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Marcela Cubillos: “No son acuerdos los que bajo la apariencia de serlo son una rendición”

“A veces se sobrevaloran los acuerdos”, dice la exministra, que lanza una advertencia tras el inicio del diálogo entre el Presidente y el Congreso. “Hay que ver que no se aproveche para lo que sea un interés de avanzar en la agenda que pone la izquierda”.

Mario Téllez / La Tercera Mario Tellez

No ha retirado ninguno de los dos 10% de sus ahorros previsionales.

“Gracias a Dios no he tenido la necesidad de tener que recurrir a esos recursos. Me parece una mala política pública, pero comparto el temor fundado -porque ya no es prejuicio- cuando la izquierda más radical está hablando de nacionalizar y expropiar los fondos de pensiones”, dice Marcela Cubillos.

La semana en que el gobierno del cual fue ministra de Medio Ambiente y Educación vivió una de sus crisis más profundas precisamente por un nuevo proyecto de retiro, ella -ahora candidata a la convención constituyente por el distrito 11- la cierra con una advertencia. “No son acuerdos los que bajo la apariencia de serlo son una rendición”, afirma. Justo cuando Sebastián Piñera se aprontaba a reunirse con las mesas del Senado y la Cámara de Diputados para explorar un entendimiento.

Cubillos no calibra a favor de Chile Vamos, hasta ahora, ninguno de los dos acuerdos previos. Ni el constitucional de noviembre de 2019 ni el económico de 2020. “Hoy están como despreciados. Hay que mirar que no se aproveche este minuto para vestir como acuerdo lo que simplemente sea un interés de avanzar en la agenda que pone la izquierda”, dice.

La exministra no cree que esta crisis golpee las campañas -”la gente entiende que en esta elección hay una lógica separada, que corre por el lado de la contingencia y pensando más en una proyección a futuro”-, pero sí reprocha el daño que, a su juicio, hace la falta de convicciones de su sector.

Han sido semanas de crisis para el oficialismo, en plena pandemia y bajón económico. ¿Cómo se sigue hacia adelante? ¿Cambio de gabinete, orden de prioridades?

A mi juicio, el gobierno tendría que concentrarse en tres cosas fundamentales. Primero, garantizar la atención de salud de la mejor manera posible. Segundo, el proceso de vacunación. Y tercero, en que las ayudas sociales y económicas lleguen a quienes lo están pasando mal, a los sectores medios, y se agilicen los procesos de pago.

¿O sea concentrarse en gestión?

A mi juicio, el partido se juega no en el Congreso, que es donde están las polémicas. El partido se juega en las UCI, en los vacunatorios y en los procedimientos de pago de las ayudas económicas. El país que mejor saldrá adelante será el que primero obtenga esta inmunidad frente al Covid y que al mismo tiempo -y ahí está la otra parte- logre mantener certeza jurídica y estabilidad de sus instituciones.

¿La agenda política terminó?

Cuando tienes una pandemia y una crisis asociada, esta es la agenda que importa a la gente. Pero estamos asfixiados por un debate político lleno de demagogia, de espectáculo, de intolerancia, y el partido se juega en otra cancha.

¿El gobierno está perdido al dedicar energía al debate político?

Al revés. El gobierno ha puesto su centro en una red de salud que está funcionando. En segundo lugar, el proceso vacunatorio es un ejemplo a nivel mundial. Y tercero, se puede mejorar en las ayudas especialmente a sectores medios y con mayor eficiencia en los pagos, pero es lo que el gobierno ha estado haciendo en los últimos días.

¿Por qué tiene entonces solo un 9% de aprobación, según la CEP?

Lo que partió en octubre de 2019 no ha terminado. Chile Vamos adoptó el relato de la izquierda para interpretar el estallido de 2019. Nunca lo discutió. Y desde ahí hay un ataque permanente a las instituciones. Entonces hay dos áreas. Un área de gestión, propiamente del gobierno, y otra de defensa del Estado de Derecho, de nuestras instituciones, que corresponde al gobierno, a Chile Vamos, y ojalá a toda la clase política.

Pero hay críticas en Chile Vamos. Esta semana la senadora UDI Ena von Baer dijo que La Moneda está “cediendo al populismo”.

Hoy, ante la crisis que estamos y la virulencia de la oposición, que amenaza con acusaciones, con desestabilizar o falta el respeto a la figura presidencial, es momento para la unidad. Y respecto de las convicciones, la coalición debe hacer un análisis para que no le pase lo de la DC, que licuó su proyecto político, sus convicciones, y terminó absorbida por una izquierda más radical. Hoy tiene poco peso electoral y poca influencia.

¿Y qué responsabilidad le atribuye al Presidente en esto?

Mi experiencia, por lo menos, con el Presidente Piñera fue de mucha promoción de convicciones. En materia educacional, cuando presentamos proyectos de ley para corregir la reforma de Bachelet, reivindicar el mérito para que el esfuerzo fuera valorado al elegir el colegio, y enfrentar la violencia en los liceos emblemáticos, fue una agenda tremendamente promovida por el Presidente.

¿Y después?

Cuando se le atribuye al gobierno la única responsabilidad en esta materia no es hablar con la total verdad. Cuando parlamentarios de Chile Vamos votan o empujan la agenda de la izquierda y no la de nuestras convicciones, el escenario es más complejo. Sí creo que hay una cosa que tenemos que mirar y es que a veces se sobrevaloran los acuerdos. No son acuerdos los que bajo la apariencia de serlo son una rendición. Y cuando un acuerdo se quiere elaborar solo en función de la agenda de la izquierda, eso no es un acuerdo. O cuando te pretenden dar como moneda de cambio paz social, siendo que es un deber. Los acuerdos, si son de buena fe, son siempre beneficiosos. Pero en ellos ambas partes ceden y ambas partes obtienen algo. No podemos vender derrotas como triunfos, eso también empieza a diluir convicciones.

¿Los dos grandes acuerdos desde el estallido hasta ahora han sido derrotas para Chile Vamos?

Antes de mencionar un tercer acuerdo exijamos primero que se cumplan esos. En el primer acuerdo de la nueva Constitución y la paz, se cumplió sólo la primera parte. La paz, nada. Y segundo, el acuerdo económico que se hizo el año pasado no duró nada. A los pocos días la izquierda estaba diciendo que era insuficiente. Entonces hoy están como depreciados esos acuerdos. Hay que mirar que no se aproveche este minuto para vestir como acuerdo, lo que simplemente sea un interés de avanzar en la agenda que pone la izquierda.

¿Es eso es lo que ocurre hoy en las conversaciones del Congreso con el Presidente?

No sé, todavía no sabemos bien de qué se va a tratar. Pero todas las últimas veces que la izquierda ha planteado avanzar en algún acuerdo ha sido sobre la base de su agenda, ¿o usted cree que plantearían avanzar en una agenda para enfrentar la violencia y asegurar el Estado de Derecho?

Candidatos presidenciales como Joaquín Lavín y Mario Desbordes afirman que es urgente llegar a un acuerdo político...

Lo verdaderamente urgente hoy es agilizar las ayudas, avanzar en la vacunación y empezar a definir, con los consensos más amplios posibles, cómo reactivar el empleo, las pymes, la inversión, garantizando certeza y estabilidad.

La oposición hasta ahora ha hablado de reforma tributaria y renta básica universal.

Hay muchos países que se están dando cuenta de que en medio de una pandemia no es el mejor momento para iniciar una reforma tributaria. Entonces pregunto: ¿En una negociación habrá disposición a incorporar materias de la agenda de gobierno del Presidente Piñera, o solo vamos a tener que ceder ante la agenda que la izquierda ha impuesto en el Congreso? Hay que tener esos resguardos.

¿Cómo ve el rol de la presidenta del Senado, Yasna Provoste? Ud. encabezó como diputada la acusación en su contra, y ella fue una antagonista dura cuando Ud. fue ministra de Educación.

Si en el cargo que hoy está ejerciendo ella puede ser un factor de ordenación adentro de su coalición, eso puede ser positivo para los meses que quedan.

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