Los 389 días de angustia y alegría que marcaron a Novak Djokovic

Djokovic en la sesión de fotos post título del Australian Open (REUTERS/Carl Recine)

En enero de 2022 fue deportado de Melbourne tras una lucha de 11 días en los tribunales de Victoria, comenzando un periplo con muchos portazos y más de 10.000 puntos perdidos para el ranking. Ahora, en enero de 2023, el serbio logró revertir sus malos momentos y alcanza su 22° Grand Slam.



Es el 4 de enero de 2022 y Novak Djokovic postea una fotografía en el aeropuerto de Belgrado con el siguiente mensaje: “Pasé un tiempo de calidad fantástico con mis seres queridos durante las vacaciones y hoy me dirijo a Australia con un permiso de exención. ¡Vamos 2022!. Eso sí, las semanas siguientes y el año en general estarían muy lejos de las sensaciones que expresó en ese texto.

Tan solo 24 horas después de esa postal, la carrera de “Nole” comenzó un giro de 180 grados. El 5 de enero, en su llegada al aeropuerto de Melbourne, fue detenido por más de ocho horas al ingresar al país con errores en su visa debido a su calidad de persona no vacunada. En total estuvo cinco días recluido en un hotel mientras peleaba por su participación en el Open de Australia.

Y la primera batalla la ganó el entonces número uno (hoy vuelve a despertar en ese sitial), ya que el 10 de enero, tras una pequeña audiencia, fue liberado por un juez y el europeo incluso logró entrenar en la cancha principal del Australian Open.

El problema eso sí, fue que la guerra la terminó ganando el gobierno australiano. Aquello se produjo el 16 de enero (11 días después de haber pisado suelo oceánico), cuando se le obligó a Djokovic abandonar el país tras perder la apelación en contra de la decisión personal del Ministro de Inmigración, Alex Hawke, de cancelarle la visa al tenista.

Con aquello el campeón defensor del Open de Australia perdió los primeros 2000 puntos del año. Dos meses después anunciaría que no disputaría ni el Masters 1000 de Indian Wells ni el Masters 1000 de Miami por no poder ingresar a Estados Unidos al no estar vacunado. Un problema recurrente y complejo para el serbio, ya que el país de los 50 estados tiene presencia casi continua en el calendario ATP y ahí se desarrollan varios de los torneos más importantes del planeta. De hecho, más adelante del año la situación se repetiría en otros dos Masters 1000 y en el US Open.

Aquello obviamente lo llevó a quedar fuera de la pelea por el número uno durante 2022. Primero fue Medvedev quien le arrebató ese sitial y después Alcaraz quien llegó al tope del ranking, eso sí en un momento en donde el nacido en los Balcanes estaba totalmente fuera de la pelea por ese puesto. Al concluir el US Open (momento en donde “Carlitos” alcanzó el primer puesto del listado), Djokovic estaba en el puesto siete.

Una situación compleja, pero que Djokovic entendía que iba a pasar. Tras su veto en Melbourne, todo lo que vendría después ya era esperable. “Soy parte de un deporte que se juega todas las semanas en una parte diferente del mundo, entiendo las consecuencias de mi decisión y una de esas consecuencias era no ir a Australia, estaba preparado para ello. Y entiendo que, al no estar vacunado, no se me permite viajar a la mayoría de los torneos. Y ese es el precio que estoy dispuesto a pagar”, declaró en su momento.

Por ejemplo, al momento de terminar el US open en septiembre de 2022, Novak solo había jugado Dubái, Montecarlo, Belgrado, Madrid, Roma, Roland Garros y Wimbledon.

Lo peor es que de esos eventos, fue el Grand Slam sobre césped en donde mejor resultados consiguió. Justo una edición que no sumó puntos y que provocó que todos los jugadores perdieran los que consiguieron en 2021. En el caso de Nole, no solo no consiguió 2000 puntos por ganar su séptimo título en Londres, sino que además vio como se le descontaron las 2000 unidades que había logrado hace dos años al también ser campeón.

2023: renacido...al menos de momento

Si el 16 de enero de 2022 Djokovic lo pasaba en un avión privado de vuelta a Serbia, tras la semana más convulsionada de su carrera. Este 16 de enero lo pasó entrenando en las canchas auxiliares del Australian Open, preparando lo que sería su reaparición en la Rod Laver Arena tras el año de la tormenta.

Un reencuentro en donde el serbio no solo volvería a jugar, sino que volvería ser campeón. La décima vez ya, más que nadie en Melbourne. De paso también conseguiría volver a recuperar el número uno del mundo, teniendo la chance de seguir estirando las diferencias como el jugador con más semanas en lo más alto del ranking. Como si fuese poco, su consagración en el Open oceánico también sirve para igualar a Nadal en Grand Slams y superarlo en torneos en ATP conquistados.

Djokovic, el trofeo del Australian Open y los peloteros del torneo. (AP Photo/Ng Han Guan)

Tenía muchas ganas de volver a Australia, lo he dicho antes. Me encuentro muy bien aquí. Teniendo en cuenta mis récords sabía que tenía opciones. Terminé la pasada temporada de la mejor forma posible e hice una gran preparación. Después de lo que pasó el año pasado, estaba más nervioso por cómo se me recibiría, pero en general ha sido una experiencia positiva”, comentó tras levantar el título, 389 días después de que lo arrestaran en el aeropuerto de Melbourne.

El cierre de un círculo tormentoso y el arranque de un nuevo episodio que puede permitirle romper todos los récords posibles. Eso sí, con una interrogante. ¿Podrá Djokovic volver a Estados Unidos y disputar el calendario de manera completa?

La respuesta para aquello de momento es no. Las políticas de ingreso de EE.UU siguen prohibiendo el ingreso para extranjeros no vacunados y Djokovic volvería a quedar sin chance de disputar Indian Wells, Miami, Cincinatti y el US Open. Pero la presión por tener al número uno del mundo no es poca.

Hace unos días, el director del Masters 1000 de Indian Wells y ex número dos del mundo, Tommy Haas, lanzó duras palabras por la situación. “Estaría bien que la levantaran antes de mediados de abril, como se supone se hará. Así Djokovic podría jugar en Indian Wells y Miami. Creo que él sí quiere jugar. Sería una vergüenza si no puede venir a estos eventos, si no se le permite hacerlo, expuso el alemán.

Es aquella la clave para que su lugar como número uno del mundo pueda mantenerse en el tiempo, ya que sin poder jugar los eventos norteamericanos se hace muy complejo. Djokovic por su parte no piensa en aquello y disfruta su gran momento. De reojo también mira Roland Garros, torneo que ha ganado en dos ocasiones y donde podría superar a Rafael Nadal, quien actualmente se encuentra lesionado, como el jugar masculino con más Grand Slam de la historia. Algunos fanáticos incluso ya piensan en una final entre los dos. De darse, sería sin duda uno de los más partidos más icónicos del tenis moderno.

Djokovic y Nadal en los cuartos de final de Roland Garros 2022. (REUTERS/Pascal Rossignol)

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