El apoteósico renacer de Adele: un nuevo éxito, récord en plataformas y una acusación de plagio

Con Easy on me, su primer sencillo en cinco años, la artista más exitosa del siglo XXI repite su infalible fórmula habitual: una reaparición en grande tras un largo periodo de silencio para volver en formato disco, imponer un nuevo clásico instantáneo de letra confesional y batir nuevas marcas en el streaming. Una serie de hitos que se ven amenazados con la demanda que interpuso en su contra el músico de samba brasileño Toninho Geraes, quien acusa a la inglesa de un copiar un tema suyo de 1995.


Algunas cosas han cambiado en Adele durante sus 15 años de carrera. Otras, la mayoría, no han cambiado absolutamente nada. La cantante británica mantiene la sana costumbre de desaparecer por algunos años y reaparecer en grande, siempre en formato disco, sin colaboraciones con otros artistas ni canciones para paliar la espera, una fórmula que parece sacada de otra época y que a la artista más exitosa del siglo XXI le sigue funcionando a la perfección.

Mientras el resto de sus colegas con los que comparte los primeros lugares de los ránkings en el mundo -sobre todo los representantes del amplísimo género urbano- nutren su éxito de la presencia constante en plataformas, de la producción de singles sin pausa y de discografías difíciles de ordenar, plagadas de featurings, mixtapes y remixes, Adele va siempre en la dirección contraria.

Lo vuelve a demostrar con Easy on me, el primer adelanto del que será su cuarto álbum (30, con fecha de salida para el 19 de noviembre), lanzado el viernes pasado.

El primer tema de la solista tras cinco años sin sacar un single y su reaparición oficial tras 25 (2015). Un nuevo clásico instantáneo de su discografía y un nuevo hit que rompe varios récords.

Ya el fin de semana, diversas plataformas de música digital informaron que en sus primeras 24 horas la canción batió diversas marcas. Spotify, por ejemplo, anunció que lo nuevo de la británica estableció un nuevo récord de mayor cantidad de transmisiones en un solo día, superando la marca que tenía el grupo surcoreano BTS con Butter. Como suele ocurrir, la compañía no entregó cifras, pero ya en la tarde del viernes el tema acumulaba 27 millones de reproducciones en ese servicio y hoy supera los 52 millones.

Amazon Music también detalló el sábado que Easy on me había recibido “la mayor cantidad de solicitudes de canciones de Alexa durante el primer día en la historia” de ese servicio, y algo similar ocurrió en iTunes, ubicándose en el primer puesto de esa plataforma en Estados Unidos. El videoclip, en tanto, fue visto por cerca de 15 millones de personas en sus primeras ocho horas desde su debut, mientras que a sólo cinco horas desde su lanzamiento la canción entró en el ránking Billboard Hot 100, en el que la artista acumula 14 presencias desde el comienzo de su carrera.

Cifras gigantescas y apoteósicas para un sencillo que apuesta por la simpleza, como la mayoría de las baladas emblemáticas de Adele. Solo piano, voz y uno que otro arreglo de bajo para que la inglesa luzca su imponente registro vocal en otro himno lacrimógeno extremadamente confesional y cargado de sentimiento.

En ese sentido, Easy on me, además de ser una suerte de continuación y reverso de Hello (2015) -su clip nuevamente a cargo del director Xavier Dolan se grabó en la misma casa en la que se registró el video anterior-, funciona también como un resumen de los últimos seis años en la vida de Adele lejos de los focos. Aunque no estuvo totalmente desaparecida del mapa, su último concierto formal fue en Wembley en 2017 y entonces sus apariciones fueron esporádicas, mientras que sus novedades e hitos personales, muy transcendentales, seguidas muy de cerca por sus fans y la prensa de su país. Entre ellas, su divorcio en 2019 del empresario Simon Konecki, con quien estuvo casada dos años y tuvo un hijo.

Ese episodio pareciera ser el eje del nuevo éxito de Adele -y también del próximo disco, según ella misma ha comentado-, en el que pareciera ahondar en su matrimonio frustrado y sus intentos por salvarlo. “No seas duro conmigo, bebé, todavía era una niña”, canta en el coro. “No hay espacio para que algo cambie cuando estamos tan profundamente anclados en nuestros caminos. No puedes negar cuán duro lo intenté. Cambié quién era para ponernos a ambos primero, pero ahora lo dejo”, explica en sus versos.

Con Konecki Adele tuvo un hijo, que hoy tiene nueve años. Tras su separación, la implacable prensa rosa inglesa reportó que la solista salió con el rapero Skepta y que desde principios de 2021 mantiene una relación estable con el agente deportivo Rich Paul. Además, en este periodo mostró una transformación física radical, bajando drásticamente de peso, a lo que además se sumó la muerte de su padre, con quien mantuvo una compleja relación.

En un comunicado difundido la semana pasada, antes del estreno de Easy on me, la cantante comentaba cómo estos agitados seis años influyeron en su nuevo material. Allí contaba que se había lanzado “a un laberinto de absoluto desorden y confusión interior”, entre otras cosas. “He reconstruido minuciosamente mi casa y mi corazón desde entonces y este álbum lo narra”, dijo sobre 30, que mantiene su patrón de editar álbumes titulados con la edad que tenía al momento de su composición.

Mientras varios de sus colegas reflejan su cotidiano y su intimidad en redes sociales, Adele opta por los discos como confesionarios y válvula de escape. Así promete ser 30, “mi asidero durante el período más turbulento de mi vida. Cuando lo estaba escribiendo, era ese amigo que venía con una botella de vino y comida para animarme”, contó.

Adele

No es lo único que repite para este LP la solista, que nuevamente trabajó sus canciones con un equipo de productores de elite que ya figuraban en sus trabajos previos, como Max Martin, Shellback y Tobias Jesso Jr, además del estadounidense Greg Kurstin, su gran aliado y uno de los grandes colaboradores de 25, el disco que tuvo las ventas más altas en su primera semana en la historia de la lista de álbumes de Estados Unidos. El cotizado productor de Paul McCartney, Foo Fighters y Pink coescribió, coprodujo y tocó casi todos los instrumentos de Hello, su gran hit de 2015 y hasta entonces el videoclip que más rápido alcanzó las mil millones de visitas en YouTube.

Kurstin, eso sí, estaría implicado en el único hito que empaña la exitosa antesala del nuevo disco de Adele. Una noticia que ha circulado de manera algo subterránea pero que de no ser atajado a tiempo amenaza con crecer y volverse un problema mayor. Esto, luego que comenzaran a circular los primeros reportes que hablan de una grave acusación de plagio contra la inglesa.

La demanda la inició el conocido sambista brasileño Toninho Geraes, quien acusa tanto a Adele como a Kurstin de copiar casi por completo la melodía de Mulheres, composición original suya que grabó por primera vez Martinho da Vila en 1995. Según Geraes, el plagio ocurrió en el sencillo Million years ago, lanzado en 2015 como parte del álbum 25.

Según El País, la solista inglesa se vio obligada a silenciar los comentarios de los fans en sus redes sociales después de que los brasileños enviaran una avalancha de mensajes en sus publicaciones y transmisiones en directo, exigiendo que respondiera a las acusaciones de plagio. De momento, tanto ella como Greg Kurstin guardan silencio.

“Este silencio es una estrategia de evasión”, dijo Fredímio Biasotto Trotta, abogado de Geraes, que asegura que en febrero pasado envió dos notificaciones extrajudiciales a Adele, al sello discográfico británico XL Recording, a Sony Music y al propio Kurstin. En un comunicado de prensa que sacó ante este tema, el sello Sony afirma que “el tema está actualmente en manos de XL Recordings [propietaria del fonograma] y de la propia Adele”. “Estamos reuniendo pruebas para presentar una demanda ante la justicia británica, donde los jueces suelen ser rigurosos en casos como este”, afirma Trotta.

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