A estas alturas Droog Design ya no es novedad. Sus más emblemáticos diseñadores dejaron hace más de 15 años de ser experimentales. Droog es ¿vanguardia?, ¿un colectivo de diseño? Me parece que hoy representa infinitamente más un modelo comercial de éxito.

Droog surgió en Ámsterdam, Holanda. Lo pensaron una historiadora del diseño, Renny Ramakers, y un diseñador, Gijs Bakker. En su primer año de existencia, 1993, acuñaron la idea de una 'agencia de diseño', una 'institución' que descubriría las ideas que debían llevarse a cabo, desde el diseño claro. Pero no necesariamente desde los diseñadores. Podrían surgir de las necesidades de los clientes o de las propias ideas de los curadores de Droog. Lo cual, no quita que su camada inicial de jóvenes creadores -no todos con formación académica relacionada con el diseño-, marcara un estilo: lo 'simply' y una generación que incluía a Hella Jongerius, Marcel Wanders y Arnout Visser, entre otros.

Así, la idea es descubrir y patrocinar, apoyar, poner en el mapa, difundir, llevar a ferias, etc., se convirtió en una plataforma exitosa. Y a eso se han dedicado. A eso y a abrir tiendas en Nueva York y Las Vegas, a editar un catálogo anual y exportar a todo el mundo sus productos.

Esta lámpara debutó el año que lo hizo Droog en la Feria de Milán. Rody Graumans, la firma tras esta conjunción de simples cables y ampolletas, fue la puerta de entrada del diseño holandés, que mal que mal imperó y compitió con desenfreno con los mismísimos italianos durante los 90.

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