Jeremy Bowen: “El hecho de que el gobierno afgano haya caído tan rápido hace parecer a Biden como estúpido”

Combatientes talibanes armados junto a un imán durante las oraciones de los viernes en la mezquita Abdul Rahman, en Kabul, el 20 de agosto. Foto: AFP

En conversación con La Tercera, el editor de la BBC comparó la retirada de tropas estadounidenses con las soviéticas en 1989. “Fue un proceso muy ordenado”, dijo.


El periodista galés de la cadena BBC Jeremy Bowen es uno de los corresponsales de guerra más destacados actualmente. Sus inicios fueron en El Salvador en 1989. También hizo reportes desde Bosnia-Herzegovina durante la guerra de Bosnia (1992-1995) y desde Kosovo, durante el conflicto de 1999. Fue corresponsal de la cadena en Medio Oriente, con sede en Jerusalén, entre 1995 y 2000. En febrero de 2011, Bowen se convirtió en el primer reportero británico en entrevistar a Muammar Gaddafi desde el comienzo de la guerra civil libia de ese año. También lo ha hecho con el Presidente sirio, Bashar Assad.

Cuando los talibanes se tomaron Kabul tras el retiro de tropas estadounidenses, el editor para Medio Oriente de la BBC recordó lo que vivió cuando en 1989 se encontraba en la capital afgana como un joven periodista. “Se habían llevado a cabo muchas conversaciones sobre este tema en Ginebra por muchos años, había conversaciones indirectas. Fue un proceso muy ordenado, no hubo un gran pánico. Recuerdo que estaba en el aeropuerto en Kabul en el último día de la ocupación soviética, me encontraba en ese lugar porque era un prisionero, había llegado sin visa. Entonces el Ejército me tenía detenido, así que no pude escribir sobre eso, pero lo vi todo”, cuenta a La Tercera.

Jeremy Bowen fue corresponsal de la cadena BBC en Medio Oriente entre 1995 y 2000.

“En el último avión que salió, ellos no solo tenían a soldados, sino que también a familias, mujeres rusas, niños rusos. Es cierto que los muyahidines estaban cerca de la capital y que los aviones siempre tenían que despegar como en una espiral para que no fueran alcanzados por un misil. Pero era lo suficientemente tranquilo, al punto que permitía poder sacar a tus hijos, e incluso los sacaron hasta el último día. Y dejaron al gobierno de (Mohammad) Najibullah que duró hasta 1992”, añadió.

A su juicio, “los estadounidenses estaban esperando que (el Presidente afgano) Ashraf Ghani durara 18 meses. Najibullah duró tres años, hasta que los muyahidines entraron a la ciudad y lo pusieron en la cárcel, hasta que llegaron los talibanes y lo mataron. Fue un proceso muy diferente, fue ordenado, organizado. Sí, es cierto que habían perdido, que habían sido derrotados y que la Unión Soviética estaba colapsando, de hecho, colapsó menos de dos años después. Pero fue distinto”.

¿Cómo evalúa la decisión del Presidente Joe Biden de sacar las tropas estadounidenses de Afganistán?

Creo que la forma en la que lo hicieron fue un gran error. Se hizo de forma muy rápida, de forma abrupta y secreta. Si bien no se podían quedar ahí para siempre, mientras que los afganos dirán que tampoco querían que se quedaran los estadounidenses para siempre, la forma en la que lo hicieron... Sacaron a su gente de un día para otro, sin avisar a los altos comandos (afganos), quienes se despertaron en la mañana y vieron que los estadounidenses ya no estaban. Fue un gran golpe para el ánimo de las fuerzas afganas, así como para la decisión del Presidente (Biden) que de todas formas tenía problemas políticos. Así que esto se remonta al acuerdo de (el expresidente) Donald Trump con los talibanes. Biden podría haber dicho que, considerando que los talibanes no van a mantener su palabra, tenemos que hacer esto de nuevo, tenemos que hacerlo mejor. Pero, básicamente, continuó con el proceso. Así que Biden tomó esta decisión pese a que iba a tener algunos problemas internacionales, pero políticamente en Estados Unidos iba a ser considerado algo bueno que lidiara con eso. Sin embargo, hizo el cálculo de que tenía 18 meses o algo así, un intervalo decente para que el gobierno sobreviviera. El hecho de que haya pasado tan rápido lo hace parecer estúpido, hace parecer como un fracaso. Esa es la razón por la que ha sido vilipendiado por sus decisiones.

Algunos analistas comparan esta salida con la retirada de Saigón en Vietnam, ¿considera que son comparables?

Bueno, esas fotos con los helicópteros y la gente subiéndose a ellos, esa fue una imagen muy icónica. Sí, creo que las personas tienen que hacer esa comparación, porque es totalmente legítima. Si bien no es lo mismo, porque las circunstancias son diferentes, el secretario de Estado (Antony) Blinken ha dicho que no podía seguir con este matrimonio, si tenían éxito perpetuando lo que querían hacer, que era detener a Al Qaeda, uno puede decir que ciertamente hicieron eso antes, cuando sacaron a los talibanes hace 20 años. Y definitivamente lo hicieron cuando mataron a Bin Laden hace más de 10 años. Sí hay una comparación que se puede hacer, Estados Unidos se retira apurado, en pánico, de una situación en la que pensaron que iban a estar bien. Si realmente cuentas la salida de los estadounidenses de Saigón en 1975, entonces los diplomáticos decían también tenemos meses, el gobierno no va a colapsar. Y por supuesto colapsó de forma más rápida de lo que la mayoría pensó que ocurriría. Esto ha hecho que los estadounidenses parezcan aliados poco confiables.

Miembros del Ejército británico y estadounidense participan en la evacuación de personas fuera de Kabul, el 20 de agosto de 2021. Foto: AP

¿Por qué cree que el avance de los talibanes fue tan rápido, tomando en cuenta que había reportes de inteligencia que decían que demoraría más tiempo?

Creo que porque claramente el Ejército afgano no estaba preparado para pelear. De cierta forma, algunas fuerzas especiales combatieron con bastante tenacidad. Pero hay que considerar que el Presidente (afgano Ashraf Ghani) despidió al comandante en jefe del Ejército (Wali Mohammad Ahmadzai) unos días antes de la caída de Kabul. Los estadounidenses se engañaron a sí mismos respecto de la fortaleza del Ejército (afgano), gastaron tanta plata en él. Hay una dimensión sobre el ánimo, el hecho de usar fuerzas militares, no se trata solo de darles muchas armas buenas, de darles entrenamiento, vehículos modernos, helicópteros y aviones. Hay una dimensión sobre el ánimo, la actitud, porque los afganos pensaban que no tenía sentido morir y no lucharon. Perdieron toda la confianza en el gobierno. Había corrupción en el gobierno, eso ha sido muy bien documentado, corrupción en el Ejército. Falta de fe. Es por eso que los talibanes ganaron tan rápidamente, con tan poca oposición.

¿Estima que fue un error que en las conversaciones entre Estados Unidos y los talibanes en Doha no se haya incluido al gobierno afgano?

Eso fue un error ridículo. Fue loco no hacerlo. Cómo puedes hacer un acuerdo de paz supuestamente en nombre de un Estado soberano, que es supuestamente tu aliado, sin incluir a ese gobierno. No tiene lógica. El gobierno de Trump hacía ese tipo de cosas. Ellos hicieron este llamado Acuerdo del Siglo entre los palestinos y los israelíes, sin hablar con los palestinos sobre eso. Así no funcionan las cosas, tampoco funcionaron así en Afganistán.

¿Qué puede decir de lo que ha visto hasta ahora de los líderes talibanes en comparación a cuando gobernaron durante la década de los 90?

Ciertamente están más astutos respecto de las relaciones públicas en comparación a como eran. Entiendo el argumento que señala que ellos están interesados en no alienarse de todo el mundo, porque puede haber sanciones económicas, incursiones militares, pueden ocurrir muchas cosas. Pero ellos tienen una ideología que está muy enraizada, así que hay que ver qué es lo que hacen. Puede que hayan cambiado en 20 años, eso es mucho tiempo, pero no sabremos eso hasta seis meses o un año más.

Niños afganos con rifles de caza y una bandera sobre un puente en el área de Bandejoy, en la provincia de Panjshir, el 21 de agosto de 2021. Foto: AFP

La actual crisis en Afganistán ocurre a un mes del aniversario de los 20 años de los atentados del 11 de septiembre de 2001 y los talibanes vuelven a izar su bandera. Considerando esto, la guerra en Irak, en Siria y las consecuencias para Medio Oriente, ¿cómo evalúa la respuesta de Estados Unidos a dos décadas de los ataques de Al Qaeda?

Creo que la respuesta estadounidense tras el 11 de septiembre fue un desastre. Porque el concepto general de eso fue la guerra contra el terrorismo. Hablaban mucho sobre eso. Y las dos partes principales de la guerra contra el terrorismo fueron las guerras en Afganistán y en Irak y todo lo que derivó de eso. Las consecuencias de la invasión a Irak fueron catastróficas y continúan resonando por todo Medio Oriente. Tenemos el Estado Islámico, Irak es un país en estado terrible, he estado ahí muchas veces. Ahora es verano allá y no tienen electricidad para el aire acondicionado. Las consecuencias de esa invasión son enormes. Por mucho tiempo era posible decir que en el caso de Afganistán fue un éxito, pero lo que ha ocurrido ahora demostró que no. Así que esencialmente las dos bases de la respuesta estadounidense al 11 de septiembre terminaron muy mal. Con consecuencias que van a seguir desarrollándose. La participación estadounidense ha sido bastante desastrosa. Y si vas más allá de eso, desde el punto de vista de Al Qaeda, considerando que Bin Laden quería dañar a Estados Unidos, el daño persiste y es mucho más que solo atacar a Estados Unidos, sino que se trata de las consecuencias del ataque. Es más, Estados Unidos está ahora en una posición más vulnerable que antes.

Un soldado paramilitar paquistaní, a la derecha, y combatientes talibanes montan guardia en sus respectivos lados en un cruce fronterizo entre Pakistán y Afganistán, en Torkham, el 21 de agosto de 2021. Foto: AP

¿Cree que ahora que los talibanes controlan Afganistán puede haber un resurgimiento de Al Qaeda?

Bueno, no sería lo mismo, tendría un nombre diferente. Pero toda la idea de grupos yihadistas radicales se ha desarrollado desde el 11 de septiembre. Es totalmente posible que ellos florezcan en áreas donde los gobiernos centrales ya sea que no existen o estén ausentes. Sí es posible que vean a Afganistán como un paraíso seguro, pero sí creo que en esta oportunidad los estadounidenses van a estar muy alertas a eso y ahora con la tecnología de los drones y los ataques de drones, armas que no tenían en los años previos al 11 de septiembre. Tenían misiles crucero, ahora tienen formas más precisas de atacar, que no han dudado en usar en muchos países. Además, no solo pueden estar en Afganistán, tienen a Yemen, partes de Siria, partes de Irak, tienen opciones. A menudo las cosas no ocurren de la misma forma dos veces.

¿Cuál es el impacto que va a tener geopolíticamente el regreso de los talibanes en la región?

Va a tener un impacto profundo. Creo que los rusos y los chinos van a estar frotándose las manos. Habrá una preocupación por posibles actos terroristas dirigidos hacia ellos, con grupos quizás cruzando la frontera desde Afganistán, usando el país como lugar de protección. Y los rusos tienen esta preocupación eterna de que el terrorismo islámico en Asia Central llegue hasta Moscú. Tienen preocupaciones sobre eso. Pero también ven oportunidades, porque los rivales ya no están ahí. Los estadounidenses ya no están y se fueron de una forma muy humillante. Así que eso es muy bueno para los rusos y los chinos. En el caso de Pakistán, sigue teniendo mucha influencia en los talibanes. Y ve que los indios pueden ser dominantes en Afganistán y ha visto eso por décadas como un objetivo, así que va a seguir en este doble juego exitoso, que es, por un lado, tomar el dinero norteamericano y, por otro lado, ayudar a los enemigos de Estados Unidos.

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