197 días sin agreement y contando: el repliegue político de Depolo y cómo espera el incierto balotaje en Brasil

Cuidando su imagen pública, evitando ejercer roles muy vistosos en lo político, atento al tenso escenario del gigante latinoamericano y matando el tiempo con sus tradicionales clases en la Universidad de Chile. Así ha pasado estos siete meses la carta del Presidente Gabriel Boric para la embajada brasileña que sigue en compás de espera. El 30 de octubre -tras la segunda vuelta entre Inázio Lula Da Silva y Jair Bolsonaro- se resolverá también el futuro del frenteamplista.


Siete meses habrán pasado el próximo 30 octubre (222 días) desde que el gobierno del Presidente Gabriel Boric envió el nombre de Sebastián Depolo (RD) para asumir como embajador de Chile en Brasil.

Ese día se sellará el destino político del gigante latinoamericano, cuando se resuelvan los comicios presidenciales en un incierto balotaje luego de que el domingo pasado Luiz Inácio Lula da Silva y Jair Bolsonaro pasaran a segunda vuelta, con un estrecho margen de diferencia, sorprendiendo a todas las encuestadoras que habían registrado un apoyo menor al actual Mandatario.

Pero en esa jornada, el gobierno y el propio Depolo esperan que también que se despeje el destino del militante de RD y exsecretario general de esa colectividad, quien sigue esperando el agreement para asumir su cargo, trámite que hasta la fecha no ha sido concedido por el gobierno de Bolsonaro.

Tras los resultados de este fin de semana, en La Moneda transmitieron que la estrategia de Chile no variará y como lo ha dicho públicamente el Presidente Boric se mantendrá el nombre del frenteamplista a la espera de -como ansían- sea Da Silva el que se imponga en las urnas.

La decisión del Mandatario se da pese a que hace algunos meses desde la Cancillería se le recomendó al Jefe de Estado revocar el nombramiento del también excandidato a gobernador, atendiendo que -en términos de política exterior- se entiende que la dilación por parte de Brasil apunta a un rechazo evidente al nombramiento.

Pero quienes han hablado con Depolo afirman que -más allá de que los resultados del domingo lo sorprendieran por el avance inesperado de Bolsonaro- está optimista, y estos meses se ha mantenido enfocado en sus labores de académico de la Universidad de Chile.

Tras dejar la secretaría general de RD, volvió a tiempo completo a sus labores como director de Investigación y Desarrollo del Centro de Ingeniería Organizacional de esa casa de estudios, cargo que ejerce desde 2018, y donde hace clases sobre comportamiento organizacional y liderazgo en el Departamento de Ingeniería Industrial.

Además, dicen en su entorno, sigue formando parte de la Fundación Rumbo Colectivo, aunque no en un rol activo ni cotidiano. Su repliegue político se ha hecho evidente al interior de su partido y el Frente Amplio, desde donde aseguran que el sociólogo ha buscado cuidar su imagen pública mientras no tenga claridad de qué pasará con su nombramiento.

De hecho, durante los comicios presidenciales del domingo, el RD evitó emitir cualquier comentario sobre el escenario político de Brasil aunque siguió de cerca los resultados a través de la prensa local. En sus redes sociales, el único comentario lo hizo el pasado lunes 3 de octubre, cuando compartió un mensaje valorando la elección de tres diputadas trans en los comicios parlamentarios que también se celebraron el fin de semana pasado.

“¡Qué gran noticia para la representación y visibilidad de identidades LGBTQIA+! Les deseamos mucho éxito en su gestión”, publicó el Frente de Diversidad de RD, mensaje que fue compartido por Depolo.

Sus cercanos aseguran que estos meses ha estado preocupado de lo que ocurre en Brasil. De hecho, vio con preocupación las acusaciones que hizo Bolsonaro al Jefe de Estado chileno, cuando lo acusó en el debate presidencial de haber participado en la quema del Metro de Santiago durante el estallido social.

Las mismas fuentes señalan que el sociólogo desdramatiza los 197 días que han pasado sin recibir el beneplácito para asumir sus funciones y que, de asumir Lula en enero próximo, él podría viajar al poco tiempo si se agiliza el trámite en Itamaraty. De hecho, ha recalcado en sus conversaciones que esto es algo que pasa y que, por ejemplo, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, tampoco ha nombrado embajador a la espera del ascenso del líder del PT (aunque este último asumió el 7 de agosto).

El problema con los tiempos, dicen otras fuentes en el gobierno, es que si aquello se eterniza y Lula tampoco prioriza el tema, la mejor opción sería retirar la propuesta y hacer otra para evitar que Chile quede en una posición debilitada en el país más grande de América Latina.

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