Por Daniel BustosCon dos chilenos: pilotos superan la pista de obstáculos aérea más grande del mundo
Los chilenos Sebastián "Ardilla" Álvarez y Víctor "Bicho" Carrera fueron parte de este espectacular vuelo, que quedó registrado en un increíble video que desafía lo posible. El desafío consideraba diferentes especialidades aéreas como wingsuit, paracaidismo, ingenieros de drones, helicópteros, entre otros.

Creada por los mejores exponentes de distintas disciplinas, el vídeo “Ultimate Aerial Obstacle Course (Circuito Aéreo de Obstáculos Definitivo)” muestra una línea de vuelo surrealista de 15 etapas que recorre cielos abiertos, cordilleras y horizontes urbanos. Dos deportistas chilenos fueron parte de esta hazaña sin precedentes: Sebastián “Ardilla” Álvarez, piloto de wingsuit, y Víctor “Bicho” Carrera, parapentista acrobático.
Para crear este parque aéreo de atracciones, se unieron y trabajaron en conjunto 34 atletas de distintas nacionalidades y modalidades:pilotos de traje aéreo (wingsuit), paracaidistas, pilotos de paramotor, aviones a reacción e ingenieros de drones. Se necesitaron además años de entrenamiento, coordinación y preparación para dar vida a esta verdadera “fiesta aérea”, en la que cada obstáculo comenzó como una idea descabellada salida de la imaginación de los participantes del proyecto.

“Fue espectacular. Pudimos juntar a los mejores atletas relacionados con aire y crear algo nunca antes visto. Esto es histórico. No pasa todos los días ni todos los años, es un tremendo trabajo logístico. Tuve la suerte de estar en varias etapas del proyecto”, comentó el chileno “Ardilla” Álvarez.
La secuencia fue recién estrenada en YouTube. Cada uno de los 15 obstáculos combinó vuelos de precisión, ingeniería creativa y espectáculo de una forma nunca vista. En el clip os wingsuiters Andy Farrington, Mike Swanson y Sebastián Álvarez persiguieron las estelas de humo de los Alpha Jets a través de un «túnel pintado en el cielo» a velocidades superiores a los 200 km/h, antes de atravesar aros aéreos mantenidos en posición por pilotos de paramotor en un vuelo cuidadosamente coordinado que requería una precisión milimétrica.
Luego, tres catapultas humanas lanzaron a los wingsuiters al cielo abierto, dándoles más velocidad y altura que cualquier salto desde una montaña. “La catapulta fue una locura”, comentó el piloto Dani Román, quien participó en las pruebas.

Tras esa secuencia, se muestra a los atletas realizando un eslalon a gran altitud sobre los Alpes Suizos. El circuito luego retoma el recorrido de los atletas través de los rascacielos de Dubái, zambulléndose entremedio de una formación de 600 drones que flotaba a más de 300 metros sobre el horizonte recreando una lata de Red Bull, antes de realizar un vuelo en formación cerrada sobre el emblemático Atlantis The Royal. Y para finalizar, se lanzaron motos acuáticas desde aviones, que aterrizaron intactas en aguas abiertas controladas por paracaídas.
“No existe un manual para algo así. Cada obstáculo es un proyecto en sí mismo”, explica Luke Aikins, experimentado paracaidista, miembro del Red Bull Air Force y uno de los directores deportivos del proyecto.
Mira aquí el video
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