Presidenta de la Academia Chilena de Ciencias: “El apoyo del Estado a la ciencia ha sido vergonzoso para un país que aspira al desarrollo”

María Cecilia Hidalgo, primera mujer en recibir el Premio Nacional de Ciencias Naturales y en doctorarse en la facultad de Ciencias de la Universidad de Chile, considera que, de haber existido mayor apoyo, el manejo de la pandemia habría sido mejor. Hoy la inversión pública en ciencia, sostiene, es el 0,2% del PIB. Pese a ello, dice que “en Chile se han formado epidemiólogos, microbiólogos, genetistas” cuyo apoyo ha sido vital para enfrentar la emergencia.


María Cecilia Hidalgo, presidenta de la Academia Chilena de Ciencias, acaba de publicar un paper en la exigente revista de la Academia de Ciencias de EE.UU. sobre el funcionamiento de las neuronas del cerebro. No es lo único que la tiene contenta: también celebra la comisión sobre conocimiento, ciencia y tecnología que aprobó crear la Convención Constitucional y que ahora debe ser ratificada por el pleno.

En los próximos días, la bioquímica espera reunirse con la presidenta de la Convención, Elisa Loncón, para entregar una propuesta al órgano constituyente, sobre cómo debiese ser considerada la ciencia en la próxima Carta Magna. “Como un derecho universal”, adelanta Hidalgo, quien fue la primera mujer en recibir el Premio Nacional de Ciencias Naturales (2006) y en doctorarse en la facultad de Ciencias de la Universidad de Chile (1969). Ahora, como presidenta de la academia, su próximo objetivo es posicionar a la institución, que data de 1964, para “contribuir a generar más evidencia, porque mientras más información, mejores decisiones puedes tomar”.

En ese contexto, la especialista es crítica del Estado frente a los recursos que se asignan para el avance de la ciencia. Y plantea que, para que el país alcance el desarrollo, es necesario elevarlos. Con más inversión, sostiene, sería posible aumentar el número de profesionales ”somos poquísimos”, dice, y la producción de conocimiento, para enfrentar, de forma sólida y con base científica, los desafíos actuales y futuros que suponen, por ejemplo, el cambio climático y la sequía.

¿Qué papel ha jugado la ciencia en el contexto de la pandemia?

La gente se ha dado cuenta de lo importante que es tener científicos en el país, que entiendan qué es un virus, cómo se transmite, cómo se secuencia su material, cómo ver si hay mutaciones. Pero la ciencia en Chile no ha tenido el apoyo de los gobiernos que debería haber tenido (...) tenemos un apoyo que ha sido y continúa siendo paupérrimo y vergonzoso para un país que aspira al desarrollo. El estado chileno invierte solo el 0,2 % del PIB en ciencia, tecnología e innovación, cifras entregadas recién por el Ministerio de Ciencia. Porque cuando decimos que invierte el 0,34, se está considerando también al sector privado. Es casi cero. Es nada. Pese a eso tenemos a epidemiólogos, microbiólogos, genetistas, que están haciendo la secuencia y por eso sabemos las variantes del virus. Imagina si no tuviéramos a esa gente, estaríamos pésimo.

Con la pandemia los científicos se han vuelto más relevantes que nunca...

Claro que sí. Si yo te hubiese preguntando antes de la pandemia, ¿Chile debería invertir en formar virólogos o microbiólogos? Probablemente la respuesta habría sido “quizás no, quizás uno o dos”. Pero la pandemia ha demostrado la necesidad de invertir en ciencia.

¿Cree que el manejo de la pandemia ha sido adecuado?

Ha tenido altos y bajos, pero uno tiene que ser justa. Si uno mira la situación actual, estamos mucho mejor porque tenemos un gran porcentaje de gente vacunada (...). No todo es crítica. También hay que reconocer.

Usted criticó al ministro de Salud Enrique Paris por no entregar a la Academia datos desagregados sobre el proceso de vacunación. ¿Hubo respuesta?

No hemos podido conseguir todos los datos que queríamos. Él (Paris) se comprometió a hacer un convenio con la Academia (…) pero todavía no tenemos acceso. Son datos de infección, hospitalización y muertes, separados por el tipo de vacunación, (…) de forma anónima, que necesitamos para hacer análisis y estoy segura que van a contribuir a un mejor manejo. Reconozco que ahora último se ha manejado mejor (la pandemia), porque estuvo bastante bien en la cantidad de población vacunada y los índices han bajado enormemente, pero ahora tenemos la variante delta y no sabemos qué va a pasar. Por el momento está bastante bajo control, pero no sabemos. Por eso sería importante tener acceso a eso que estamos pidiendo.

El ministerio ha ido incorporando más datos en sus informes. ¿Por qué cree que otro organismo debiera hacer estos análisis?

Porque en la Academia hay gente que es realmente experta en el manejo de datos. Yo no quiero ningunear al equipo del Minsal, pero nosotros queremos aportar con el talento de las personas que tenemos en la Academia, como Eduardo Engel y Ricardo Baeza-Yates. Queremos contribuir a generar más evidencia. Mientras más información, mejores decisiones puedes tomar.

Más allá de la pandemia, ¿en qué otras áreas puede aportar la academia?

Tenemos que industrializar más el país, respetando el medio ambiente, sin dañar, y eso se hace con conocimiento (…). Necesitamos generar fuentes de agua, tenemos que desalinizar el mar, pero ¿qué hacemos con los residuos? Hay problemas que tenemos que resolver acá, por ejemplo, ¿cómo lo hacemos con la crianza de salmones, para que no sea un desastre ecológico? Vamos a tener una zona central más desértica, ¿qué plantas vamos a sembrar ahí para alimentar a la población?

Usted lidera un instituto principalmente constituido por hombres (29 de 36). ¿Ha experimentado dificultades en su ejercicio como científica?

Algunas, pero las derribé todas. Cuando estaba en Boston haciendo mi segundo posdoctorado me di cuenta que ganaba menos que mis compañeros, haciendo lo mismo. Hablé con el director del departamento, le pregunté por qué y me dijo ‘porque tu marido también trabaja, en cambio, ellos son los únicos mantenedores de sus familias, por lo tanto necesitan más’. Y yo le dije y bueno, ¿tú crees que a mí me sale gratis tener el cuidado para mis niños en la casa? Al final lo convencí y me pagó lo mismo. Son anécdotas, pero no me han frenado. No me he dejado pasar a llevar.

¿Qué le diría a las personas que no se han vacunado?

Entiendo que haya gente que tenga reparos en vacunarse, pero la evidencia empírica te muestra que la gente vacunada, si es que se llega a contagiar, lo pasa mucho mejor que si no estuvieras vacunado. Nada es perfecto, las vacunas tampoco son perfectas, pero ciertamente te protegen bastante bien contra el coronavirus. Y si tú me preguntas a mí, yo soy muy enfática en decir por favor vacúnense. Yo ya tengo las tres.

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