Chile enfrenta hoy un desafío sanitario que creíamos superado: el riesgo de reintroducción del sarampión. Aunque el país eliminó la circulación endémica del virus en 1992, el aumento sostenido de casos a nivel global y regional ha encendido las alertas. La baja en las coberturas de vacunación, sumada a la desinformación, amenaza con abrir la puerta a brotes que podrían tener consecuencias graves, especialmente para la población más vulnerable.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), hasta el 18 de abril de 2025 se han confirmado 2.318 casos y tres muertes por sarampión en seis países de América, once veces más que en el mismo periodo de 2024. La mayoría de los afectados son personas entre 1 y 29 años con esquemas de vacunación incompletos o desconocidos.

El sarampión es uno de los virus más contagiosos que existen. Se transmite por vía aérea, a través de la respiración, la tos o el habla, y puede permanecer suspendido en espacios cerrados durante horas. Además, una persona infectada puede contagiar antes de presentar síntomas, lo que dificulta su detección temprana y favorece la propagación comunitaria.

Una amenaza global

El rebrote no es exclusivo de América. En Europa, 2024 cerró con la cifra más alta de casos en 25 años: 127.350. En lo que va de 2025, ya se han reportado más de 4.500 casos, principalmente en niños menores de cinco años no vacunados.

Estados Unidos suma 1.046 casos en 31 jurisdicciones, y Australia —que había eliminado el virus en 2014— ha registrado 46 casos este año. Incluso China ha reportado recientemente siete fallecimientos.

Este escenario global refuerza una verdad ineludible: la vacunación es una herramienta de salud pública esencial. No solo protege individualmente, sino que genera inmunidad colectiva, protegiendo a quienes no pueden vacunarse por razones médicas.

La respuesta chilena

En Chile, el Ministerio de Salud ha reforzado la estrategia de vacunación con medidas como:

• Dosis de refuerzo para personas nacidas entre 1971 y 1981.
• Exigencia del carnet de vacunación actualizado para la matrícula escolar.
• Dosis adicional para menores de 12 meses que viajan al extranjero.
• Vacunación gratuita para niños entre 12 y 36 meses.

Las vacunas están disponibles en centros públicos y privados en convenio, y el estado de vacunación puede verificarse en el Registro Nacional de Inmunizaciones o en centros de salud.

Además, se ha intensificado la vigilancia epidemiológica y las campañas informativas para combatir la desinformación y fomentar la vacunación oportuna.

Un compromiso colectivo

Antes de la vacuna, el sarampión causaba miles de casos anuales en Chile, con complicaciones graves como neumonía, encefalitis, ceguera e incluso la muerte. La introducción de la vacuna triple vírica (SRP) en el Plan Nacional de Inmunizaciones a fines de los años 70 cambió radicalmente ese panorama.

Hoy, mantener altas coberturas de vacunación no es solo una decisión sanitaria, sino un acto de responsabilidad colectiva. Es clave para reducir hospitalizaciones, evitar costos innecesarios y avanzar hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible, especialmente el ODS 3: Salud y Bienestar.

Vacunarse es protegerse a uno mismo, a la comunidad y a quienes no pueden inmunizarse, como los niños pequeños, personas inmunocomprometidas o con alergias severas.

La prevención en esta ocasión está en nuestras manos. De esta manera, podemos asegurar que enfermedades prevenibles no vuelvan a poner en riesgo lo que tanto nos ha costado construir: una sociedad más sana, equitativa y resiliente.