Partidos destraban bases para un acuerdo por una nueva Constitución

Más de ocho horas estuvieron reunidos para cerrar el listado de principios que guiarán esta segunda etapa del proceso constituyente. Los dirigentes resolvieron el nudo sobre el rol del Estado y los privados: acordaron mezclar el Estado social y la provisión mixta en derechos sociales. La próxima semana iniciarán el debate sobre el mecanismo del nuevo órgano.


Si el jueves el oficialismo dijo que la negociación por un nuevo acuerdo constitucional estaba en un “punto muerto”, en menos de 24 horas los partidos políticos pusieron el pie en el acelerador y apuraron las conversaciones. Hasta la sede de Santiago del Congreso llegaron las colectividades al mediodía de este viernes. Los dirigentes subieron hasta el tercer piso del Senado, cerraron la puerta de la sala y no volvieron a salir hasta cerca de las 20.00.

Durante las más de ocho horas de tratativas, el oficialismo y la oposición pasaron directamente a resolver los nudos que los tenían entrampados. Al inicio del encuentro -que contó con la presencia de Amarillos, grupo que estuvo representado por Zarko Luksic- los ánimos estaban un poco álgidos luego de que el jueves el diputado de Convergencia Social Diego Ibáñez elevara el tono al acusar a la derecha de “soberbia e intransigencia”. Luego de contener esas asperezas, pasaron directo al fondo.

Sin rodeos, tanto Chile Vamos, Apruebo Dignidad y Socialismo Democrático se pusieron a debatir la fórmula de Estado social y democrático de derecho que los pudiera dejar tranquilos a todos.

El tira y afloja durante los últimos días estuvo en la presión del oficialismo por incluir el concepto, pero sin ceder ante la petición de Chile Vamos que pretendía dejar como base constitucional que Chile es un Estado social de “derechos y libertades”. El concepto buscaba dejar en claro que, a pesar de que el Estado tendrá un rol preferente en la provisión de derechos sociales, se resguardará el rol que deben ejercer los privados en esa materia para que así exista libertad de elección. Ese principio, en palabras del oficialismo, implicaba mantener intacto el modelo de Estado subsidiario que está implícito en la actual Constitución y era una línea roja que no iban a cruzar.

Aunque no estaban tan conformes -lo que se evidenció en algunos de los rostros presentes-, el disenso finalmente lograron resolverlo. Los negociadores armaron un documento y comenzaron a redactar ese principio. Conocedores de ese proceso comentan que finalmente quedó la definición de Estado social y democrático “a secas”. La redacción quedó más amplia, incluyó la progresividad de los derechos sociales, la responsabilidad fiscal y una mención expresa a que existirá provisión mixta.

Esa fue la fórmula que acordaron para desenredar este nudo y calmar a ambas fuerzas políticas. Esa base constitucional, comentaban los representantes de las colectividades, deja la cancha abierta para que sea el futuro órgano redactor el que luego decida, en el debate democrático, qué tipo de modelo de Estado social quedará plasmado en la nueva propuesta de texto constitucional. “Esto no implica que no pueda existir la provisión mixta o de actores privados en la implementación de las políticas públicas, pero bajo las reglas de derecho público y no las del mercado”, comentó el presidente de RD, Juan Ignacio Latorre.

En el listado de principios de Chile Vamos, además, se incluían temas como propiedad en general, de los fondos previsionales y del agua. Sin embargo, todos esos temas quedaron fuera de esas bases y no se incluirán como parte de los bordes del nuevo proceso constituyente. “Eso estaría quedando afuera”, dijo escuetamente Latorre.

Durante esta jornada las fuerzas políticas, además, resolvieron el asunto de la plurinacionalidad. Pese a que todos estaban de acuerdo en que eso no se podía revivir -dado el contundente rechazo del 62% en el plebiscito de salida-, no fue fácil acordar una redacción común. La derecha pretendía dejar expreso que Chile es una sola nación, pero el Frente Amplio quería algo más general y que apuntara a que la soberanía de la nación reside en el pueblo.

Todo eso se sumará a las bases que ya tenían resueltas de antes. Por ejemplo, está cerrado que Chile es una República de carácter unitario y con un componente que apunte a la descentralización efectiva. También venía resuelto que el Congreso debe ser bicameral, con una Cámara y un Senado. Lo mismo ocurría con la mantención de los cuatro estados de excepción constitucional, el respeto de los emblemas patrios y el himno. A eso se sumaba que la iniciativa exclusiva en materias de gasto público seguirá siendo del Ejecutivo, el reconocimiento a las Fuerzas Armadas y la mención expresa a Carabineros, entre otras materias.

Durante la reunión de este viernes no hubo avances respecto del mecanismo ni el sistema de elección. Chile Vamos estaba esperando dejar acordadas las bases, para luego mostrar sus cartas sobre qué tipo de órgano se tendrá y cómo será electo. El oficialismo ya tomó postura en que debe ser 100% electo.

La próxima semana entrarán al fondo de esa discusión. El objetivo es tener un acuerdo integral, bajarlo a los partidos para luego firmarlo oficialmente. Todas las fuerzas políticas siguen trabajando con el horizonte puesto en terminar octubre con un acuerdo amplio, cerrado y listo para pasar a elaborar la reforma constitucional que habilitará esta segunda fase del proceso constituyente.

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