Salta en el sillón: las 25 mejores canciones de estadio para emocionarse en casa

Sin la posibilidad de asistir al estadio en todo el mundo a causa del coronavirus, los fanáticos recuerdan en sus hogares las mejores manifestaciones de aliento a sus equipos. Esta es una selección de las más significativas y melódicas.



El coronavirus tiene a los aficionados de todo el mundo sin poder asistir al estadio. A casi todos, pues aún quedan ligas que siguen disputándose, aunque la generalidad y la tendencia que siguieron los campeonatos más importantes del mundo, y también el chileno, es que los estadios permanecerán cerrados mientras dure la emergencia. Aún no se sabe con certeza hasta cuándo.

Los hinchas tienen que conformarse con recordar esos días en que podían alentar al equipo de sus amores. La galería dio paso al más cómodo, pero menos vibrante, sofá de la casa. El sonido de los miles de fanáticos cantando al unísono no estará al menos por un par de meses, aunque internet ofrece la posibilidad de repasar los cánticos más emblemáticos y melódicos. Una conexión bluetooth y un par de parlantes puede servir para recrear el ambiente, aunque nada reemplazará al tablón ni a los lazos que se generan cada domingo en el coliseo de turno.

Salvo excepciones, la mayoría de las melodías que se escuchan cada semana en los estadios toman como base el hit musical del momento en las radios o en Spotify, si prefiere. En Sudamérica, la ventaja en términos creativos la llevan las hinchadas argentinas, cuyas composiciones han servido de referencia (o más bien de objeto de copia) para las del resto del continente. En Europa, en cambio, las creaciones suelen ser menos atractivas, pero mucho más simbólicas.

El ritmo sudamericano

En materia de creatividad, las hinchadas sudamericanas llevan ventaja. El ingenio para adaptar las letras de los éxitos de los principales músicos les ha llamado la atención incluso a los propios compositores originales. Así, Luis Fonsi, Enrique Iglesias y Fito Páez, entre muchos otros, han sido reversionados por los barristas.

San Lorenzo | Si te vas yo también me voy (Enrique Iglesias):

San Lorenzo | Despacito (Luis Fonsi):

River Plate | La Copa Libertadores es mi obsesión (Y dale alegría a mi corazón, Fito Paez):

Boca Juniors | Boca, mi buen amigo:

Boca Juniors | River, decime qué se siente (Bad moon rising, Creedence Clearwater Revival):

Racing | Muchachos:

Racing | Una vieja chiflada (Para no olvidar, Los Rodríguez):

Boca Juniors | Dale alegría a mi corazón (Fito Páez):

Uruguay, Brasil y Colombia también ofrecen lo suyo. En el país charrúa, la hinchada de Peñarol recreó La Bicicleta, que popularizaron Shakira y Carlos Vives. En Belo Horizonte, en tanto, la hinchada de Cruzeiro adaptó Seven Nation Army, de The White Stripes, para enfatizar su condición de tricampeón del Brasileirao. Los cafeteros de Atlético Nacional fueron más tradicionales y optaron por reescribir Mi amigo del Alma, de Roberto Carlos.

Atlético Nacional | Tú eres mi equipo del alma (Amigo, Roberto Carlos):

Peñarol | La Bicicleta (Shakira):

Cruzeiro | Nós somos Cruzeiro (Seven Nation Army, The White Stripes)

La emotividad europea

Las hinchadas europeas no son precisamente rítmicas ni melódicas. Si bien hay algunas que han importado algunas canciones desde los estadios sudamericanos, las expresiones más emblemáticas suelen ser los himnos de los respectivos clubes.

Si hay que destacar uno de los cánticos, sin dudas que el You’ll never walk alone, de la hinchada del Liverpool, es capaz de sobrecoger al más imparcial de los espectadores. De hecho, en medio de la crisis por el coronavirus, se escuchó incluso en un centro hospitalario inglés, casi a modo de motivación o arenga. También llama la atención Forever blowing bubbles, del West Ham United, que alude a las burbujas que caracterizan a su hinchada.

En Italia, los hinchas del Napoli no olvidan el paso de Diego Maradona por su equipo y aún cantan a todo pulmón Ho visto Maradona, una declaración de amor al astro transandino, hoy técnico de Gimnasia y Esgrima de La Plata.

En España, las hinchadas del Atlético de Madrid y el Sevilla llevan la delantera en animación de tribuna. Las del Real Madrid y Barcelona son mucho más frías.

Liverpool | You’ll never walk alone (Gerry & The Pacemakers):

West Ham United | Forever blowing bubbles (Albert Burr Campbell & Irving Gillette):

Himno del Atlético de Madrid:

Sevilla | Mi Sevilla, Sevilla (Javier Labandón):

Roma | Roma, Roma:

Napoli | Ho visto Maradona:

La Marea Roja

En el camino hacia el Mundial de Francia 1998, la hinchada de la Selección experimentó un fuerte cambio. El público asumió que su rol trascendía a su mera presencia en el Estadio Nacional y se transformó en un actor clave.

En las gradas surgió el cántico que se transformó en un himno: el Vamos Chilenos. El antecedente provenía del sector sur del recinto ñuñoíno: el Vamos Leones, de Los de Abajo.

Sin embargo, el fenómeno más sobrecogedor es la entonación del himno. Y el peak se produjo en el Mundial de Brasil 2014, en la antesala del duelo ante España, que dejó imágenes imborrables del fervor de los fanáticos

El día en que Dyango fue azul

Las barras chilenas toman sus modelos directamente desde Argentina. Sin embargo, también hay ejemplos de creativas que han sensibilizado hasta a los autores originales. En 1994 se registró una situación histórica: Dyango, famoso cantante español, llegó hasta el estadio Santa Laura, donde la U se medía con Unión Española, para escuchar in situ Al León yo lo llevo en el corazón, la adaptación futbolera de su éxito Corazón Moágico. Fue, naturalmente, ovacionado y se transformó en hincha horario de la institución laica.

También desde el sector sur del estadio Nacional, hace poco tiempo, surgió otra mezcla emotiva. Al ritmo de Vuelvo para vivir, de Illapu, los fanáticos laicos alientan a la escuadra universitario. “Que se alienta más si va perdiendo”, es la frase en la que todos elevan la voz.

Cuando la Garra Blanca enamoró a Bielsa

En 2008, Marcelo Bielsa mostró su lado más sensible. Ese año, el segundo de su gestión al mando de la Selección, reconoció que había una canción de estadio que le gustaba profundamente. Se la había escuchado a la Garra Blanca, la barra brava de Colo Colo. “Hay una canción hermosa que dice; ‘cuando el equipo anda mal, la hinchada lo hace ganar’. Eso no lo escuché en ninguna parte del mundo”, comentó.

También desde el sector norte del Monumental, aunque mucho antes, surgió un cántico que se ha transformado en parte de la identidad de los albos. El Cacique, que ganó la Copa Libertadores de América en 1991 por única vez para el fútbol chileno, adquirió desde esa fecha una nueva condición: pasó a ser el Eterno Campeón. “Campeón hay uno solo, se llama Colo Colo, el eterno campeón”, se jactan sus hinchas en cada duelo de los albos.

El ska y el rock cruzado

En San Carlos de Apoquindo buscan sus referencias en la música argentina. De ese repertorio han surgido dos composiciones que se transformaron en himnos para los cruzados.

Al ritmo de Carnaval toda la vida, de Los Fabulosos Cadillacs, los fanáticos del club de Las Condes le declaran su devoción a Universidad Católica.

También en San Carlos, pero en una clave más rockera, el último hit que suena, y uno de los que más les gusta a los forofos estudiantiles, está inspirado en Vos de bebé, de Los Gedes. “Te juro por mi madre, Nunca te vamos a abandonar. Y en la cancha que juegues presente vamos a estar", es la frase que cierra la creación. Una más de las múltiples declaraciones de amor eterno para no olvidar en época de sequía futbolera.

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