahora las mujeres pueden hablar libremente sobre sus deseos sin que las quemen en la hoguera. Ahora les dan Emmys", dijo en su monólogo de Saturday Night Live.

Se presentó como la guionista y actriz de Fleabag y el público aplaudió efusivamente como suelen hacerlo en los programas grabados. Siguió hablando como si fuera una comediante frente a su audiencia y aclaró: "Todo lo que escribo tiene un grado de verdad".

"A menudo la gente asume que soy como mi personaje simplemente porque lo escribí. Sexualmente depravada, sarcástica y peligrosa. Y siempre le tengo que responder: Sí", bromeó.

Siempre hablando medio en serio y medio en broma, desarmó la sonrisa en su rostro y el público volvió al silencio. "Fleabag viene desde un lugar muy personal". comentó "Empezó como una forma de hacer que Andrew Scott se vistiera como sacerdote y me dijera que me amaba", dijo.

Además del revuelo que causó la serie, el Sacerdote fue un fenómeno aparte. Al igual que la protagonista, el personaje de Andrew Scott no tenía nombre y todos se referían a él como "Sacerdote", pero en internet, fue apodado como "Sacerdote Sexy".

Realmente causó una tormenta que ninguno de los dos se podía explicar. "Andrew y yo estábamos tratando de entender qué era lo que hacía que las mujeres se volvieran locas". La conclusión fue que la causa podía ser una sola: el sacerdote sabía escuchar. "Pruébenlo, chicos", sugirió con un guiño pícaro.

Su monólogo y los sketch en el programa estadounidense son el último éxito de la mujer que convierte todo en oro. Ya hizo posible empatizar con una adicta al sexo, causó fascinación con la mente sicópata de Villanelle en Killing Eve y brilló como un droide en el fracaso de Solo: A Star Wars Movie, ahora queda por ver lo que puede hacer por el guión de la nueva película de James Bond, con qué sorprenderá en Run, el nuevo proyecto de HBO y qué sale del contrato por 20 millones de dólares que firmó con Amazon.

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