Isabel Allende: “Una cosa es que el PC fue un partido leal con Salvador Allende, otra que sea su heredero”

La hija del exmandatario socialista y senadora está dolida -y no lo esconde- con las alusiones del abanderado comunista a la figura de su padre. “La figura de Salvador Allende no le pertenece sólo al PS, pero uno tiene que ser respetuoso del otro en política”, asegura.


En la verdadera teleserie que fue la fallida inscripción de primarias presidenciales de toda la izquierda una frase quedó para el imaginario colectivo: “No se humilla al Partido de Salvador Allende”, espetó el presidente del PS, Álvaro Elizalde, en la misma puerta del Servel, donde minutos antes los candidatos Daniel Jadue (PC) y Gabriel Boric (FA) oficializaron su futuro duelo. La hija del exmandatario y senadora, Isabel Allende, encontró razón a sus palabras.

“Estamos hablando de un partido que nació para estar junto a los trabajadores, que ha entregado tres presidentes a Chile. Tiene errores, tiene luces, pero también una fuerte potencialidad”, sentencia.

El abanderado del PC, Daniel Jadue, hace algunas semanas pidió el apoyo de la militancia del PS. Sostuvo que el legado de Salvador Allende se reflejaba mejor en su opción. ¿Qué le generan afirmaciones de este tipo?

Me provocó molestia como a todos los socialistas, una sensación de falta de respeto. Uno no hace eso con otro partido, uno tiene que ser leal. (Jadue) sabe que nosotros tenemos una candidata y es inentendible que haga ese llamado a las bases socialistas. Y más aludiendo a Salvador Allende, que nunca dejó su partido de toda la vida. Como siempre decía él, ‘todo lo que he sido se lo he dado a mi partido’. A pesar de que tuvo conflictos y contradicciones, siempre tuvo conciencia de que todos los cargos, todo lo que desarrolló, que no era poco -diputado, ministro, senador, presidente del Senado y de la República- se lo debía al Partido Socialista. Es como falta de consideración que no debe ser en la política. Uno puede tener diferencias de ideas, pero uno siempre debe tener una disposición de ser respetuoso hacia el otro y de las sensibilidades que pueda manifestar el otro. Yo no creo que la política tenga que ser pisar callos todos los días.

Se podría considerar que la figura del expresidente es patrimonio de toda la izquierda chilena…

Por supuesto. La figura de Salvador Allende no le pertenece solamente al Partido Socialista. Es una figura nacional e internacional. Hasta el día de hoy me encuentro con gente en Bélgica, en Francia, que me dicen, ‘yo entré al Partido Socialista por Salvador Allende’. Entonces, obviamente que es un referente universal, pero eso no quita que uno tiene que ser cuidadoso y respetuoso.

El candidato del PC ha planteado que es una suerte de heredero del legado de Allende. ¿Le parece que hay una apropiación indebida?

Eso es un poquito demasiado. No es adecuado hablar de herederos de Salvador Allende, nosotros no lo hacemos y no debiera hacerse. Salvador Allende es un referente nacional e internacional. Me conmueve esa apreciación, esa imagen… imagínense, en las movilizaciones que hubo fue el único retrato que había de alguien que fue la toda vida un luchador social, de alguien que estuvo en el plano político toda su vida, desde que fue dirigente secundario. Y era el único retrato. Entonces, a mí me parece que eso es maravilloso, porque está incluso en la memoria de jóvenes que no nacieron, que no conocían o que no tuvieron la experiencia nuestra. Pasan y pasan y pasan los años y en lugar de disminuir, como podría uno pensar con el tiempo, las cosas se olvidan, los personajes van quedando atrás, Salvador Allende permanece.

Es parte de la historia que el PC fue más leal con Allende y los tiempos de su programa que el PS. Por eso quizás la alusión de Jadue no es tan antojadiza…

Son dos cosas totalmente distintas. Una cosa es que el PC fue un partido leal con Salvador Allende, con su programa y gobierno, que el PS la tenía de fondo. Pero el PS siempre ha sido un partido de muchos inconformistas en el sentido de rebeldes, está en el ADN de nuestro partido. Hay que reconocer que había gente que quería acelerar y otros que estaban más por allanarse, que esto tenía que ser gradual, que uno no podía o que no tenía sentido de repente tomarse la fábrica de chocolate Calaf si no era estratégica para la economía. Eso obviamente que existió, pero el Partido Socialista era parte de la esencia de lo que fue nuestro programa de la Unidad Popular. Entonces, yo no creo que uno pueda colegir… una cosa es que el PC fue un partido leal con Salvador Allende, otra decir que eres su heredero. No, por supuesto que no.

La historia es cíclica. Los tiempos de los cambios y la gobernabilidad son hoy una vara para medir a las coaliciones de izquierda y centroizquierda. ¿Comparte la idea de que el Partido Socialista y sus aliados ofrecen mayor gobernabilidad que el PC y el FA como coalición?

En el Partido Socialista de una manera repetitiva y perseverante, que a mí me parece bien, hemos buscado la unidad más amplia posible y éramos partidarios de que las primarias, que ojalá hubiesen sido, tenían que incluir desde el PC hasta la DC. Lamentamos muchísimo que no se lograra. Pero, en definitiva, el Partido Socialista siempre ha buscado esa unidad. Y en ese sentido nosotros tenemos conciencia de que un Presidente que va a gobernar debe tener un programa y la confluencia y convergencia lo más amplia posible. Perdón, pero fue el Partido Socialista el que cedió cupos para que el Partido Comunista entrara al Congreso, nunca nos pareció la exclusión. Somos un ejemplo de un partido que puede ser articulador, o que se ha puesto a sí mismo la responsabilidad de actuar de la manera más articuladora posible de distintas fuerzas.

La primera confrontación real de ambos proyectos, se podría aventurar, se va a dar el 13 de junio, en la segunda vuelta de los gobernadores metropolitanos, Karina Oliva (Comunes-FA) y Claudio Orrego (DC). Cualquiera sea el resultado de esa elección, ¿se pueden sacar conclusiones respecto del futuro de los proyectos que representa cada uno?

No necesariamente. Yo creo que una elección de gobernador es tremendamente importante después de la elección de los convencionales, que es histórica y era la más trascendente. Se necesita que las regiones tengan voz y dejen de ser invisibles, y para eso es fundamental tener una persona por elección popular. Sé que va a haber muchos interesados en este momento que todo está tan líquido, como se dice, ver el resultado, pero no necesariamente es algo concluyente, porque a pesar de ser más amplia por supuesto, tiene una connotación muy territorial, no es nacional. Es verdad que la gente a lo mejor quiere medir, pero va a tener una especificidad también propia.

La alianza PC-PS fue parte del anclaje de la candidatura de Salvador Allende, dado lo que ha pasado en estas últimas dos semanas, ¿le parece que hay posibilidades de reencuentro?

Digamos las cosas como son. Para una candidatura presidencial y la posibilidad real de ganar usted necesita el voto de la centroizquierda. Efectivamente, quien quiera que sea el candidato va a necesitar muchos votos para llegar al 50 más uno y ese 50 más uno no lo tiene ningún conglomerado reducido o excluyente, entonces, evidentemente sí. Ahora, ¿que ese impasse que tuvimos dolió? Dolió. Déjeme decir que no me siento, digamos, obligada a hacer ninguna prueba de nada. No tenemos por qué estar dando pruebas. Mire, sobre los famosos 30 años. Tengo un par de cifras: “Chile en los últimos 30 años”. Pobreza, año 90: 39%, año 2018: 8,6%; pobreza extrema año 90: 13%, año 2018: 2%; aumento de ingresos año 90: 100%. Año 2018: 439%. Insuficiente todavía, pero quiero decir que no soy de las que van a renegar de avances que es evidente que hemos tenido en estos años. Aunque también tengo claro que uno siempre puede avanzar aún más. Me pasa que hay un tema fuerte, que me ha dolido mucho. Si hay algo que creo que ha sido tremendo es cómo el gobierno de Piñera, más allá de su eficiencia o no para afrontar esta pandemia y la crisis, cómo ha ido rompiendo la convivencia que teníamos. ¡Cómo pudo declarar ‘estamos en guerra’, y luego fue y se sacó una foto! Entonces, por favor. Aquí hay responsabilidad de un gobierno que ha sido de oídos sordos, tozudo, incapaz de entender.

La izquierda vive su propio proceso. El PC les pide pruebas de la blancura. ¿Está al debe el PC cuando ve este momento sólo con el interés de fortalecerse a sí mismo?

A lo mejor. Lo que pasa es que llevaba mucho tiempo excluido, por eso nos jugamos por romper con el binominal con Bachelet. Uno puede celebrar buenos números y resultados, lo que me parece muy bien, pero uno no puede en aras a perfilarse, desaprovechar la oportunidad de cimentar mejor la unidad. Miro al gobierno y digo que ha sido súper responsable de esta ruptura de la convivencia, pero también soy capaz de mirar y decir que hemos estado mal porque no hemos logrado esta unidad que hablamos. La unidad de palabras tiene que ser en los hechos, ¿y en los hechos uno qué es lo que ve? Que ad portas de firmar un acuerdo, se destruye. Eso no está bien. Pero a mí me gusta lo que ha pasado en la constituyente, porque es un Chile real, me parecen bien los rostros nuevos, las mujeres, los independientes, los que vienen de colegios públicos, con números.

¿Le parece que el Partido Socialista le debe una explicación a la Democracia Cristiana? Su partido dio un giro estratégico en su política de alianza y estuvo a punto de romper su pacto con la DC. ¿Le acomodaba ese camino de dejar a la DC?

Yo no creo que uno tenga que dar explicaciones. Voy a quedarme con lo que dijo Carmen Frei de que eso hay que dejarlo atrás y tenemos que mirar hacia adelante, y en esa mirada para adelante no tengo ninguna duda, y la demostración está en el compromiso que hay con la gobernación de la Región Metropolitana y otras. Así que no tengo ninguna duda de que los diálogos se van a dar, que ya se están empezando a dar, y de que va a haber las mejores oportunidades de diálogo no tengo ninguna duda. Realmente no siento que tenga que dar una explicación, sino que más bien, poselecciones, la Democracia Cristiana entró en una situación muy crítica, ellos tuvieron una situación muy compleja, por eso no quiero entrar al detalle. A mí lo que me interesa es el futuro.

Si uno mira con cierto realismo el escenario político, ve que el Partido Socialista es una suerte de fiel de la balanza. Parece complejo imaginar que la DC va a encontrar un camino de encuentro con el PC. ¿A usted qué le acomoda más? ¿Afianzar las relaciones del PS con el centro como ha sido en los últimos 30 años? ¿O más bien llegar a esta suerte de vuelta a los orígenes, donde el PS tenía un entendimiento con el Partido Comunista?

Ahí hay una falsa dicotomía, porque la verdad es que lo que nosotros necesitamos es lo que dijimos de un comienzo. Necesitamos la unidad más amplia y la necesitamos sin exclusiones. Esto es muy dinámico. O sea, el PC estuvo con el PPD en la elección municipal pasada de concejal en la misma lista. Entonces, por eso yo digo, ojo con las consistencias, porque eso es lo que de repente desacredita un poco a la política o la gente no entiende mucho las lógicas. Aquí lo importante es que nosotros logremos generar una mirada de país, logremos generar un programa viable, consistente, un programa que realmente haga un cambio importante en el modelo actual, que no siga, este Estado subsidiario, este modelo sólo extractivista, que usted haga una sociedad más inclusiva. Eso va a requerir de mucha voluntad, generosidad y no estar con vetos, ni exclusiones, ni pruebas de blancuras.

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