Es casi un quiosco, un local pequeñito en el centro de Pucón que goza de la fama que cualquier restaurante grande quisiera. Es que las empanadas fritas de Puras Pavadas son conocidas en el lugar por la originalidad de sus ingredientes, sabor y contundencia.

Aquí no son nada de mezquinos con el relleno, que casi se desparrama al primer mordisco. La masa también sobresale, crujiente y sin aceite demás.

Hay 15 tipos de empanadas y todas valen $ 2.000, como la de champiñón/queso/choclo, una de las más pedidas y tradicionales del local.

Pero los dueños suelen experimentar con los ingredientes, como los de la "pavada", que lleva un delicioso pino de carne de pavo, huevo duro, queso, salsa de ciruelas, perejil y un toque de sésamo.

Un verdadero festín al paladar que se disfruta sentado en las mesas o la pequeña barra del lugar, mientras se lee alguna edición de Condorito.

También está la vegetariana, con huevo duro, queso, repollo morado, zanahoria, tomate, choclo, cebolla, un toque de crema y orégano.

Otro hit de ahí son los "hallullazos", una hallulla sellada a la plancha y rellena con jamón y queso o champiñón/queso, por citar un par de ejemplos ($ 1.000).

Ojo además con los jugos naturales, que se preparan en el momento y son de 500 cc. El de naranja/plátano y el de membrillo son imperdibles.