
La U golea al débil Carabobo y entra de lleno en la lucha por meterse en los octavos de la Copa Libertadores
Universidad de Chile recuperó sensaciones. Le ganó con autoridad a los venezolanos por 4-0 y puede asegurar su presencia en la ronda de los 16 mejores si es que Estudiantes derrota este miércoles a Botafogo, en Brasil. Como mínimo, ya tiene en el bolsillo entrar en la Copa Sudamericana.

Ante el rival más débil del grupo A, Universidad de Chile tenía la oportunidad ideal para reponerse y reinsertarse en la pelea por la clasificación hacia los octavos de final de la Copa Libertadores, tras la dolorosa caída ante Estudiantes, la semana pasada. La U hizo los deberes y se impuso por 4-0 al Carabobo de Venezuela. Lo que no logró hacer en Valencia (como sí lo hicieron sus rivales de zona), lo consiguió en el Estadio Nacional. Con holgura.
Independiente a lo sucedido en el choque anterior contra los Pincharratas, la U cargaba con el favoritismo ante los granates. Por lo mismo, era casi una obligación una victoria, aunque el empate le permitía, a lo menos, asegurar su acceso a la Copa Sudamericana. En el afán de encontrar otras respuestas, y aprovechando la riqueza de plantel, Gustavo Álvarez le dio matices a su estructura con otros nombres. Entró Maximiliano Guerrero por la derecha, conviviendo con Fabián Hormazábal; volvió Charles Aránguiz (quien penó de sobremanera ante Estudiantes) y cambió a la dupla de delanteros: Rodrigo Contreras con Leandro Fernández.
Si bien no se trató de una faena brillante (aunque el resultado invita a pensarlo), los azules recuperaron los colores extraviados. Ante un rival básico, que exigió poco y nada a la portería de Gabriel Castellón, pese al excesivo histrionismo del técnico español Diego Merino, el elenco del chuncho fue superior y justificó el triunfo.
La U fue flexible y corrió riesgos. El ícono de esa flexibilidad táctica fue Fabián Hormazábal. En ataque, se soltaba por la banda derecha, mientras Calderón y Zaldivia eran los únicos custodios de su terreno (Sepúlveda hacía lo mismo, por el otro lado). Básicamente, el equipo quedaba con dos atrás. Y en el retroceso, el ex O’Higgins se metía como un tercer central, para dejarle la franja a Guerrero.
El primer aviso de peligro real de la U fue en los 9′, con un cabezazo de Zaldivia contenido de gran manera por el portero Bruera. El balón le perteneció al subcampeón chileno con meridiana claridad (78% en el primer tiempo), no obstante le faltaba una pizca de claridad en el pase final para quedar de manera más frecuente de cara al marco. Javier Altamirano se ubicaba entre los centrales y los volantes venezolanos, para ser un eslabón en ese circuito. En los 28′, el ex Huachipato tuvo una clara, pero Bruera le contuvo su disparo.
Ante rivales que se abroquelan en su terreno, el factor de la pelota detenida puede ser una llave. Tal cual. A la media hora de partido, Matías Sepúlveda derribó la resistencia llanera mediante un impecable tiro libre. El Tucu se animó y remató directo a portería, sorprendiendo a un arquero que esperaba el centro. La ejecución fue uno de los 12 tiros totales de los nacionales en los 45′ iniciales, contra un Carabobo que registró apenas uno.
En el complemento, el panorama no cambió demasiado. Siempre fue la U la que estuvo más cerca de ampliar la diferencia, antes que una eventual paridad de Carabobo. En los 49′, lo tuvo de nuevo Altamirano, quien no tuvo su noche más precisa en la definición. Más tarde, en los 60′, Fernández y Aránguiz desperdiciaron el 2-0.

En los 63′, el partido comienza a sellarse con la revisión del VAR ante un posible penal para el local, por una mano. Se sanciona la pena máxima y Charles Aránguiz asumió la ejecución. Como es una costumbre, el puentealtino convirtió. Una vez más, el ex Bayer Leverkusen fue certero desde los 12 pasos. Con esto, el duelo se terminó, porque la reacción de Carabobo nunca llegó. Un equipo débil no tenía un plan B.
A 10′ del final, Matías Zaldivia convirtió el 3-0, definiendo de primera tras un pivoteo, como el mejor de los arietes. Lo malo para el argentino-chileno es que fue amonestado y se perderá el cierre de la fase grupal, por acumulación. Quedaba algo más, porque Israel Poblete metió el 4-0 en el epílogo.
Con la victoria, la U. de Chile llega a los 10 puntos y aguarda por una “ayuda” de Estudiantes ante Botafogo. Si los argentinos le ganan al Fogao este miércoles, en Brasil, los azules clasifican matemáticamente a octavos de final, un logro que no alcanzan desde 2012 (fue semifinalista). De lo contrario, Álvarez y compañía se tendrán que jugar el pase a la siguiente etapa en Río de Janeiro. Como mínimo, tiene la Sudamericana en el bolsillo.
Ficha del partido
U. de Chile: G. Castellón; F. Hormazábal, F. Calderón, M. Zaldivia; M. Guerrero, M. Díaz (85’, F. Moya), C. Aránguiz (72’, I. Poblete), M. Sepúlveda (85’, A. Díaz); J. Altamirano; L. Fernández (85’, N. Guerra) y R. Contreras (68’, L. Di Yorio). DT: G. Álvarez.
Carabobo: L. Bruera; P. Bonilla, L. Aponte, N. Rodríguez, M. Pernía (75’, M. Guaramato); E. Tortolero, G. González, J. Congo (62′, M. Núñez), C. Ramos (62′, J. C. Pérez), R. Hernández (62′, C. Cañozales); y F. Londoño (62′, J. Berríos). DT: D. Merino.
Goles: 1-0, 30′, Sepúlveda, de tiro libre; 2-0, 65′, Aránguiz, de penal; 3-0, 80′, Zaldivia; 4-0, 90′, Poblete.
Árbitro: B. Loayza (ECU). Amonestó a Zaldivia (U); Hernández, Congo, Aponte (C).
Estadio Nacional. Asistieron 41.871 personas.
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