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Muere René Olivares, el integrante esencial de Los Jaivas que diseñó sus legendarias carátulas

Apodado el "sexto Jaiva", tuvo una labor esencial en el devenir gráfico y estético de la banda. Murió en París a los 78 años.

Muere René Olivares, el integrante esencial de Los Jaivas que diseñó sus legendarias carátulas

Luto en el universo de Los Jaivas. Este lunes 13 de octubre falleció el destacado pintor René Olivares, considerado el sexto integrante del grupo Los Jaivas y quien estuvo a cargo de sus memorables carátulas. Tenía 78 años.

Así lo confirman a Culto fuentes cercanas al artista, del propio entorno de la agrupación. También lo difundió el periodista Freddy Stock, biógrafo oficial de la banda, a través de su cuenta de Instagram

El deceso de Olivares ocurrió en París, ciudad donde permanecía radicado desde que la agrupación se trasladó a vivir a fines de los 70, cuando dejaron Argentina tras una serie de problemas que tuvieron por su militancia política e ideológica. En Francia, donde vivió en comunidad junto al grupo, el trabajo de René Olivares adquirió vuelo propio, plasmándose además en las carátulas de los álbumes Los Jaivas (o más conocido como El indio), Alturas de Machu Picchu, Canción del Sur, Aconcagua e Hijos de la Tierra, entre otros.

Hijo de René Olivares Becerra, director de la revista Topaze y de Laura Espínola, René Olivares creció en Santiago. No le gustaba la escuela y agradaba dibujar en el trabajo de su padre (la editorial Lord Cochrane, Zig-Zag y Quimantú.

“Nací en Santiago el 24 de diciembre de 1946 y me crié en una casa en que la pintura y el dibujo eran muy importantes. Mi mamá, Laura Espínola, que aún vive, es pintora, y mi papá, René Olivares Becerra, fue director de la revista Topaze. Crecí viendo revistas y los libros de pintura de mi mamá, en los que descubrí la vida de los artistas malditos en París y soñé con imitarlos algún día”, dijo en marzo de 2012 en una entrevista con La Tercera.

Luego siguió: “Nunca me gustó ir al colegio, el Calazans, que estaba cerca de la Plaza Ñuñoa. Lo que más me agradaba era ir al trabajo de mi papá. El siempre me abrió las puertas de la editorial Lord Cochrane, primero, y de Zig-Zag y Quimantú, después. Ahí yo usaba los escritorios, las tintas chinas y pasaba horas ensuciando papeles sin que nadie me dijera nada”.

“Un día llegué a la oficina de Marcela Paz, la escritora de Papelucho, que en ese tiempo era directora de la revista Pandilla. Me presenté, le mostré mis dibujos y, sin saber que yo era hijo del director, me dio trabajo. Se trataba de ilustrar las anécdotas que todas las semanas enviaban los niños. Yo tenía 12 años, y me acuerdo muy bien de eso, porque mis dibujos salían firmados: ‘René Olivares/12 años’; cuestión que no me gustaba mucho, porque ya me creía grande: un hombre. En la oficina del lado trabajaba Pepo, un gran amigo de mi papá, a quien lo iba a molestar mientras dibujaba Condorito”.

Su arribo a Los Jaivas

¿Cómo se unió al grupo de Miña niñita? Fue a principios de los 60, cuando Los Jaivas ya eran un nombre consolidado. En 1972, encontró a Gato Alquinta, el guitarrista y vocalista de la banda, en Providencia.

Le gustó la pintura del indio con un sol en las manos emergiendo detrás de las montañas para la carátula del disco de su canción Indio hermano, pero la publicación del álbum fue cancelada debido al Golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973.

“No había pasado mucho tiempo de eso cuando conocí al ‘Gato’ y fuimos a mi taller a ver mi cuadro. Después de que terminó de cantar, le dije que la pintura era muy grande y que la iba a cortar para poder trabajarla como carátula. Yo nunca había hecho eso ni nada parecido, pero estaba muy motivado: ya había escuchado un par de canciones del grupo y me habían gustado mucho”, contó en la misma entrevista.

De esa forma, comenzaron un trabajo en conjunto que hizo que Olivares también se trasladara a Argentina para vivir con ellos. Luego a Francia. Y posteriormente, vivió junto a la banda todos los episodios gloriosos y trágicos de su destino.

Posteriormente, en 2023, y en el marco de la conmemoración de los 60 años de la banda, pintó el mural de Los Jaivas en la Estación de Metro Cal y Canto de la Línea 3. Se trata de una estructura de 30 metros de largo por 6 de alto y que junto al honor para los músicos, homenajea al Río Mapocho.

Con respecto a su vida en Francia, comentó: “Ser pintor en París es como ir a vender helados de agua al Polo Sur. Llevo 35 años viviendo en la ciudad y estoy feliz de haber cumplido el sueño de ser pintor en París, que incubé de niño leyendo los libros de pintura de mi madre. A diferencia de Picasso o Chagall, no me hice famoso y terminé anónimo en el barrio 5. En París siempre estoy en contacto con Eduardo Parra, el único de Los Jaivas que vive allá. Hace unos días escuchamos unos casetes que casi boto a la basura, que contenían improvisaciones e ideas de canciones grabadas hace más de 20 años”.

“Fue el pintor de Los Jaivas, el autor de las icónicas portadas que dieron rostro a nuestra música. No hay Jaivas sin René, ni René sin Los Jaivas. Su arte nos enseñó a mirar la cordillera, el cielo y la tierra como parte de un mismo universo”, dijo Eduardo Parra, ex integrante de los viñamarinos, en su Instagram.

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